Hijo De Sangre

Historia desarrollada en la posada del pueblo de los santos

–¡Buenas tardes señora!–Dijo mientras entraba con un suspiro para recuperar el aire. –Mi nombre es Walter y me gustaría rentar una habitación.

–¡Buenas tardes joven!–Respondió amablemente la posadera mientras se acercaba a darle la mano.–Adelante, precisamente tengo varias disponibles. Desde hace tiempo que no llegan viajeros a quedarse por aquí, simplemente se ha perdido la clientela.–Lo jalaba rumbo al mostrador para presentarse.–Soy la posadera del pueblo, aquí me conocen como doña Ester. Sea usted bienvenido. –Volteó la mirada. –Puede tomar la habitación que está justo a la derecha subiendo la escalera. Puede pagarme la mitad ahora y la mitad cuando se vaya.

–Muy bien gracias, subiré mis maletas.–Tomó su equipaje y se dirigió a la barra donde encontró un garrafón de agua y se sirvió.–Sinceramente no se cuánto tiempo me quedaré por aquí.–Hizo una pausa mientras tomaba el agua. –Estoy aquí para investigar el caso de las señoritas desaparecidas. –La miró profundamente.–¿Usted sabe algo?

–No señor, ha elegido a la peor persona para preguntar. –Dijo mientras se acercaba un poco más a él.–Siempre soy la ultima en enterarme de lo que pasa en este pueblo.

–Bueno muchas gracias por su atención, iré a descansar un poco.

Walter subió observando la construcción, era un poco anticuada en comparación a los lujosos hoteles en los que él había estado pero le pareció muy bonita y tranquila. Observó detenidamente que el lugar contaba con gran vista ya que estaba cerca de la plaza del pueblo y esto le permitiría conocer el movimiento de la zona. Entró en su habitación y la encontró muy ordenada y verificó que efectivamente hacía tiempo no se usaba. Encontró un pequeño closet y comenzó a desempacar sus pertenencias, entre ellas una laptop que usaba para reportar los casos. Después de hacerlo decidió recostarse unos minutos para después salir a investigar. Si algo tenía Walter es que creía que la rapidez era la clave para el éxito en sus casos.

Historia desarrollada a la afueras de la casa del antiguo gobernador

–Me la estoy pasando muy bien contigo. –Dijo la chica de nombre Julieta a su novio. –Que bueno que escogiste este camino solitario para darle la vuelta al pueblo y llevarme a mi casa. –Hablaba mientras se aferraba a su brazo izquierdo.–Pero, ¿Por qué no quieres que les diga a mis amigas que somos novios?

–Ya te lo dije. –Respondió con voz fría. –Es demasiado pronto. 

–Está bien, no importa mientras esté a tu lado. 

–¿Avisaste en tu casa que vendrías conmigo?–Preguntó él, un poco más interesado.

–No.–Respondió rápidamente. –Dije que después de clases iría con unas amigas a terminar un trabajo. 

Él asomó ligeramente una sonrisa de satisfacción con la respuesta y se detuvo secamente.–Espera, necesito hacer algo en casa primero

–¿En tu casa?–Preguntó con gran curiosidad.–Por cierto, no me has dicho dónde es.

–Es aquí precisamente.

–¿Aquí?–Preguntó mientras observaba detenidamente el lugar.–¿No es esta una casa abandonada donde vivía antes un gobernador?

–Sí pero aquí es donde vivo, quiero presentarte a mi padre. 

–¡Mi amor!–Dijo con gran felicidad en el rostro.–¡Claro que sí quiero!

–Bien, acompáñame adentro.

Correo electrónico de Walter I. Para Esteban G. de la central de policía

Querido amigo, ya estoy instalado en la posada del pueblo. Inmediatamente inicié la investigación, estuve visitando algunos lugares para recaudar información y todos dicen lo mismo “han desaparecido tres señoritas de la misma edad, las tres estudiantes y con una vida muy normal”. 

