Una Chica Ruda Reencarna en una Nerd Tímida

“Vaya. Rota, y eso que se la pedí prestada a alguien,” dijo Key al ver que la rueda de su skyboard estaba doblada.

Con resignación, colocó el skyboard bajo su brazo izquierdo y se dirigió a la clase de Keyla. Sí, por suerte, todos los recuerdos estaban en su cerebro. Si no, Key se habría vuelto loca.

Cuando Key entró en clase, muchos ojos la miraron con interrogación.

“¿Es la nueva?”

“¿Pero su cara me suena un poco, no?"

“Sí, no me resulta extraña.”

“¿No es la empollona?”

“Sí, es la empollona. Cuatro ojos.”

“¿En serio?"

“No estoy seguro.”

“Oye, pero en serio es la empollona.”

“¿Nuestro tendedero andante?”

“Pues sí. ¿Qué otra empollona hay aparte del tendedero andante, joder?”

“Dios mío. No me lo creo.”

“¿Por qué va tan a la moda? Parece una chica marimacho.”

“Solo está aparentando, quizás.”

Los susurros llegaron claramente a los oídos de Key. Key no quiso darle importancia; eligió sentarse en la tercera fila, en el rincón. Dejó su skyboard en el suelo y se recostó en la silla, cerrando los ojos. Un momento después, unos chicos se le acercaron.

“Eh, empollona. Danos dinero,” dijo uno, haciéndose el duro.

Key seguía sin abrir los ojos. Perezosa para lidiar con el acoso; ella era la acosadora, no la víctima, un momento, su mundo había cambiado.

“¡Oye, sorda! Danos dinero. Ya eres tonta y encima sorda,” gritó otro chico.

Key se sintió molesta. Chasqueó la lengua con fastidio y los miró. “¿Qué demonios? ¿Creen que soy su madre para que me pidan dinero?” espetó irritada.

“Vaya, vaya. Así que ahora te atreves con nosotros,” dijo el chico más guapo de ellos.

Key estiró las piernas y se cruzó de brazos. “¿Y quiénes se creen que son? ¿Dios, para que les tenga miedo?” preguntó con voz neutra.

“Vaya. Esta chica se está volviendo más arrogante. Es verdad que es guapa, pero sigue siendo una empollona,” dijo otro de los chicos.

“Chist, chist. Dicen que soy una empollona, pero aun así me halagan. Los universitarios a veces no usan el cerebro, solo el dinero de papá,” replicó Key con cinismo.

¡Pum! “Te estás burlando de mí.” Golpeó la mesa de Key con furia.

“Sí...” Los ojos de Key los miraron fijamente.

¡Zas! Un puñetazo casi alcanza la cara de Key, pero resbaló y golpeó la pared. Key se levantó de su asiento y los empujó para alejarlos.

A Key le daba pereza que la acosaran. Por eso, tenía la intención de darles una lección.

¡Pum!

¡Crac!

Key pateó al chico más guapo. Ese chico era su superior, llamado Jeck. Jeck salió despedido y chocó contra una silla de estudiante. Rápidamente, giró sobre sus talones y pateó al amigo de Jeck. Más precisamente, a Lano. Lano incluso tuvo un destino más trágico: chocó contra su amigo que estaba detrás y salió despedido contra la pared.

Key usaba patadas porque sus manos no eran lo suficientemente fuertes para golpear. Era difícil, ciertamente, con una mano cuyas venas casi se habían roto, además de haber sido agarrada fuertemente por su maldito hermano mayor.

“¡Adelante!” desafió Key cuando aún quedaban dos que no habían sido golpeados. Con movimientos rápidos y fuertes, atacaron a Key. Key esquivó hacia la derecha y agarró la robusta mano de Roy, mientras su pierna derecha pateaba el estómago de Timol. Timol salió despedido, golpeando a su amigo que ya estaba en el suelo.

¡Crac!

¡Agg!

¡Pum!

No solo lo golpeó. Sino que Key también le rompió el brazo y estampó a Roy contra un banco; el banco incluso resonó con fuerza y casi se rompió. Poco después, Jeck se levantó y atacó a Key. Pero, desafortunadamente, Key lo pateó con fuerza primero. Una vez más, cayó de espaldas al suelo.

“Se atreven a acosarme. Están acabados,” gritó Key enfadada. “Lárguense de mi vista. O los mato a todos,” continuó.

“Ay, ya verás,” dijo Jeck mientras ayudaba a sus otros amigos. Algunos de ellos ayudaban a Roy, cuya mano seguramente estaba rota, además de su columna vertebral.

Todos miraron a Key sorprendidos. ¿Desde cuándo una empollona sabía pelear? Pero se sorprendieron aún más cuando Key les gritó con dureza: “¿Qué están mirando? ¿Creen que estoy montando un circo, eh? ¡DISPÉRSENSE O LOS MACHACO!”

Al instante, se quedaron en silencio y se marcharon asustados.

