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Stalker

Stalker

Status: En proceso
Genre:Escena del crimen / Casos sin resolver
Popularitas:4k
Nilai: 5
nombre de autor: Sr. Corbatas

¿Qué sentirías al mirar los ojos de un asesino? Vacíos, fríos, sin alma. ¿Qué harías al tenerle frente a tí? ¿Huirías? ¿Esperarías la muerte? ¿Le enfrentarías?

Entonces...

¿Qué sentirías al tener al asesino tras de tí?

Esta es la historia de Levi.

NovelToon tiene autorización de Sr. Corbatas para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

7.

...Toma nota....

...Una vez que miras a los ojos a la muerte, nunca dejarás de sentir que te arrebatan la vida....

En este pequeño motel, al fin había encontrado el descanso. Dormí durante algunas horas, pero fuí despertado por mi teléfono.

...Levi... Ya cruzó el límite de la ciudad....

— Oye, despierta. Tenemos que irnos — Alerté a la chica en la otra cama, quien también dormía.

Le ayudé en su esfuerzo por levantarse, no se encontraba muy bien, pero cualquier cosa era mejor, que quedarnos allí.

— Gracias Levi... No sé qué haría sin tí.

Ni siquiera yo sabía qué estaba haciendo, tampoco sabía cuánto tiempo más podría seguir haciéndolo.

A veces negarnos es mejor que resignarnos.

3:00 A.M

Recibí un mensaje de Erica.

...Te espero fuera, ponte algo lindo....

¿Ponte algo lindo? Me puse cualquier cosa.

Salí de la residencia y lo que ví me dejó extrañado.

Era como si fuera otra persona.

Aquella chica del callejón, con la cara manchada por sangre, que emanaba ese hedor a putrefacción y muerte, ahora parecía una persona completamente diferente.

Tenía un vestido blanco, a penas por sobre la rodilla. Tacones a juego, no demasiado altos, patentes. Su cabello se veía brillante, su cara maquillada, sus labios carmesí. En cuanto la ví, me llegó un olor dulce, a chocolate, para ser exactos.

Titubeé en caminar, ni siquiera pensaba que fuera ella. Había alisado su cabello, hasta su piel se veía diferente.

Su vestido contaba con bolsillos laterales, donde tenía sus manos. Se veía inofensiva por completo, incluso, una chica así de delgada, con ese aspecto, se veía vulnerable, al menos para estar en las calles citadinas a esta hora.

— Hola, Levi. ¿Realmente esa es tu idea de "Ponte algo lindo?"

Yo sólo llevaba un suéter desteñido, un jean roto y unos deportivos.

— Me quedé dormido, salí a las apuradas.

Convencer a esta mujer de que me la estaba tomando en serio, podía salvar mi vida.

— Pues el que pasará pena, serás tú, no yo.

— ¿Pasar pena? Por qué?

— Saldremos, ¿qué parte de "una cita" no entendiste?

— ¿A dónde vamos?

— Tú sólo conduce, acompáñame.

— ¿Quieres que haga de tu guardaespaldas?

Ella estaba recostada de mi auto. Sacó sus manos de los bolsillos y se llevó una a la boca.

Definitivamente esta no era la misma chica que hace unos días atrás me estaba amenazando a punta de pistola en mi casa.

Se cubrió la boca con la mano, sus uñas estaban perfectamente pintadas y arregladas. Cabe destacar que hace 5 días no tenía uñas.

Creo que pasó los 5 días arreglando su imagen, definitivamente era algo sorprendente.

— Ji, Ji, no seas tonto Levi — Se rió con delicadeza. — Ambos aquí sabemos que si pasa algo, entre los dos, yo daría la cara.

Esto ya empezaba a dar miedo.

La miré en silencio y entré en el auto.

Conduje por las calles iluminadas de Cuzfield, ella en silencio me daba indicaciones precisas y no hablaba para nada más.

Llegamos a una especie de almacén enorme. Era un sitio realmente sólo. De cierto modo, yo estaba bajo cierta precaución, pero hoy no me sentía en peligro de ningún modo. Erica parecía una persona indefensa. Tenía los ojos bien abiertos y una sonrisa a medias.

Estacioné el auto y bajé con ella.

Había un hombre en la puerta, Las puertas del almacén eran gigantescas, de unos 6 metros quizás, pero donde estaba aquel hombre, había una puerta secundaria, más pequeña.

Caminamos hacia él, las paredes del almacén eran de bloque, me apoyé de la pared y sentí una vibración que emanaba de ella. Como si los bloques fueran a salirse. No entendía nada.

— Erica, que gusto verte hoy — Saludó amigablemente el hombre en la puerta

— Hola corazón, el gusto es mío, hoy vengo acompañada.

— ¿Y esa hazaña? Y... ¿Él? — El hombre me miró, juzgándome. El tipo era gigante, me sentí fuera de lugar.

— Sí, él, no seas grosero.

La sonrisa en la cara de Erica para con aquel hombre, desapareció.

— Bueno, tú mandas. — El hombre adoptó una postura sería.

El hombre abrió la puerta, señalando para que pudiéramos pasar. Erica extendió su mano, me tomó por la muñeca y me arrastró dentro de aquel sitio.

