Me Enamoré De Ti.

JungSun nunca había estado tan cansado como lo estuvo esos últimos días. Nunca imaginó que cuidar a un bebé de 2 años sería tan complicado o incluso más complicado que el trabajo que él mismo desempeñaba en la empresa. Siempre que escuchaba a su esposa quejarse de lo cansada que se encontraba al final del día creía que era solo una manera de molestar, además de que por su cabeza siempre pasaba ¿que podía ser un niño de 2 años? Bueno, ahora no sabía.

Durante esos días en los que su esposa estuvo fuera tuvo tantas oportunidades de volverle a ser infiel como todos los días, sin embargo se encontraba tan cansado que por su cabeza no pasaba la oportunidad de hacerlo; leía una y otra vez los mensajes de sus amantes que la invitaban a ir con ellas al hotel más cercano y hacer lo que prácticamente hacían todas las noches después del trabajo.

JungSun anhelaba el regreso de Hana, y si bien su relación padre-hijo había aumentado y se sentía muy feliz pasando tiempo con su hijo, él deseaba por fin poder dormir más tiempo del que estuvo durmiendo en sus últimos días. Además de eso, todo ese tiempo le había servido para valorar un poco más el trabajo que ella hacía por él así que a partir de ese momento la ayudaría en el cuidado de su hijo porque por fin entendió que esa era una responsabilidad de ambos y se sentía muy feliz compartiéndola.

Ese era el día en que ella regresaba a la casa y todo volverá a ser como antes; no es que anhelara verle el rostro a su esposa, pero lo que sí anhelaba era poder descansar cómodamente.

Detrás de la puerta principal se escucha un ruido, era ella regresando así que se levantó rápidamente del sillón con su hijo en brazos y al verla pasar por el umbral de la puerta y dejar su maleta en la misma sintió un gran alivio, sobre todo al ver que lo que ella hacía primero era correr a abrazar a Minki.

—Gracias por cuidarlo, JungSun.

—Si, si, como sea —dijo él, huyendo del encuentro y dirigiéndose a la habitación que ambos compartían para cerrar la puerta.

—¿Cómo te portaste con papá? —le preguntó a su hijo mientras esté reía y tomaba el rostro de su madre con sus pequeñas manos.

—¡Unsun bueno! —respondió.

Hana estaba feliz de poder regresar con su hijo, desde el día en que peleó con su madre había una brecha que las distanciaba a estar cerca de ella, le era bastante incómodo por lo que regresar fue una de las mejores cosas que le pudieron haber pasado. Pasó el resto de la tarde con su hijo, jugando, alimentándolo y escuchando los parloteos que este hacía, como contando sus días junto a su padre. Ella pudo darse cuenta de lo feliz que se encontraba su hijo por haber pasado tiempo con su padre, siempre le solía preguntar porque este no lo cargaba o no le besaba la cabeza como ella hacía así que el que su relación hubieron aumentado era para el niño una de las mejores cosas que le pudieron haber pasado.

En la noche, cuando ella ya había arropado a su hijo para dormir fue a su propio cuarto, se bañó y cuándo salió trato de vestirse con sumo cuidado para no despertar a su esposo, quién descansaba. No era algo que ella soliera hacer, el desvestirse y vestirse frente a él o en la misma habitación que él, ya que aunque hubieran compartido un momento íntimo hace algunos años no era algo que sucediera y le daba pena, además de que se le hacía incómodo, sobretodo porque el no deseaba estar junto a ella y mucho menos si ella se encontraba desnuda.

Sin embargo, lo que ella no sabía era que su esposo se encontraba despierto y la observaba, miraba su desnuda espalda y no pudo evitar fijarse en lo lindas que eran sus piernas; llevaba días sin poder acostarse con una mujer por lo que ver a su esposa en ese estado le provocó algo que no creyó volver a sentir por ella.

La vió levantarse, teniendo ya puesta una braga de encaje. A pesar de que Hana nunca estuviera preparada para cosas como el sexo, le gustaba sentirse bien consigo misma y eso implicaba vestirse bien, aunque fuera solo en la ropa interior.

JungSun vio algunas gotas de agua deslizarse por la espalda de ella hasta terminar en la curvatura de su trasero. Fue como ver un video erótico, o tal vez fue su abstinencia lo que le provocó una erección. Sin pensarlo dos veces, se levantó de la cama y la jaló por el brazo hasta tumbarla en la cama para posicionarse encima de ella. El rostro de miedo y sorpresa en Hana no era algo que le impidiera continuar con lo planeado.

—¿Qué… qué pasa, JungSun? —preguntó con nerviosismo, tratando de cubrir con sus brazos sus pechos expuestos.

El no dijo nada, pero en respuesta a su pregunta beso sus labios. No era el tipo de beso tierno, romántico, no, era el tipo de beso desesperado, lleno de lujuria, sus bocas soltaban chasquidos y sus lenguas enfrentaban una batalla por ver quién ganaba. Y mientras todo eso se llevaba a cabo, JungSun comenzó a deslizar sus manos por el cuerpo desnudo de Hana; sus delgadas piernas, su cintura, hasta llegar a sus pechos, en dónde quitó las manos de ella para poder tocarlos a su gusto.

Aquellas caricias estaban haciendo temblar a Hana, muchos escalofríos pasaban por su columna vertebral y comenzaba a sentir la ligera humedad en su entrepierna.

Era un momento para nada romántico pero si era algo que ambos deseaban. Sin embargo, no era idea del destino que eso sucediera.

El teléfono de Hana comenzó a sonar, la llamada entrante estaba desconcentrandola, pero JungSun no dejaría que sus planes se arruinaran.

—Deja que vaya a buzón —le dijo JungSun mientras comenzaba a dejar pequeños besos en su cuello con el fin de llegar el centro de sus pechos.

Cuando la llamada cesó, él sonrió, pero el celular volvió a sonar.

—Puede ser importante —dijo en susurros, controlando los gemidos que querían salir de su boca.

—No lo es

La llamada cesó, pero volvió a sonar.

Esta vez, fue él el que se separó, dejándose caer al lado de la cama con una cara llena de frustración. Hana se movió hasta poder tomar el celular de su mesita de noche y vio el nombre de quién había interrumpido el momento. Era Hyun-woo.

“Hana, soy Hyun-woo, lamento molestarte pero no supe de ti en dos días y te llamé, lamento si fui importunista”.

Hana suspiró y dejo el celular dónde estaba, pero al darse la vuelta, JungSun se había ido, podía escuchar el sonido del agua de la regadera. Se dejó caer completamente en la cama y vio el techo por unos minutos.

Hyun-woo se había vuelto su amigo, ya que cuando fue a cuidar a su madre, él era su único entretenimiento ya que se solían mandar mensajes pero ella dejó de hacerlo pues se encontró cada vez más ocupada cuidando a su madre él le agradaba pero ahora mismo Solo lo maldecía por haber interrumpido el único momento íntimo que ella había creado con su esposo desde hace dos años.