En un mundo donde los Alphas están arriba de todo y los Omegas abajo, Aria Vance una trabajadora de un club exclusivo para Alphas dominantes, donde se ofrecen servicios para ayudarlos a liberar la carga de sus feromonas, siendo que todos los empleados de la servidumbre estrictamente son Betas, por lo cual ella tuvo que mentir en su sub genero para poder trabajar allí, escondida en la cocina como ayudante. Todo iba bien hasta que un día de trabajo una serie de eventos inesperados la pusieron frente a Liam Vidal, un Alpha dominante, que llevado por sus instintos se abalanza sobre ella. Después de allí comienzan a ocurrir sucesos que la obligan a correr lejos de la vida de aquel hombre, entre ellas es el hijo que ahora llevaba en su vientre.
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Capitulo 3. Molestia
El haber nacido en una familia con dinero y poder, le enseñó a Liam Vidal, lo dispuestos que estaban todos a su alrededor de complacerlo solo por obtener algún beneficio de las influencias que poseía, siendo un Alpha dominante conoció la malicia bajo las lindas caras de los Omegas, todos y cada uno utilizaban sus delicadas facciones y empalagosas feromonas para manipular su entorno, bien dicen que el eslabón más débil es de quien menos se espera la puñalada y esa es la carta que ellos jugaban a su favor, nadie nunca sospechaba de que pudieran ser seres maliciosos, sembradores de intrigas, sedientos de poder y capaces de hacer lo que sea para conseguirlo.
En ese momento, tenía a una de las peores Omegas, quien hacia honor a todas las conjeturas de Liam.
Adira Reed, traficante de drogas, una de las mafiosas más grandes de toda la ciudad, nadie sabe de dónde salió o como logro obtener todo ese poder, el antiguo jefe de la facción, casado con Adira, en lugar de heredarle todo su poder a alguno de sus hijos mayores, como todos esperaban, sorpresivamente antes de morir llamo a su abogado y cambio por completo su testamento, dejando a sus hijos sin un centavo de su dinero y brindándole todo el poder, dinero y respeto a esa mujer, quien es igual o incluso peor de despiadada que el antiguo jefe.
- Sabes, esto lo podrías solucionar fácilmente sin tener que tomar estas drogas – le dice Adira Reed lanzando las drogas sobre su escritorio
- No te he pedido tu opinión, Adira – le dice Liam tomando la bolsa con las pastillas
- Solo trataba de darle un consejo a uno de mis mejores clientes – le dice en tono despreocupado
- A ti solo te importa el dinero – le dice guardando la bolsa
- Si, en eso, estas en lo correcto – le de Adira sonriéndole de forma maliciosa – pero, no estaría perdiendo si de igual forma gastaras tu dinero en el club, después de todo también es de mi propiedad, ¿entiendes? – le dice de forma descarada- además también sería un problema si tu cuerpo colapsa a causa del alto consumo de la droga – le dice suspirando – soy la única que trabaja con ellas por ahora y su te sucede algo, sabrán quien te las vendió – le dice en tono serio
- Se lo que hago, así que deja de molestar – le dice Liam en tono molesto, después mira al hombre alto y musculoso que se encontraba en la esquina de la habitación, detrás de Adira
- ¿te da curiosidad? – le dice Adira notando la mirada de Liam - ¿quieres saber de qué forma logre esto? – le dice mostrándole la cadena en su mano que iba directo hacia el hombre en la esquina, quien estaba sin camisa y con un collar de perro en su cuello, que tenía conectada la cadena, con ella halaba al hombre
- Es un Alpha – le dice viéndola con desprecio
- Si, si lo es – le dice sonriéndole de forma maliciosa – también es mi mascota, saluda- le dice al hombre en la esquina, halando de la cadena
- Buenas noches – dice el hombre en tono sumiso
- ¿Vez?, ¿no te parece entretenido? – le dice riendo
- Estás enferma – le dice Liam antes de salir de allí
- ¡Vuelve cuando quieras! – le dice Adira mientras observa a Liam marcharse
En un mundo donde nacer siendo dominante es un beneficio para muchos, Liam no lo consideraba de esa forma, ya que solo existían dos formas para poder calmar sus feromonas antes de su RUT y una de ellas le parecía repugnante, para liberar sus feromonas debía aparearse con Omegas, el problema era que sus feromonas eran demasiado dulces y empalagosas, creando una sensación nauseas en la garganta de Liam, era por ello que prefería utilizar la segunda opción, pastillas que reprimían sus feromonas.