Caminamos por un pasillo angosto, las paredes vibraban a nuestro al rededor. Al inicio del pasillo había luces led que nos mostraban el camino, sin embargo al final de este, todo era mucho más oscuro.

El pasillo conectó con una puerta, y al abrirla, entendí la razón del por qué las paredes vibraban de ese modo. Era una especie de discoteca.

Había fácilmente 300 personas. La música estaba tan fuerte que hasta mi vista vibraba. Era un nivel de contaminación auditiva enorme.

Las luces ondeaban lentamente, pero en general, todo estaba oscuro.

Sólo veía el vestido blanco de Erica moverse. Sentí una sensación directamente opuesta a cuando estás a oscuras y de repente encienden todas las luces. Me sentí aturdido, Erica tiraba de mi muñeca y me hacía caminar entre toda la gente. Me dió dolor de cabeza.

Nos detuvimos en medio de todo el mundo. La música había reducido un poco la intensidad, o quizás en ese punto ya me había acostumbrado al ruido.

Erica empezó a bailar, al ritmo de la música, movía su cuerpo, juntándolo al mío.

Yo estaba paralizado, no entendía nada. ¿Esta mujer me había sacado a bailar sin más?

Entonces se acercó a mi oído y pude escucharla hablar.

— ¡Vamos cara bonita, baila! ¡¿No sabes bailar?! ¡Entonces sólo eres una cara bonita!

Sí sabía bailar. Más o menos. Pero esta no era exactamente la situación en la cual me hubiera sentido cómodo para ello.

— ¡Ya sé cómo vamos a averiguar si puedes moverte! — Dijo mientras sonreía.

Volvió a tirar de mi muñeca, llevándome hasta la barra.

Sí, esto era una discoteca. Una de muy mala muerte por lo visto.

— ¡Quiero dos liberadores, con mucho amor, porfa! — Le dijo al hombre en la barra, quién de inmediato empezó a preparar bebidas.

Le entregó dos vasos de vidrio a Erica, quién volteó a verme con su típica sonrisa en el rostro.

— Sabes que no tienes opción, ¿Verdad? — Se acercó a mi oído — Pero tranquilo, cuidaré bien de tí. Di "Aaa".

La observé, y tragué saliva. No podía confiar en nada de lo que esta mujer me diera, pero como ella misma me dijo, no tenía opción. ¿O sí?

Agarré el vaso con miedo, observé el líquido transparente que burbujeaba y me tomé la bebida.

Sabía real, realmente bien. Y mi énfasis es porque, definitivamente era la mejor bebida que había probado nunca antes. Era dulce, refrescante, y tenía esa sensación tibia como cualquier licor, sin embargo no causaba rechazo.

La tomé y abrí los ojos de par en par.

Erica me vió complacida y aplaudió, dando saltitos. Luego tomó su bebida y volvió a arrastrarme de la muñeca.

De ahí en adelante los recuerdos se borronearon en mi mente.

Todo lo que sabe demasiado rico, es porque probablemente es demasiado malo.

El efecto fué prácticamente inmediato. Sentí cómo todas mis sensaciones negativas desaparecieron, recuerdo verme bailar con Erica. Recuerdo mis manos en su cintura. Recuerdo moverme al ritmo de la música. Fué como si en un lapso de tiempo caí en trance.

Lo siguiente que recuerdo era estar vomitando en un inodoro. Ahí es cuando mi mente volvió a tener consciencia.

Devolví el estómago y luego me recosté de la pared del cubículo.

Seguía en la discoteca, estaba en el baño. Todo volvió a mí de repente, y había un silencio sórdido.

Apoyé mi cabeza de la pared del cubículo y suspiré, suspiré y de la nada, el silencio se quebró desde fuera del cubículo.

Escuché algo ser golpeado, pero aún no estaba del todo bien, mis sentidos se estaban recuperando.

Otro golpe, y otro. Cada vez se hacía más y más fuerte, como si lanzaran tomates contra una pared.

Busqué levantarme sin éxito, me sentí muy mareado, lo que me mantuvo sentado contra el cubículo.

De repente los golpes se detuvieron, y escuché una respiración fuerte, agitada, como de alguien que corre.

Las baldosas del piso eran de cerámica. Blancas, pulidas, impecables.

4:02 A.M

Las baldosas del piso empezaron a mancharse de sangre. Espesa, oscura, brillante.

Observé la abertura bajo la puerta mientras un charco de sangre se extendía hasta llegar a mis pies.

Seguí mirando en silencio absoluto, hasta que unos pies manchados de sangre se detuvieron frente a mi cubículo.

1
Ani🖤🌹
Listo ya la amo a Erica/Proud/
Ani🖤🌹
/Scare/OMG
Ani🖤🌹
siento que ella me va a caer bien
Ani🖤🌹
ya valió el Levi
Milagros Seijas
¿Cuando seguirás subiendo más capitulos?
Ana Peña
me gusta
Ashley R
Muero por seguir leyendo esta historia.
Sr. Corbatas: ¡Muchas gracias por leer!
total 1 replies
Ashley R
Mi piel se erizo, nunca había leído algo así. 😦
Ashley R
es muy interesante 😯
Ani🖤🌹: que intenso/Ok/
total 1 replies
ZoreKmm
y que pasó con la maniática?
Krisnay
Ojalá tener un perrito como Reno/Whimper/
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