“Ssshh...” Key exhaló bruscamente. Volvió a sentarse, observando a la gente que empezaba a limpiar el desorden. Nadie se atrevió a regañar a Key por el caos existente.

Pero después, entró un profesor.

“Buenos días a todos.” Era el señor Fauzan. Un profesor de mediana edad, temido, de unos 40 años; enseñaba estadística.

Keyla acababa de empezar el primer semestre de universidad; más precisamente, una novata que había elegido la carrera de administración. Igual que sus hermanos mayores. Porque quería ser considerada inteligente e igual a ellos. Por eso, Keyla siempre elegía la misma carrera que sus hermanos mayores. Aunque su cerebro no era capaz de cursar dicha carrera.

Desde pequeña, a Keyla le costaba mucho aprender; su CI era mucho más bajo que el de sus hermanos mayores. Por eso también era considerada tonta y una vergüenza para la familia.

“Buenos días, profesor....” respondieron los estudiantes al unísono.

“No han olvidado que hoy tenemos examen parcial, ¿verdad?” preguntó bruscamente.

“Lo recordamos, profesor...” respondieron al unísono.

Keyna, o la chica marimacho que había entrado en el cuerpo de esta empollona, suspiró. Ella también acababa de empezar el primer semestre. Pero no en esta universidad. También había elegido la carrera de Administración. A Keyna la llamaban más a menudo Key. No era una chica tonta como Keyla; incluso tenía un CI por encima de la media. Desde que puso un pie en el jardín de infancia hasta la secundaria superior, siempre había obtenido el primer puesto general. Solo en la secundaria superior obtuvo una vez el segundo puesto general. Porque su trabajo la hacía faltar a clase a menudo.

Le gustaba causar problemas y pelear. Pero era una persona muy disciplinada y valoraba el conocimiento. Por muy cansada que estuviera de trabajar, se esforzaría por buscar conocimiento. Porque, según ella: Cuanto más conocimiento adquiría, más se daba cuenta de lo ignorante que aún era.

Una vez, su profesor le dio una opción: Key podría graduarse de la secundaria superior en solo medio año. Pero Key se negó; quería entender el aprendizaje al mismo ritmo que los demás. De hecho, Key ya dominaba los conocimientos que su profesor dominaba. Sí, le encantaban todos los libros que contuvieran conocimiento, ya fueran novelas o libros de texto.

El señor Fauzan repartió los exámenes parciales. Cuando le entregó la hoja en la mesa de Key, la miró brevemente. Key frunció el ceño, porque su mano, extendida para tomar el examen, quedó en el aire. “¿Sucede algo, profesor?” preguntó ella.

“¿Eres una alumna nueva?” preguntó el señor Fauzan, extrañado. No tenía ni idea de que hubiera una alumna nueva. Pero ¿cómo podía haber una alumna nueva en un semestre como este? Normalmente, solo en el segundo semestre había alumnos nuevos, y aun así, eran alumnos que cambiaban de carrera.

“Soy Keyna... eh, quiero decir, Keyla, profesor,” respondió Key, habiéndosele escapado.

“¿La chica empollona?” preguntó el señor Fauzan, confundido.

Key chasqueó la lengua, molesta por ser llamada empollona. “Mire, profesor. Usted es un modelo para nosotros; si no puede controlar su boca y habla así de sus alumnos, ¿cómo puede la gente respetarlo? La próxima vez que lo escuche llamarme así, lo denunciaré al rector,” amenazó Key sin miedo.

El señor Fauzan casi se quedó boquiabierto. “¿Me estás amenazando?” preguntó gritando.

“Si lo considera una amenaza, adelante. Pero el deber de las personas es recordarse mutuamente sus errores,” dijo Key con frialdad. Le arrebató el examen de la mano al señor Fauzan, que aún lo sostenía en el aire.

“¿Así que ahora te atreves?” preguntó el señor Fauzan, enfadado.

“Profesor, dese prisa. Se acabará el tiempo....”

“Sí, profesor,” corearon otros, un poco molestos.

El señor Fauzan miró brevemente a Key. “Qué pretenciosa recordándome mis deberes. Seguramente sacarás una E,” dijo, y luego fue a repartir los exámenes a los demás.

Key suspiró al ver el examen parcial. No era por presumir. Key era una de las estudiantes de la Clase Internacional; por eso, estaba acostumbrada a preguntas o ejercicios mucho más difíciles.

Esta Clase Internacional era una clase de élite. Más precisamente\, una clase para gente inteligente. ¿Su contenido? Ni preguntes. ¿Los profesores? Se podría decir que todos eran temibles. *Just* esto es un hecho; si no me creen\, compruébenlo directamente en las universidades que tienen clases internacionales.

¿Enfrentarse a profesores temibles? Fácil para ella; incluso los profesores temibles querían mucho a Key, aunque ella peleara a menudo. Key era una de las estudiantes supervisadas especialmente en el ámbito académico. Primero, porque era inteligente. Y segundo, era una chica muy traviesa y a menudo causaba problemas. Las autoridades del campus simplemente no querían desperdiciar un diamante cubierto de barro.