Alejandro y Cassandra no se conocen, pero cada uno encontró el amor en otra persona y esto los llevó a un mundo de sufrimiento, por lo que se han jurado no volver a sentir amor por nadie más hasta que se encuentran.
¿Podrá haber una segunda oportunidad para el corazón de ambos?
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Capítulo 7 - Amanecer
Mientras estaban en el restaurante Cassandra vio a una pareja dándose un beso y recordó a Eduardo, a quien había conocido mientras trabajaba en la tienda de la mamá de su mejor amiga.
El fue a comprar un lapicero y para ella fue amor a primera vista, a la vez que creyó que a él le había sucedido lo mismo, ya que volvió al día siguiente y al siguiente, estuvo visitando la tienda por una semana hasta que ella aceptó tomar un café con él.
Desde ese día comenzaron a salir, primero como amigos y poco a poco fue entrando a su vida, la acompañaba a sus clases de danza, la dejaba en el convento en las noches y un día cuando menos lo esperaba le dijo que estaba enamorado de ella.
Ese día sintió como su corazón latia como loco y no podía respirar, hasta que de pronto sus labios estaban sobre los suyos, fue su primer beso y a pesar de que era un momento especial ella sintió como que iba demasiado rápido.
A pesar de que él también le gustaba, durante ese beso sintió que faltaba algo, no sintió mariposas en el estómago, ni esa sensación especial del que todo el mundo hablaba.
Al terminar el beso Eduardo le agarró la mano y siguieron caminando como si nada, ese beso había marcado el inicio de su relación.
También recordó como se comportaba con todas las personas que estaban a su alrededor, era tan carismático y encantador, ayudaba a las monjas cada vez que podía y siempre entablaba conversación con la mamá de su amiga.
Cassandra volvió a la realidad cuando sintió una mano que limpiaba sus lágrimas, era su tío.
-¿Te sientes bien? - le pregunto
-Si, no es nada - respondió y se fue a su habitación
Llegó el día sábado y Alejandro se levantó antes de que amaneciera para ir a correr, cuando ya estaba listo e iba saliendo vio un auto detenerse frente a su casa, lo cual le extrañó ya que era un lugar alejado al cual iba cuando necesitaba desconectarse de todo.
Era una cabaña que se encontraba en una zona boscosa cercana a la ciudad y que estaba rodeada de naturaleza.
Al salir vio que era su amigo Joshua quien se bajaba del auto.
-Hola amigo, vine con compañía - en ese momento se bajaron dos chicas del auto
-Ella es Patricia, mi novia y Pamela su hermana - Alejandro les dio la mano y vio como un de las chicas se acercó a Joshua
La otra chica lo miraba fijamente y se notaba el parentesco entre ellas, las dos eran delgadas, de piel morena, labios finos, ojos colo miel y una cabellera negra rizada.
-Vamos, se nos hace tarde - dijo Alejandro y se fue adelante
Sabía lo que estaba intentando hacer su amigo y no quería darle alas a esa chica, no se sentía preparado para relacionarse con ninguna mujer y se lo haría saber de la mejor manera.
Caminaron un poco para calentar el cuerpo y luego comenzaron a trotar para llegar más rápido a la cima, por lo que después de casi dos horas llegaron al punto más alto de la montaña.
Se sentaron a descansar y luego de unos minutos comenzó a aparecer el sol en el firmamento, se podía ver como la niebla iba quedando abajo y el sol la iluminaba de forma hermosa.
Luego de un buen rato Pamela se acercó a donde estaba sentado Alejandro, ya que Joshua y Patricia estaban demostrándose su amor y tomándose muchas fotos juntos.
Ella intentó hablar con él, mientras el por su parte le contestaba lo más formal posible, no quería que ella creyera que aceptaba su coqueteo, ella le hacía preguntas y el solo respondía, de vez en cuando se instalaba un silencio entre ellos que ella se encargaba de cortar.
-No acoses a mi amigo, dejalo tranquilo - se escucho a Joshua decir
-No lo esto acosando, solo quiero conocerlo un poco más - le respondió ella con su voz cantarina
Alejandro miró a Joshua serio, sabía que había planeado lo que estaba sucediendo.
-Me parece que lo mejor será que volvamos, tengo algunos pendientes que hacer - dijo Alejandro levantándose de donde estaba
-¿Dije algo malo? - preguntó Pamela
-No, pero necesito regresar lo antes posible - respondió Alejandro
-¿Crees que podamos salir alguna vez? - siguió preguntando Pamela a quien le había gustado Alejandro y quería volverlo a ver
-No lo creo, soy una persona muy ocupada - le dijo antes de comenzar a caminar
Volvieron a la casa y los visitantes se fueron, Alejandro los despidió y luego se fue a su casa, se dio una ducha y se puso a adelantar algo de trabajo.
Unas horas después se tomó un descanso y llego a su mente el recuerdo del día que conoció a Angélica.
Era un invierno bastante frío en Francia, los dos estaban hospedados en el mismo hotel, el estaba sentado en una mesa cuando una chica de ojos marrones le pidió permiso para sentarse con el, ella pidió un chocolate caliente y le regalo una sonrisa como agradecimiento por su amabilidad.
Cuando iba a cancelar se dio cuenta de que no llevaba su cartera con ella.
-Una de mis amigas se ha llevado mi cartera, pensaras que me senté contigo para que pagarás mi bebida - la chica estaba sonrojada por la vergüenza que estaba pasando
-No te preocupes, será un placer, me gustaría agradecerle a tu amiga porque ahora me deberás un favor - el le sonrió y ese fue el comienzo de una noche en la que hablaron hasta el amanecer
La conversación entre ellos fluyó de una manera nunca antes vista, era como si se conocieran de toda la vida, además los dos vivían en la misma ciudad, por lo que al día siguiente ella lo invito a unirse al grupo con el que ella estaba y así lo hizo.
Para el fueron las mejores vacaciones que tuvo y luego de unos meses estaban estudiando los dos en la misma universidad, aunque en carreras distintas y una noche Alejandro la invitó a cenar para pedirle que fuera su novia, dándole su primer beso, el cual fue uno de los momentos más felices de su vida.
Durante ese beso pudo sentir que ella temblaba ligeramente y después vio un brillo especial en sus ojos.
-Te amo Alejandro, desde hace tiempo, pero no quería presionar la situación, siempre has sido muy especial para mi - Angélica lanzó un suspiro, ya que estaba esperando ese momento desde hacía tiempo
Porque están en ese estado tan depresivo??
Un comienzo distinto, me gusta.
veamos que sigue.