Solo Está En Mi Mente

está bien, me avisas cuando hayas hablado con ella. - respondió Alejandro sin ánimo.

Al día siguiente en la mañana, Alejandro despertó con un horrible dolor de cabeza, consecuencia de haber bebido tanto.

- ¡Jazmín!, baja a prepararme algo para el malestar. - gritó mientras golpeaba la puerta de la habitación.

- ni te molestes en tocar hijo, la irresponsable de tu esposa salió. - envenenó July

- ¿qué, a dónde fué?. - Alejandro

- dijo que iría a trabajar, a pesar de que se lo prohibiste. La muy grosera me dijó que yo no tenía porque meterme y que nadie tenía derecho a prohibirle nada. - July.

- ya, tranquila mamá, en cuanto venga, arreglaré cuentas con ella. - Alejandro.

Más tarde, llegó Jazmín a la casa, cuando de pronto no sintió como Alejandro le dió una bofetada que la hizo retroceder.

- qué demonios te pasa. - pregutó furiosa Jazmín, sosteniendo su mejilla roja.

- cómo te atreves a desobedecerme, y lo que es peor, a faltarle el respeto a mi madre. - Expresó Alejandro lleno de rabia.

- para empezar, yo no le he faltado el respeto a tu madre, más bien es ella la que siempre anda menospreciandome y envenenandote en mi contra, y segundo, yo no soy de tu propiedad para que me prohíbas salir a trabajar; mientras Don Carlos no me despida, tu no eres nadie para sacarme de ahí. - dijo Jazmín con valentía, aunque por dentro sentia pavor de que Alejandro decidiera seguir golpeándola, así como su padre lo hacía.

El corazón le palpitaba tan rápido y el estómago lo tenía revuelto. Por suerte en ese mismo instante, entró el hermano de Alejandro a la habitación.

- qué pasa, hasta allá afuera se escuchan los gritos. - comentó Pedro.

- nada, no pasa nada Pedro. - dijo Alejandro, mientras su alejaba de la habitación.

Mientras tanto, Pedro un poco avergonzado, se disculpó con su cuñada, para luego irse también. La pobre de Jazmín, no sabía que hacer después de eso, por más que pensaba no hallaba una forma de salir de ahí; probablemente su papá no la aceptaría de vuelta.

Por otro lado, Alejandro furioso, salió a la calle sin rumbo, tomó su coche y condujo hasta un bar. Por casualidad, Marcos estaba ahí.

- y ahora que te pasó, desde lejos se ve que vienes con un genio de los mil demonios. - bromeó Marcos.

- de nuevo, Jazmín, ya estoy harto de sus reclamos, de haber sabido que el matrimonio era así, hubiera preferido quedarme soltero. -

- ay, amigo, por eso yo decidí quedarme solo, no me gusta estar amarrado a una sola. -

Los dos comenzaron a reír. De pronto, Marcos sacó su móvil para recibir una llamada, la voz del otro lado pertenecía a Beatriz, ella y Marcos, quedaron en encontrarse en el bar, pero éste no le dijo nada a Alejandro todavía.

Después de unos minutos, Beatriz llegó acompañada de su amiga Susana, Marcos le hizo señas para que fueran a la mesa de ellos. En cuanto llegaron, Beatriz presentó a su amiga, y los cuatro se pusieron a platicar.

- hola Alejandro, ¿cómo has estado?, tanto tiempo sin verte. - exclamó Beatriz en un tono y actitud coqueta.

Beatriz Cruz

- qué tal Beatriz, no me esperaba verte por acá, estás muy cambiada, estas mas guapa. - contestó Alejandro.

Mientras Susana y Marcos, se pusieron de acuerdo para dejar a los otros dos solos.

- Bien, nosotros iremos por unas bebidas, ustedes esperenos acá, de acuerdo. - Marcos.

La noche transcurrió entre brindis y risas. Después de mucho tiempo, Marcos decidió que lo mejor era irse ya, porque estaban muy tomados.

- yo llevaré a Susana a su casa, para que no le pase nada malo en el camino; y tu Alejandro, deberías hacer lo mismo con Beatriz, su casa está muy lejos. - dijó Marcos, guiñando un ojo a su amigo.

- claro, con gusto. - contestó Alejandro, tomando a Beatriz de la mano para caminar hasta el estacionamiento donde estaba su coche.

En el camino, Beatriz no perdió la oportunidad de seguir coqueteando con Alejandro, éste tampoco desaprovechó la ocasión y terminaron enrredandose en la cama.

A la mañana siguiente, Alejandro despertó en una cama de hotel junto a Beatriz. Decidido a no tener remordimientos comenzó una relación con ella, por supuesto tratando de que su esposa no se enterara. Por el contrario a su amante, ella si sabía sobre la existencia de Jazmín, porque se dedicó a indagar muy bien sobre la vida de su amado, pero, ahora que finalmente, él le había correspondido, estaba dispuesta a esperar una oportunidad para quitar a Jazmín del medio y quedarse con Alejandro.

Al pasar un par de meses, el padre de ésta, se enteró de que su única hija, estaba saliendo con el hijo de Don Carlos, un reconocido abogado. Pero había algo que le causaba inquietud, y es que, también había oído que Alejandro ya estaba casado con un chica de la ciudad, desde hace casi un año.

- la furia del padre no se hizo esperar, así que decidió confrontar a su hija directamente.

- Beatriz, es cierto que andas de novia con Alejandro, el hijo de Don Carlos. -

Beatriz sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando su papá le preguntó, sin embargo, trato de disimular su sorpresa.

- si papá, él y yo llevamos saliendo un par de meses, no le veo nada de malo. - Beatriz

- no, no tiene nada de malo que tengas pareja, es normal que todos nos enamoremos alguna vez. Lo que no está bien, es que te metas en un matrimonio, ese hombre con el que andas está CASADO. - dijó con furia Armando.

- papá, de que hablas, Alejandro no está casado, es más, ya me ha dicho que pretende casarse conmigo en algún momento. - mintió Beatriz.

- ¡entonces piensa dejar a su esposa para casarse contigo! ¿Eso me estas diciendo?.-

- ¡ash, no papá!, ya te dije que Alejandro NO ESTA CASADO, por dios, de dónde sacas eso. Si así fuera, yo ni siquiera le habría volteado a ver. - dijó Beatriz, mientras se ponía a llorar desconsoladamente. - te lo juro papá, quién crees que soy, no dañaría a nadie. -