La Noble Esposa Del Presidente

— Tía, estás lastimando a mi hermana - La dulce voz de Gabriela había sorprendido a ambas mujeres, la apariencia de Gabriela Fontaine era la de una Princesa, su mirada era fría.

— Gabi Querida, deja de ser tan buena con gente que no lo merece, recuerda que ella solamente se aprovechó de la situación para.

— Has llegado - una mano se posicionó firmemente en la cintura de Susan, aquel agarre provocó una sensación de cosquilleo en el cuerpo de la mujer - estuve esperándote un pequeño rato - Arturo se mostró totalmente distinto a la Bestia que ella conoce y dejó conocerse en la intimidad.

— Arturo - Susurró Gabriela, en eso Susan levantó el rostro al escuchar la voz de su hermana, quiso apartarse de Arturo, ella no quería hacer sentir mal a su hermana, pero Arturo no le permitió realizar aquel intento de apartarse.

— ¿Cómo estás, Gabriela? Madre si nos disculpan, Susan y yo tenemos que entrar.

— Gabriela no tiene quien la acompañe, Susan estará con su amiga, tampoco creo Que tu esposa tenga inconveniente en que entres con Gabriela ¿Verdad Susan?.

— Por supuesto, tía yo - Pero antes de que Susan termine de hablar su marido habló.

— Mi esposa es muy noble, pero no tengo tiempo para nobleza— Con aquellas palabras Arturo se llevó a Susan con él.

Susan pudo sentir la mirada penetrante puesta en su espalda, sentía que aquella mirada la quema, ella no dudaba que provenía de su suegra.

— No me gustan las impuntualidades - Arturo hizo que Susan detuviera sus pasos.

— La tía me.

— No me interesa que haya pasado contigo, tú debías de tener la entereza de salir de allí rápidamente - la mirada de Arturo era aterradora, mientras Susan retrocede logrando que su espalda choque por la pared, cualquiera que los viera pensaría que están teniendo amoríos.

— Arturo Lacronte - la voz de otra persona los había interrumpido.

— Cesar Abdo - Arturo se había dado la vuelta para mirar al hombre, mientras entrelaza su mano con la de Susan.

— ¿Y esta hermosa mujer, es tu hermana? - Se notaba la rivalidad entre ambos hombres.

— Es mi esposa, es la Señora Lacronte - Susan se sentía pequeña ante ambas personas, pero solamente quedaba aferrarse a Arturo.

— Pues es un gusto conocerla señora Lacronte - el hombre llamado Cesar se acercó hasta Susan con la intensión de saludarla, pero Arturo había dado un paso adelante.

— Mantente alejado de mi mujer - con aquellas palabras expresadas Arturo avanzo y por detrás de él y tomada de su mano fue Susan, dejando al hombre con una sonrisa peligrosa mientras los observaba alejarse.

El interior del Salón Empresarial estaba lleno de personas involucradas con el negocio, Susan se sintió intimidada aunque estuviera tomada de la mano de Arturo, habían llegado hasta una mesa en dónde se encuentran otros empresarios muy reconocidos.

— Señor, Lacronte es un placer tenerlo con nosotros esta noche - Un hombre con canas y unos lentes que parece un profesor de Ciencias se había puesto de pie para saludar a Arturo.

— Buenas Noches, Montero - Arturo tenía la costumbre de llamar a las personas por su apellido y mientras habla o saluda mantenía una postura intimidante.

— Señora Lacronte, sea bienvenida a nuestro Círculo - Expuso el hombre con canas, extendiendo la mano para saludar a Susan, pero Arturo una vez más había hecho de las suyas y antes de que las manos de ambas personas entren en contacto, Arturo le cortó la mano.

— No acostumbro a que mi mujer tenga contacto con otros hombres - Susan abrió los ojos como platos ante tal arrebato de Arturo.

— Disculpe señor Javier Montero, el Señor y la Señora Lacronte tienen un Fetiche con el contacto de piel a piel.

— Oh, por supuesto debería yo de limpiarme las manos con desinfectante antes de tocar a los Señores Lacronte, fue una imprudencia mía, mientras la Asistente de Arturo lidia con Javier Montero, Susan quería golpear hasta la muerte a su marido.

— ¿Por qué fuiste tan desubicado? - La pareja había tomado asiento en el centro de todo el Salón, por supuesto Susan no sabe que esta noche se elegiría al Empresario del Año - No te pertenezco y yo puedo saludar a quien quiera.

