Un chico frío, cruel, con un aura muy aterradora y temido por toda la escuela de repente se vuelve malcriado y tan posesivo con una chica que incluso llora por ella.
Si, Kelvin William Smith, un joven de 18 años que aún cursa 3er año de secundaria, pero a una edad relativamente joven se ha convertido en el CEO de Smith, pero todo ha cambiado desde que Arabella Adhitama llegara a su vida
"¡Nunca te dejaré ir, cariño!" dijo Kelvin con su voz ronca.
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Capítulo 6
Toda la cafetería se sorprendió por la audaz declaración de Ara. ¿Acaso no reconocía a Kevin? Incluso afuera, muchos lo conocían.
Agatha, que acababa de llegar a la cafetería, se sorprendió por el silencio que reinaba en el lugar y por todas las miradas de los estudiantes clavadas en un punto al fondo. Al ver a Ara enfrentándose a Kevin, Agatha corrió hacia ella antes de que algo sucediera.
"Ah, Kevin, él es un estudiante nuevo, así que no sabe nada. Discúlpalo, ¿sí?", dijo Agatha mientras jalaba a Ara del brazo.
"Ish, suéltame. ¿Por qué debería disculparme? No he hecho nada malo", respondió Ara con enojo y fulminando a Kevin con la mirada.
Todos los estudiantes que presenciaron la mirada de Ara se sorprendieron; nadie se había atrevido a mirar a Kevin de esa manera.
Sin embargo, Kevin no mostró sorpresa alguna.
"Ay, ya basta de mirarlo así. Vamos a comer, tengo hambre", dijo Agatha, tapándole los ojos a Ara y llevándosela a una mesa de la cafetería.
"Oye, ¿por qué lo mirabas así? Me has dado un susto de muerte", refunfuñó Agatha al llegar a la mesa.
"No tienes por qué asustarte, tranquila", respondió Ara con indiferencia.
"¿No sabes quién estaba frente a ti?"
"¿Y por qué tendría que saberlo?", preguntó Ara, mirando a Agatha.
"¿Cómo que no? En fin, comamos primero", dijo Agatha con resignación.
Después del incidente en la cafetería, el nombre de Arabella se hizo conocido en toda la escuela y se convirtió en tema de conversación,
pues era la primera vez que alguien se atrevía a enfrentarse a Kevin. Después de comer, Agatha y Arabella se dirigieron a su clase, al igual que Kevin.
"¿Qué pasa? ¿Por qué hay tanto silencio?", preguntó Ara, extrañada por el repentino silencio que se había apoderado de su clase.
"Kevin está aquí. Es normal", respondió Agatha en un susurro.
"¿Solo por eso hay tanto silencio?", dijo Ara con incredulidad.
"Sí, a Kevin no le gustan los susurros. Por eso tiene su propia sala en la cafetería", explicó Agatha.
"Qué pretencioso", respondió Ara. Agatha se apresuró a taparle la boca, temerosa de que Kevin la oyera.
"Voy a ir a tu mansión a jugar", dijo Agatha.
"No, ¿para qué? Quiero descansar", se negó Ara con sinceridad.
"Ay, vamos, solo un rato. Todavía te echo de menos, y luego...
"Sí", respondió Ara rápidamente, harta de la incesante charla de Agatha.
°°°°
Al salir de la escuela, Agatha y Ara se dirigieron al estacionamiento, ya que Agatha había llevado su coche para que Ara volviera a casa con ella y así Agatha podría visitar su mansión.
Mientras tanto, Oscar, Gio y Rex se encontraban en el apartamento de Kevin. Habían conseguido entrar a duras penas, ya que Kevin se negaba a verlos.
"No te olvides de la Ducati y los dos millones", dijo Gio.
"Como para olvidarlo".
"Creía que la nueva estudiante no hablaba indonesio, pero sí que lo habla", comentó Oscar.
"Sí, con esa cara de extranjera... Pero bueno, nosotros también parecemos extranjeros y mira, aquí estamos hablando indonesio", dijo Rex.
