Mariana una mujer que se casó llena de ilusiones, creyendo en el amor eterno. Se da cuenta de que los cuentos de hadas y las historias románticas están muy lejos... Su esposo Hernán, la engaña con cuanta mujer se le pone por delante. hasta que aparece en su vida un chico de 38 años. ¿Mariana estará dispuesta a darse una segunda oportunidad con Fernando? ¿O segura en un mundo de mentiras, casada con Hernán?
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Un nuevo comienzo
Sentí de nuevo mi corazón latir dentro de este viejo pecho. Un suave brillo iluminó mis ojos, dándole una mirada muy distinta a la que hace unos minutos era.
Llevó mis manos a mi cabello. Ya no me gustaba este color de pelo, necesitaba darle otro tono. Ya ha sido suficiente, tal vez, una nueva imagen me dé las fuerzas necesarias.
Por lo pronto, solamente, recogí mi cabello, utilizando un broche hermoso de Oro, que mi padre me regaló cuando cumplí quince años.
Me gusta como me queda. Tomó una brocha y empecé a poner un poco de sombras en mis parparos, luego, un poco más de maquillaje, en cada espacio de mi rostro, hasta verme de otra manera.
Me levanté de la silla, y fui a mi closet en busca de un vestido hermoso, ¡Claro, muy discreto!
Entre más veo los vestidos, menos me gustan. Todos son tan feos, y sin chiste... Quiero usar un vestido elegante, sexy, si es posible.
Que pueda robar la mirada de todos los presentes a la cena. Que al verme Hernán quiera reventar de coraje.
Lentamente, caminó hasta el final del pasillo en busca de ese vestido de mis sueños. En una caja de color madera, recuerdo el vestido que hay dentro de ella.
Hace veinte años, me lo compré, pero por miedo a mi esposo, a mis hijos, y a bruja de mi suegra, nunca me atreví abrirlo.
Me apresuró a traer hacia mí la caja. La llevó el sillón en medio del closet, y quitó la tapadera.
Arroje la caja a un lado, sin antes haber sacado el vestido. Seguía tal y como lo compré.
Me pongo de pie; y corro al espejo. Me lo comienzo a probar por encima de la ropa. Al parecer todavía me viene.
Me encanta como se me ve con este peinado, y con el estilo de maquillaje que me he puesto. Aunque debo eliminar el color rojo de mis labios, y cambiarlo por un tono rosa, pero, igual, se me va a ver muy hermoso.
Convencida con este vestido, salgo con él, y lo dejo encima de la cama, en lo que descojo las que usaré.
Cuando tuve todo listo, me empecé a cambiar. Por último me miré otra vez al espejo.
_______ Señora Mariana, el señor pide que baje... El joven David ya llegó con su novia. _____ De pronto escucho la voz de una de las empleadas fuera de la puerta.
Tardé unos segundos en contestar, y luego de pensarlo, dijo.
_______ Dile a los señores que me duele el estómago, puede comenzar a cenar sin mí.
De pronto planeé darle la sorpresa a todos, mientras estuvieran cenando. Será un placer para mí, echar a perder sus alimentos.
______ Señora, ¿está segura? El joven viene desde muy lejos. También vino el joven Leo, y la señorita Estela.
______ ¿No escuchaste? Me duele el estómago. ______ Contesto.
Escuché como se alejan los pasos. Para finalizar, rocíe un poco de perfume en mi cuello, en mis muñecas.
Acto seguido, me apresuró a salir de mi habitación. Me detuve en las escaleras, volteó a ver hacia la parte inferior, en ese preciso momento, veo a Hernán, y a su madre, encabezar a mis hijos.
Ver a David después de tanto tiempo, provoca una mezcla de sentimientos dentro de mi corazón. Era mi segundo hijo, el hijo que no quería que naciera, pero ahora que lo veo tan guapo, siento un poco de arrepentimiento.
......................
...Narra Hernán...
Después de salir de mi habitación. Sentía mi sangre quemarme por dentro. La estúpida de Mariana, pretense sacar las uñas después de 35 años de casados.
Debí haber seguido el consejo de mi madre, y ejercer un poco más de mano dura con ella. Ahora que voy a hacer si se le ocurre interferir en asuntos más importantes de la empresa.
Si lo hace, se dará cuenta de que todos estos años le he estado robando, para financiar los viajes, de mis múltiples amantes. También se dará cuenta de todos los desvíos de dinero que hecho para comprarle cosas a mi madre.
______ Señor Blod, disculpe. Tiene una llamada en su despacho. ______ Una de las empleadas se interpone en mi camino, y me informa.
________ Preguntaste ¿quién es?
________ No, señor, sé que tenemos prohibido preguntar cuando lo llaman por la línea privada. ______ Baja la mirada mientras me habla.
Mirando bien a esta nueva sirvienta, me doy cuenta de que era una chica joven. No cruzaba ni los 23 años. Tiene un cuerpo hermoso, no muchas curvas, pero sirve para divertirme unas cuantas noches.
________ Aprendes rápido, y eso me gusta... Más tarde quiero verte en mi despacho.
Me acercó más a ella, y acaricio su mejilla. Es muy suave, y no tiene ninguna arruga. No puedo engañarme, esta nueva sirvienta me gusta demasiado.
Veo como sus mejillas se vuelven rosadas, aprieta sus labios, sin atreverse a soltar ni un solo sonido.
Alejó mi mano, y paso a su lado. Caminando de presa hacia las escaleras. Pronto las bajo, y me dirigí al despacho.
Cierro la puerta por dentro, así me aseguró de que nadie escuche mi conversación. Con pasos largos, caminó hacia mi escritorio, tomó el teléfono, y dijo.
______ ¡Te he dicho muchas veces que no me llames! ¡Un día lo pude contestar la estúpida de Mariana!
_______ Mi amor, si no fuera tan importante, no te hubiera llamado. ______ Se escuchó la voz suave y sensual de Sarah al otro lado de la línea.
Esa niña me vuelve loco, solamente, con escuchar su voz. Pasé mi lengua por mis labios, recordando lo que ella y yo hicimos la noche anterior.
Nunca en toda mi vida había tenido una amante tan apasionada como lo era Sarah. Sin duda, es una diosa haciendo sexo.
______ Habla, no tengo mucho tiempo. _____ Le ordené con una voz cortante.
_______ Fui al médico, me dijo que tengo ocho semanas de embarazo... ¡Hernán, dime que hago!
Mi mente quedó completamente en blanco. Jamás me esperé embarazar a una de mis amantes. Todos estos años, me he cuidado para no cometer esta estupidez.