Lina es una mujer de 30 años, ella muere en un atentado después de su divorcio y enterarse de algunas cosas, sin embargo, ella transmigra a un mundo antiguo, donde la dueña anterior de su cuerpo es una concubina de bajo rango, muy jovencita y terriblemente tímida, ella es acosada dúrate toda su estadía en palacio y su final es aún más macabro, Lina quien ahora es Tomara, debe sobrevivir y cambian su terrorífico destino, pero las trampas la rodean y acorralan.
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Cap. 14 Majestad, quiero justicia
Tamara está petrificada, ¿cómo pudieron hacer algo así?, Tamara fue tomada siempre como una hija de concubina de rango inferior, cuando el marquesado le pertenecía a su madre, en realidad, ella debería ser la única heredera del marquesado Benz.
—Tamara, mira, este es el testamento de los antiguos Benz, de tus tatarabuelos, es algo que tu padre no ha podido ocultar y por eso aún estás viva.
—Aquí especifica que la hija de sangre de la familia Benz solo podrá asumir el título si se casa, como primera esposa, pero si lo hace como concubina, perderá el título nobiliario que le pertenece.
—Si la hija mujer de sangre de la familia Benz muere a temprana edad, el título será entregado a los emperadores para que le den ese marquesado a otra familia.
—Es por esta razón, por la cual, fuiste obligada a entrar como concubina, pero lo que no saben es que nunca se cumplieron con los protocolos de ingreso.
Tamara tenía lágrimas en los ojos, habían arrebatado todo a la familia Benz, su título, su hija, su nieta, a los marqueses, literalmente los estaban aniquilando, si ella hubiera muerto, ellos serán los más felices.
—Majestad, quiero justicia, exijo justicia por mi madre, por mis abuelos, por mí misma, no puedo dejar que destrocen el esfuerzo de la familia Benz así como si anda, no lo acepto, definitivamente no lo acepto, quiero retribución, quiero que me devuelvan lo que es mío, quiero venganza —dijo Tamara mientras la emperatriz madre asiente , ahora si las cosas son más claras, no podían vivir en ese engaño por más tiempo.
—Bien, ahora que sabes todo, también sabes que en cuanto pongas un pie fuera de palacio, morirás, con este simulacro de concubinato, ya no te necesita viva, así que te eliminaran antes de que llegues a las afueras de la ciudad.
—Entonces, tomaremos la segunda opción, te comprometeré con alguien poderoso, alguien que haga que se orinen en los pantalones —dijo Mora mientras levanta la barbilla con altanería mientras Tamara tiene los ojos rojos de ira, ella como Lina también había pasado por esas duras situaciones, su madre también murió a causa de amantes desvergonzadas. Pero ella, como Lina salió triunfante, era la única heredera de la fortuna de su madre, en cambio, la suave y agobiada Tamara había sido derrotada una y otra vez.
Tamar asintió mientras su mente volaba por todos lados, parecía su vida anterior, esa en el mundo real, donde todo era un plan para perjudicar a quienes eran los legítimos dueños.
—Bueno, ahora te dejo mi niña, debes descansar, más tarde tenemos una gran tarea, tendremos una reunión con el emperador y la emperatriz, realmente quieren definir tu situación, no te preocupes, yo estoy contigo —dijo Mora con una sonrisa para ponerse de pie con esa espalda perfectamente recta y su estampa real.
Mora salió de la habitación dejando a Tamara con una tormenta en su corazón, ahora entiende lo parecidas que son Tamara y Lina, ambas metidas en ese mundo infame, sufriendo penurias por ambiciones ajenas.
Lina recordó la muerte de su madre, entiende que no fue tan natural como le dijeron. Su padre, como advenedizo, se hizo de las minas de diamantes y de los negocios de exportación de joyas preciosas de la familia de su madre, sin embargo, Lina era la heredera del 70% de esa riqueza, y solo el 30% sería de su padre, el cual repartiría entre sus hijos fuera del matrimonio.
Tamara se sentó cerca de la ventana, recordando su vida, la forma como había sido arrastrada a cada una de las decisiones que había tomado, soportar el asedio de las amantes de su padre. Los hermanos que la odiaban sin razón y siempre complotaron en contra de ella, Lyon, su exmarido, quien prometió protegerla y al final la traicionó como todos.
Sus ojos se humedecieron y lágrimas traicioneras salieron de ellos como perlas. Había perdido un embarazo, terminó divorciada y engañada, después asesinada, todo por no poner límites, por dejar que su corazón hable.
Ahora es que lo ve más claro, no está en ese mundo, para sobrevivir a la catástrofe de Tamara, está ahí para vengar a Tamara, para reivindicar la injusticia de su vida que se repite como una gran tortura todo el tiempo, estaba en ese mundo para reivindicar a ella misma también.
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Mientras tanto, en los aposentos de la emperatriz, el emperador tiene a la emperatriz tendida en el piso con las mejillas hinchadas, las marcas de sus dedos son evidentes, ella había sido abofeteada con tanta fuerza que sus labios sangraban.
—Eva, Eva, solo tenías que hacer una maldita cosa y lo hiciste mal, no debería haber levantad sospechas. ¿Por qué no me dijiste que no se habían hecho los protocolos para esa mocosa?, no hiciste ninguna de las formalidades, ¿por qué?, habla —dijo furioso mientras la emperatriz trata de calmar su llanto y busca su voz, sabe que él se pone peor.
—Sion, emperador, lo lamento mucho, no fue por un motivo en particular, es..., solo una hija de concubina, de una tercera concubina y de baja casta, no pensé que fuera importante —dijo tratando de reponerse, pero el emperador está más que furioso.
—¿Importante?, es la primera vez que quiero a una concubina en mi habitación, que realmente deseo tener un hijo con esa concubina y tú crees que no es importante, sé muy bien que todos esos niños de mis concubinas no son míos, ninguno, es de mi sangre, ni siquiera el príncipe heredero es mi hijo.
—Eva, no sé qué es lo que harás, no sé cómo lo harás, pero deberás convencer a madre de que me dé a Tamara como concubina, de lo contrario, no me culpes por ser cruel, además, soy el emperador, pero no necesito que tú seas la emperatriz —dijo tomándola del rostro y enterrando sus dedos en sus mejillas, el acto es doloroso y Eva solo puede soltar lágrimas de dolor y miedo.
—Majestad, le aseguro, le prometo que haré que Tamara sea su concubina legalmente, por favor, no se desquite con los niños, ellos son inocentes —dijo Eva casi en un alarido de dolor y miedo.
—Bien, eso espero, de lo contrario, los niños pequeños enferman y mueren, ya lo sabes, lo sabes bien, ¿verdad? —dijo amenazante, mientras que Eva solo cerró los ojos y lloró a mares, ese dolor aún lo tiene grabado en su corazón, sabe muy bien de lo que es capaz el emperador.