Las desapariciones se han dado en estos últimos meses. Se comenta que todos los habitantes son muy armoniosos, no puede ser una venganza o algo así. Todos insisten en que tiene que ser obra de fantasmas, pero yo creo que un grupo de secuestradores está haciendo muy bien su trabajo. 

Dicen también que las autoridades no han encontrado nada y no saben que pasa, pero de seguir así darán toque de queda y prohibirán a las mujeres salir solas. También me dí a la tarea de visitar a los familiares de las desaparecidas, todos con gran tristeza aún mantienen la esperanza de encontrarlas, me han recibido de una manera muy acogedora y están dispuestos a cooperar. 

Querido amigo nos encontramos en un caso no muy común te pido investigues a los grupos de secuestradores de la zona y me digas todo lo que puedas para ayudarme, por lo pronto iré a visitar al párroco de la iglesia del pueblo para ver que me puede decir él.

Me despido amigo y por la noche te mandaré más información, por cierto un dato en consideración es que todas las desapariciones han ocurrido alrededor de las 3:00 pm después de ser vistas por última vez en la escuela.

Historia desarrollada en la casa del antiguo gobernador

–¡Qué hermosa casa! Es muy grande y lujosa. –Hizo una pausa.–¿No se te hace que está muy oscuro aquí adentro?

–Pasa, no tardaremos mucho tiempo.

Los dos jóvenes habían entrado en la gran casa, ella se limitaba a ver las cosas lujosas que había y lo grande que era, mientras él parecía inquieto en qué posición quedarse. Solo se asomaba e intentaba ver tras las escaleras pero no conseguía ver a nadie.

–Bueno, llámale a tu padre que ya quiero ir a esa tienda que me prometiste me llevarías.

–Está bien. –Tomó impulso el joven para gritar.–¡Padre!, ¡Padre, ya estoy en casa!

Nadie respondió y la casa se sentía igual de sola que al entrar. Para esperar, ambos se sentaron en un sofá muy cómodo pero muy polvoso que estaba justo a la espalda de ellos. Pasaron escasos segundos hasta que la tranquilidad se vió interrumpida por una voz muy fuerte. 

–¡Hijo!–Exclamó Lor al llegar cautelosamente.–¡Que bueno que ya estas en casa, bienvenido!

–Si padre, ya estoy aquí.–Por primera vez Julieta notó sentimientos en las palabras de su novio.–Mira, te he traído a esta chica.

–¡Muy bien hijo mío.–Se acercó Lor a la joven Julieta y la tomó del brazo. 

No hubo respuesta por parte de Julieta ni siquiera intentó forcejear, simplemente se quedó pasmada con la mirada del vampiro quien la envolvió en sus brazos para después poner sus colmillos en su cuello y succionar de ella la sangre que tanto ayudaba a su cuerpo. 

Lor succionaba con desesperación e incluso lágrimas salieron de sus ojos mientras satisfactoriamente se alimentaba. 

Al terminar la dejó caer al piso, observó a su hijo y dijo 

–¡Gracias hijo mío! Como siempre me has traído a una mujer para alimentar este cuerpo. –Lo abrazó y de inmediato hizo traer a sus hombres. –¡Lleven este cuerpo a Ismael para que saque toda la sangre que pueda y la almacene.–Tomó a su hijo del hombro.–Ven arriba a hacerme compañía querido Airet. 

Ambos subieron la escalera mientras los sicarios se llevaban el cuerpo de la chica a la habitación de Ismael.

Esta estrategia la había ejecutado ya 4 veces con gran éxito el hijo de Lor en tan solo 6 meses. Esta consistía en enamorar a sus compañeras en corto tiempo, hacerlas mantener el secreto de su noviazgo para luego invitarlas a salir y llevarlas ante su padre para así facilitarle la sangre fresca que ayudaría a su recuperación. 

Airet, nombre del hijo de Lor, mantenía una actitud ejemplar en la escuela. Era el más alto en calificaciones y no tenía problemas con sus compañeros, así que nadie sospecharía de esta gran estrategia.