El Hombre Que Más Odio

Al siguiente día ella no quería estar ni un segundo más con ese hombre y estaba por salir de la propiedad cuando él la detuvo.

-¿tanto te urge estar con tu amante para salir tan temprano?- ella esbozó una sonrisa y respondió –claro cómo te lo comente tu puedes hacer lo mismo y a mi déjame en paz-

-¿Por qué vistes como vagabunda si mi abuelo te da lo suficiente para tener ropa de marca?- le indico cambiando la conversación

-¿y cómo para qué?, yo estoy tan feliz con mi ropa de vagabunda- dijo muy orgullosa

-¿y así pretendes ser mi esposa?- ella rió a carcajadas

-no pretendo ser tu esposa, yo soy tu esposa, pero no creas que estoy orgullosa de serlo, gustosa cedo mi puesto pero lamentablemente tengo que soportarte por tres largos años-

-podemos reducirlo a lo máximo un año con la otra proposición del abuelo-

-lo pensaré tal vez la fecundación in vitro no sea tan mala opción-

-no creo que el abuelo apruebe que su bisnieto salga de un laboratorio-

-te refieres a hacerlo de la forma tradicional, ni lo pienses me das asco nunca podría- él no sabía porque pero el que le dijera que le daba asco le dolía así que contestó de  manera muy grosera

-tienes razón una mujer tan libidinosa no tiene por qué darle un nieto a esta familia no eres digna-

-Qué bueno que pienses así me voy no soporto ni respirar tú mismo aire- salió la muchacha del lugar. Antes de alejarse lo suficiente él le gritó –no quiero verte con ningún hombre tu no vas a matar a mi abuelo-

-Cómo podré soportar estar tanto tiempo casada con este hombre tan déspota, ¿abuela porque?-se preguntaba al salir de la casa.

Tomas salió a casa de sus padres tenía que ir de vez en cuando, al llegar sólo encontró a su madre Karen Ruiz, ella le indico

-hijo que tanto tienes que cuidar la casa del abuelo  con que vayas un día a la semana yo creo que bastara no entiendo tu afán de estar todos los días en esa casa tal lejana y horrenda- comentó con desprecio

-madre ya te lo dije es una promesa que le hice al abuelo y me agrada la tranquilidad de ese lugar ahora entiendo del porque el abuelo le gusto esa casa- y era cierto la casa estaba alejada de la ciudad por la tanto era muy tranquila.

-hijo y ¿cuándo piensas formalizar tu noviazgo con Alondra?- él pensó como puedo formalizar un noviazgo inexistente y además estoy casado.

-Madre yo no tengo un noviazgo con Alondra, ni lo quiero tener-

-pero tu padre ya le dio su palabra al señor Torres-

-Madre no estamos en la época de la cavernas para que obliguen a los hijos a casarse- tan pronto como él pronunció esas palabras se arrepintió y sonrió,  solo pensó cómo puedo decir eso tan a la ligera si por un lado mi abuelo me obligó a casarme con alguien que  ni conozco y ahora mis padres intentan hacer lo mismo que ironía.

-Madre por favor podríamos cambiar de tema vine a esta casa a despejarme un rato ¿y tú me agobias?-

-hijo es un buen negocio me indica tu padre que asociarnos con ellos sería muy conveniente-

-es conveniente más para ellos que para nosotros su empresa es muy pequeña en comparación a nosotros además los negocios están muy bien no hay necesidad de nada de eso-

-hijo sé que no te quieres casar pero son decisiones de tu padre y me temo que te obligara-

-no tiene como, mi abuelo es el que decide todo hasta el momento y así seguirá hasta que muera, mira madre no quiero hablar del asunto mejor me retiro-

El subió a su recamara y permaneció en ella por unas horas y después salió a comer con su madre para después salir del lugar

 Al llegar Ximena estaba practicando un poco su técnica ya que no estaba segura de participar en la competencia pero quería estar preparada, estaba en el patio practicando un poco de sombra y él se quedó parado en un árbol observándola de lejos, el también gustaba de hacer ese tipo de actividades  y pronto subió a su recamara para cambiarse y acompañar a Ximena.

Ximena estaba tan concentrada que no se dio cuenta de quien la observaba hasta que una voz ronca se escuchó por detrás

-eres un poco torpe en tus movimientos- ella volvió extrañada pero no lo tomó en cuenta.

-tu  patada es muy débil- y así empezó a criticar cada una de sus movimientos hasta que ella explotó

-te crees un experto demuéstralo o simplemente cállate y vete de aquí- indicó indignada

El empezó el combate de sombra y para su sorpresa de Ximena era bastante bueno pero pronto también encontró defectos y los empezó a describir

-a te crees entonces que me podrías ganar ¿porque no lo intentamos?- ella no le temía a los retos y acepto-

Combatieron y por un tiempo estuvieron en igualdad, pero pronto Tomas superó a Ximena, ella no estaba acostumbrada a combatir con hombres y por la masa muscular de él la derrotó no tan fácil como él hubiera esperado.

-ves cómo eres torpe sigue esforzándote y tal vez seas tan buena como yo alguna vez-  dijo mofándose de superioridad cosa que a la chica no le agrado y le quiso dar un puñetazo que el esquivo y le comento –eso no tiene nada de técnica, eres agresiva como es que te soportaba tu novio-

-porque solo soy agresiva con las personas que odio y a él lo Amo- por algún motivo eso no le pareció a él y se enojó. Y la sujeto de brazo muy fuertemente.

-¿lo extrañas tanto?, ¿qué extrañas sus besos, sus caricias?- dijo y se acercó muy peligrosamente a su cara

Con los ojos llenos de ira ella le grito –todo lo que mencionas-

 Él la tomó y junto sus labios con los de ella depositó en ella un beso suave y lento, sus manos pasaron de sus codos a su cintura, ella abrió los ojos llena de frustración y pensó no por favor mi primer beso no puede ser el hombre que más odio. Al separarse ella estaba más que furiosa le había robado su primer beso ese era el recuerdo que tendría de ese momento y con ese hombre, con esos pensamiento le dio una bofetada y le indico- nunca más en tu vida te atrevas a besarme ¿qué te crees?-

Él rió burlonamente y solo dijo con indiferencia –tu marido, y por lo tanto tengo derecho  de eso y de más si me da la gana pero como te indique no despiertas nada en mi- dijo con desprecio y odio en sus ojos

La arrojó al pasto y se fue de ahí burlándose, ella llena de ira solo cerró los puños  y se juró que eso se la pagaría tarde o temprano.