Estrella Rota

Mi nueva meta era pulir mi imagen y conseguir un patrocinador más poderoso que impulsará mi carrera, si bien el director general me tenía en su larga lista de amantes, solo podía contar con sus favores dentro de la estación, me sería útil, pero solo ahí, para alcanzar mi sueño deseado de llegar a las pantallas, necesitaba otra persona.

Mi disposición para asistir a los eventos me abría las puertas para conocer gente influyente, y ese era mi objetivo ahora.

Seguíamos viviendo en el cartucho de siempre, ahora me parecía aún peor que antes, no quería seguir viviendo así, pero el dinero no sobraba, necesitaba encontrar algo un poco mejor, tal vez en otra zona de la ciudad, le comenté a mi mamá sobre mi idea y me dijo que solo nos alcanzaría si Delia comenzaba a aportar más, su tirada era que se fuera a trabajar con el doctor Camacho, pero yo no quería que ella pasara lo mismo que yo, seguro que la acosaría, pero Delia era muy bonita como para terminar en la cama con él.

Como siempre renegaba de mi suerte, no entendía como me sacrificada yo para obtener lo que quería, tampoco podía explicarlo, así que comenze a llevarla a los eventos, no para venderla, pero con suerte, encontraría un empleo por ahí, siempre se la encargaba a Franco cuando mi jefe me requería, o algún buen prospecto llamaba mi atención, el la cuidaba y la aconsejaba, como tenía muchos amigos, la presentaba con todos ellos, y si, le ofrecieron trabajo como modelo, pero al hacer las pruebas, resultó muy acartonada e inexpresiva, por lo que no obtuvo el puesto, pero terminó trabajando como recepcionista en una revista, y tuve que conseguirle ropa de acuerdo a su nuevo empleo, yo pensé que así la mantendría contenta, pero no era el trabajo de sus sueños, según ella. Aunque le iba mejor y recibía muchas muestras y regalos de los anunciantes de la revista, además de elogios por su belleza.

Total que buscando mucho, se me presentó la oportunidad de rentar un pequeño departamento en la azotea de un edificio, estaba mucho mejor ubicado, pero solo era un poquito más grande del cuarto donde estábamos, de todas formas no teníamos casi muebles, estos se limitaba a tres camas, una mesa, cuatro sillas y una estufa, pero por fuera el edificio era bonito, también los departamentos normales, el nuestro era como para la servidumbre, pero no era lo mismo que nos vieran entrar a este edificio, que al cuarto donde pasamos tanto tiempo. Con trabajo y paciencia podíamos lograr un espacio acogedor, ya que la distribución era muy agradable, también podríamos tener una pequeña área verde, como jardín, ya que había espacio para poner macetas, algo que los demás viviendas no tenían, ya que solo contaban con un balcón estrecho. A mi mamá le gustaban las plantas, así que su pareja le regaló bastantes para hacer más Lindo el lugar, también nos dio una mesa con sombrilla y sillas de exterior, armamos una especie de terraza, de limitada por las macetas y podíamos sentarnos afuera a comer

Nos mudamos y estaba feliz, la que no parecía estarlo fue Ana. La escuela le quedaba muy lejos y no quería cambiarse porque ya no vería a sus amigas, pero podría hacer más, yo no había hecho amistades sinceras nunca, pero ella si, y le dolía dejarlas.

De todas maneras había que prosperar y estar toda la vida estancada en el cuartucho no era una opción, así que con dolor o alegría, comenzamos nuestra nueva vida, más de apariencias, pero poco a poco iríamos haciéndonos de nuestras cosas.

Cierto es que ya trabajábamos todas, pero en la fábrica se ganaba muy poco, apenas para sobrevivir, y lo que recibimos Delia yo justo alcanzaba para la renta y lo más necesario. Ahora tenía que impulsar a Ana, para que consiguiera un empleo mejor y estar más desahogadas. El problema estaba en que era tan tímida, que no cualquier trabajo le parecía bien, no quería tratar con gente, le gustaba más quedarse a limpiar y cocinar. Así que nos tendríamos que esperar un poco más así, de todas formas, ella ayudaba en la casa y esa era su aportación.

También tenía en mente que Delia consiguiera un novio rico que nos ayudara, pero el carácter de mi hermana no ayuda en mucho. Voy a tener que seguir llevándola a mis eventos a ver que sale.

Yo tenía claro que no necesitaba un novio que me quitara tiempo, más bien necesitaba un empresario casado o un político, así que me enfoque en los segundos, si había algún mitin o rueda de prensa de gobierno, yo siempre me ofrecía a colaborar, así fuera como personal de apoyo.

Poco a poco me fui colando, me hice amiga del fotógrafo y los chicos de audio, así pronto se me dio la oportunidad que tanto esperaba, un "desafortunado accidente" con un tripié hizo que mi compañera Gladys, que tenía que hacer una entrevista, se tropezara y cayera, por tener las manos ocupadas, se golpeó con fuerza el rostro, su nariz sangraba profusamente, y como en ese estado no podía presentarse, yo tuve que apoyar al equipo, yo hice la entrevista, curiosamente, hasta me agradecieron, y mi colega hasta me sugirió dedicarme a esa fuente. Sin habérmelo propuesto me gané una aliada en la sección de política.

Así que me hice detallista con ella, la llamaba para ver como estaba y me ofrecí a ayudarla con sus notas, quería aprender y que dado el momento, tener con quien apoyarme. Ella cayó redondita, y me considero su amiga, y claro, no esperé mucho para que me invitara a sus eventos, mis planes marchaban muy bien.

Así como fue como conocí a Fernando, un asistente de uno de los candidatos a la alcaldía, que se interesó mucho por mi, yo lo quería como aliado, él buscaba más que eso, pero no me convenía cortarle las alas, le daba entrada, pero no tanto. Era mi pase a la clase política, sabiendo manejarlo, podría acercarme a su jefe y sus compañeros de partido.