Aunque en ocasiones eran inútiles, ya que todo tiene su límite y al llegar al él, no le quedaba más remedio que, tener que escoger la primera opción, para ello existían clubes, algo que también podría ser similar a ir a un prostíbulo, pero la única diferencia era que, los clubes para la liberación de las feromonas Alphas, eran totalmente legales y controlados por el gobierno.
Dos horas después de haber tomado la dosis de las pastillas, su cuerpo aun dolía por la alta concentración de feromonas, de seguir así podría perder el control de sí mismo.
- Maldición – dice agitado, tratando de resistir el dolor, toma el teléfono y realiza una llamada
- ¿Si, diga? - le dice Adira respondiendo como si no supiera de quien se trataba
- Avísale a tu personal que estaré esta noche en el club – le dice adolorido
- ¿Quién es usted?, no puedo avisar a mi personal si no tengo conocimiento de quien se trata – le dice jugando con él
- ¡Adira!, no estoy para tus malditos juegos – le dice Liam alterado
- Ja, ja, está bien, todo estará listo para tu llegada – le dice riendo, la situación de Liam siempre le parecía chistosa, un Alpha que se negaba a aparearse con Omegas, “ridículo”
Después de colgar la llamada le aviso a su chofer para que fuera alistando el auto. Tuvo que resistir mientras se arreglaba y en todo el viaje desde su departamento, hasta el club.
- Señor Vance, es un placer el tenerlo aquí esta noche – le dice el gerente de forma cordial en cuanto Liam entro al lugar – su habitación esta lista, también el personal que será el encargado de atenderlo esta noche se encuentra preparado – le dice diligente
- Bien – le dice Liam caminando hacia el ascensor
- Espero que disfrute de su estadía – le dice el hombre antes de que la cabina del ascensor se cerrara.
Subió por el ascensor, acompañado del personal encargado de guiarlo hasta su habitación.
- Por aquí, por favor – le dice el hombre bajando del ascensor y dándole paso a Liam – sígame, por favor – le dice comenzando a avanzar, caminaron por el pasillo hasta llegar a la habitación, el hombre abrió la puerta y Liam entró – por favor, no dude en llamar si necesita algo – le dice en tono servicial
- Quiero algo fuerte – le dice Liam viendo el lugar
- ¿Disculpe? – le dice el hombre confundido - ¿podría ser más específico en su pedido? – le dice sumiso
- Quiero que traiga un trago fuerte – le dice en tono molesto
- Sí, sí, claro, enseguida señor – le dice tartamudeando, por suerte era Beta, si fuera Alpha, tal vez podría sentir aún más el peligro de estar cerca de ese hombre.
- Buenas noches, me llamo Sara – le dice una mujer recibiéndolo – seré su Omega de esta noche – le dice acercándose a Liam de forma seductora – sus feromonas son fuertes, es un aroma placentero – le dice la mujer dejándose influenciar por el desborde de feromonas de Liam
- Ni se te ocurra comenzar a liberar tus feromonas – le dice Liam deteniéndola – primero necesito que traigan mi trago para poderte soportar – le dice con desprecio, algo que como a todos los Omegas que trabajaban en el club y ya habían lidiado con Liam, no le gusto ni un poquito, pero eso era algo que a él no le interesaba en lo más mínimo.