— Por qué eres tan hermosa y habladora, pareces un perico - Susan no supo si sentirse ofendida o halagada ante las palabras de Arturo - Además eres mi esposa y mientras sigas casada conmigo, tu contacto con otras personas es totalmente limitada.

— Eres un demonio - Susan miró hacia abajo - Mirar los tacones que traigo puesto es mucho mejor que hablar contigo.

— Supongo que tener contigo sexo es mucho más atractivo que hablar contigo, eres mejor gimiendo que hablando - Arturo había sonreído provocando más irritación en la pequeña mujer.

Ambos habían dejado de discutir, Arturo había recibido informes de su secretaria y Susan se sentía más como un mueble, hasta que sus ojos verdes brillan al captar la presencia de Daniela, por supuesto que la rubia pareció captar la mirada de su amiga, puesto que también había levantado la cabeza encontrándose con Susan.

La noche transcurría entre conversaciones de negocios, el Anfitrión hablaba hasta que las luces se apagaron.

— Ha llegado el momento de anunciar al Empresario del año - Expresó el hombre, a esas alturas Susan ya tenía varias copas de más, puesto que Arturo había recibido los saludos de innumerables personas, y Susan había quedado en un segundo plano, entonces ella se había puesto a beber al grado de que ahora estaba un poco mareada.

Las luces redondas habían empezado a dar un Show único, hasta que se detuvo por encima de la Cabeza de Arturo, Susan había dejado ver una sonrisa espléndida.

— Arturo Lacronte - El hombre se había puesto de pie mientras la Luz redonda lo acompañaba hasta el centro de la Pista de Baile - Y por supuesto la Dama de Oro para el Empresario de Oro es - nuevamente las luces habían empezado a recorrer deteniéndose por encima de la cabeza de Gabriela Fontaine - La Dama de Oro es Gabriela Fontaine - el Anfitrión dejó de hablar todas las luces se habían apagado dejando solamente la luz que enfoca en Gabriela y Arturo prendidas, los pasos de Gabriela la guían hasta Arturo, su rostro tímido, su porte de Princesa.

El hombre la tomó de las manos y todas las personas quedaron embelesados por la imagen de una pareja perfecta, Susan había sonreído, ella no tenía ningún inconveniente en que su hermana baile con su marido, es más, ella bien podría actuar de casamentera, pienso que esta bastante consiente de que su Hermana y Arturo se aman.

— No es usted la esposa de Arturo, entonces ¿por qué baila con su hermana? Ah, es ella el amor de su vida.

— Señor Cesar - Susan se dio la vuelta, Cesar Abdo era un hombre muy apuesto y una Susan pasada de tragos era encantadora - Nuestro matrimonio es Arreglado, él y yo no tenemos sentimientos en común - su cara estaba sonrojada y sus ojos verdes estaban brillantes, el baile seguía, aunque Arturo no mostraba ninguna emoción, bailaba con Gabriela que demostraba mucha emoción además de timidez.

— Entonces la señora Lacronte, no tendrá problemas en acompañar a este pobre hombre en una discoteca, sales sobrando aquí.

— No confío y no salgo con desconocidos - Susan se llevo una aceituna a la boca, sus labios eran sensuales, Daniela también los estaba observando.

— Pues para que deje de ser un desconocido, deberías de conocerme - Cesar se acercó aún más a Susan, y esta no retrocedió, a una distancia prudencial una mujer había sudado frío al observar la cercanía de la Esposa de su jefe con otro hombre.

— Está bien - Susan había sonreído— Pero antes iré al tocador, espérame afuera. 5 minutos después Susan salió - Esperemos un momento más - Cesar asintió entonces otra mujer se les había unido - Ella es Daniela, mi mejor amiga y nos va a acompañar.

— Buen truco - Cesar saludo a Daniela posterior a esa se habían alejado, al mismo tiempo que el baile había terminado, por supuesto Gabriela quería seguir con el baile, pero Arturo se disculpó.

— ¿Dónde está Susan? - Preguntó Arturo a su asistente, que tragó saliva.

— Ella se ha ido - Arturo no dejó que su asistente dijera la peor parte, ni siquiera dio su discurso, había salido directamente del Salón.

Cuándo Arturo Lacronte llegó a la Villa, un grupo de 3 personas entraron en la Discoteca más prestigiosa de Londres, Arturo se fue hasta su habitación y no la encontró, entonces la llamó, pero la llamada nunca conecto.