Amor Prisionero

Victoria subió al avión que la llevaría a México, y de allí iría a Monterrey, Nuevo León...

Se sentía muy mal por la humillación que acababa de sufrir en la universidad de Francia, pero jamás se daría por vencida...

Tenía un boleto de ida y vuelta por tiempo indefinido...

Tardó más en llegar a Francia que lo que va a tardar en regresar a México...

Victoria vio a las azafatas atendiendo a los pasajeros y se vio a sí misma representando ese papel...

"Señorita, ¿me puede traer agua, por favor?

Por supuesto, enseguida vuelvo...

Rato después Vicky llegaba con una charola con varias botellitas de agua y algunas botanas...

Les empezó a dar agua a los pasajeros que le pedían...

Vicky estaba muy atareada repartiendo agua y botanas, estaba feliz en su trabajo, había hecho un gran esfuerzo para llegar hasta ahí, pero había valido la pena...

Era una azafata muy reconocida, todos los pasajeros querían ser atendidos por ella.

Vicky era muy hermosa y muy amable, trataba con toda paciencia a todos, siempre tenía una sonrisa...

Estaba atendiendo a los pasajeros cuando vio uno que resaltaba de entre los demás...

¿Alfonso?, ¿tú aquí?

Supe que eras azafata y quise venir a verte...

Pero, ¿cómo es posible?, ¿y tus estudios?

Estoy de vacaciones, mis padres me pagaron el boleto del avión, saben que te amo, y son felices de verme feliz...

¿De verdad me amas?, ¿puedo tener ilusiones contigo?

Claro, Vicky, ¿quieres ser mi novia?, yo te amo desde que te vi la primera vez...

Alfonso, nunca esperé esta confesión de amor de tu parte... Y menos en un avión...

Tienes razón, pero es más emocionante así, dos enamorados en un avión...

Victoria sintió como su cara le ardía, estaba completamente ruborizada...

Entonces, ¿qué me contestas, amada mía?, Alfonso se veía realmente enamorado de Victoria.

Sí, Alfonso, yo también te amo... Victoria sintió por primera vez un beso en sus labios, ocupada como estaba en sus estudios, y en su trabajo, no había tenido una oportunidad para el amor...

Vicky decidió aceptar a Alfonso como su novio, estando a su lado no tenía nada que temer.

Su noviazgo iba viento en popa, eran la pareja más enamorada del planeta, la felicidad afloraba por todos los poros...

En realidad ella se lo merecía, tantos sufrimientos habían hecho mella en ella...

Y ahora la vida la premiaba con el amor en los brazos de un hombre muy detallista y noble...

Alfonso le regalaba una flor diariamente, la invitaba a comer, iban al cine, Alfonso la respetaba mucho, era el hombre ideal.

Victoria por fin había olvidado todos los malos tratos que pasó en su familia con su padre, y todos los golpes que le daban.

Alfonso fue a buscarla ahí al aeropuerto donde trabajaba de azafata, esta vez no tenía ningún viaje, tenía el día libre y Alfonso la llevó a cenar, tenía una idea en mente y quería compartirlo con ella...

Amor, ¿qué es eso tan urgente que quieres decirme?, Victoria estaba muy ansiosa por saber lo que su novio le quería decir.

Espérame mi amor, no te impacientes, primero vamos a cenar.

No seas malo, dime lo que tienes que decirme, le dijo Vicky muy coqueta.

Está bien, tú ganas, te lo voy a decir en este momento, luego sacando una cajita de la bolsa de su saco puso un pie en el suelo y le dijo muy enamorado, ¿quieres ser mi esposa?

Mi amor he soñado tantas veces con este momento, sí quiero casarme contigo...

Vicky, no sabes lo feliz que me haces...

Pero tendremos que hacerlo sin que mi padre se dé cuenta, no vaya a ser que me quiera matar...

No te preocupes mi amor yo hablaré con él, no te voy a dejar nunca ya verás. Seré tu escudo, tu protector, tu ángel de la guarda, nunca jamás nadie te pondrá una mano encima, tendrán que pasar primero por mi cadáver.

Gracias amor, me reconfortan tus palabras, te amo tanto soy tan feliz...

Y yo te amo a ti mi vida, no tengas miedo nunca más...

Pues entonces ve haciendo los preparativos para nuestra boda, nos casaremos cuanto antes si estás dispuesta... Alfonso lo que no quería era que ella siguiera sufriendo por eso se quería casar con ella ya...

Oh, mi amor, de verdad que no puedo creerlo, yo, preparando mi boda, es algo que nunca imaginé que llegaría a pasar.

Pues ya ves, está pasando y no es un sueño mi amor, es la pura realidad, ven aquí; y le dio un fuerte abrazo y un beso lleno de amor.

Victoria se sintió transportada al otro mundo, su felicidad era completa, ahora sería la esposa de Alfonso y viviría llena de amor...

El día de la boda se llegó muy rápido, aunque los padres no estuvieron de acuerdo, tuvieron que aceptar porque ella no se iba a dejar de nadie, además, Alfonso era muy joven como para dejarse amedrentar por el padre. No les quedó más remedio que estar de acuerdo con ellos, total, su hija era un estorbo en su vida.

Vicky llegó al altar acompañada de su padre que no veía con buenos ojos ese matrimonio pero trató de disimular lo más posible.

Ella llevaba un vestido blanco muy esponjado y muy hermoso, el velo le caía por la espalda, la cola del vestido medía 2 m de largo. Como no había ningún niño en la familia, la llevaba arrastrando por todo el pasillo hasta el altar.

Todo el mundo se daba cuenta de lo felices que estaban ambos, y se sentían invadidos por esa gran alegría...

Se había llegado la hora tanto tiempo anhelado por Vicky.

El sacerdote ya estaba ahí esperándolos e inició la ceremonia, todos los todos los presentes estuvieron atentos a las palabras del sacerdote.

Estamos aquí reunidos para celebrar la boda de Alfonso y Victoria, que han venido libremente, a compartir con todos su gran amor.

Por eso, después de haber escuchado sus votos, me dispongo a hacerles la pregunta...

Señorita Victoria, ¿acepta usted por esposo al joven Alfonso?, un gran silencio invadió la iglesia esperando escuchar la respuesta de Vicky...

Señorita Victoria, el padre le habló, ella no lo escuchaba parecía que estaba en un sueño. Señorita Victoria, señorita"...

Señorita, la voz de la azafata la volvió a la realidad...

Victoria despertó de su ensoñación, "oh, todo fue un sueño"... Pensó al ver que todavía estaba en el avión...