"Durante todo el tiempo que la acompañé a clase, no dijo ni una sola palabra. Me sentí como si estuviera caminando con Kevin", dijo Oscar.
"¿Por qué yo?", preguntó Kevin, mirando a sus amigos con expresión neutra.
"Ya sabes, porque es indiferente e inexpresiva", respondió Gio.
"La verdad es que la admiro por su valentía. ¿Cómo se atreve a mirar a Kevin de esa manera? ¡Y con el pelo morado! Tiene agallas", dijo Oscar, negando con la cabeza.
"Sí, y además es guapa", añadió Gio.
"Creo que Arabella se convertirá en la chica más popular de la escuela", comentó Rex.
"Arabella", pensó Kevin con una sonrisa enigmática.
"Por cierto, la persona a la que miraste mal se llama Kevin William Smith. ¿Te suena de algo la familia William Smith?", explicó Agatha, a lo que Ara negó con la cabeza.
"¿Qué? ¿De dónde has salido? Los William Smith son la familia más rica del mundo, Ara. Sus negocios están por todas partes y, lo más importante, su sede central está en España y está dirigida por Kevin", explicó Agatha con entusiasmo. ¿Cómo era posible que Ara no lo supiera?
°°°°
De repente, su teléfono sonó. Era su madre, que la llamaba por videollamada. Contestó.
"Hola, cariño, ¿cómo estás?", preguntó Laura desde el otro lado.
"Bien, mamá. ¿Cómo estás tú?".
"Estoy bien, solo que te echo mucho de menos".
"¿Y si vuelvo a Estados Unidos?".
"No hace falta, quédate ahí. Pórtate bien y no te metas en líos".
"Ah, claro, en Indonesia ya debe de ser de noche, ¿no?".
"Sí, son alrededor de las diez de la noche".
"Bueno, mamá, voy a colgar. Vete a dormir ya, no te acuestes tan tarde".
"De acuerdo, mamá. ¿Dónde está papá?".
"Todavía está en la oficina".
"Dile que no se olvide de enviarme la piruleta, ¿sí?".
"Sí, se lo diré. Ahora duerme, buenas noches, cariño".
"Vale, buenas noches, mamá".
Arabella cerró los ojos y se dispuso a dormir, esperando con ansias el día siguiente.
°°°°
"Por cierto, ¿vas a unirte a alguna actividad extracurricular?", le preguntó Agatha a Ara.
"¿Hay algún grupo de baile?". Resulta que en Estados Unidos formaba parte de un grupo de baile.
"Sí que hay. ¿Por qué no te unes al equipo de animadoras conmigo?", sugirió Agatha.
"No me apetece", respondió Ara.
"De acuerdo. Entonces te acompañaré a la sala de baile", respondió Agatha, y Ara asintió.
"¿Hay albóndigas?", preguntó Ara con entusiasmo.
"No, aquí no hay comida de esa. Este colegio se toma muy en serio la alimentación de sus alumnos: cuatro comidas saludables al día", explicó Agatha.
"Qué considerados", dijo Ara.
"Sí, así son los William Smith", comentó Agatha con naturalidad.
"¿Qué? No me digas que..."
"Sí, este colegio es propiedad de la familia de Kevin. Por eso no me extraña que tenga su propia sala en la cafetería y su despacho privado", explicó Agatha mientras comía.
"¿Quieres acompañarme a comprar albóndigas, bakso Marco, batagor, helado y otras cosas?", preguntó Ara.
"Claro, hace tiempo que no como nada de eso. Venga, vamos, que luego tenemos que ir a la sala de baile", dijo Agatha, tomando a Ara de la mano.
Caminaron por el pasillo donde se encontraban las salas de las actividades extracurriculares y se detuvieron ante una puerta que decía "Club de Baile". Agatha llamó a la puerta y esta se abrió desde dentro.
"¿Qué pasa?", preguntó una chica llamada Nella.
"Mi amiga quiere unirse", dijo Agatha.
"Rápido, preséntate", le susurró Agatha a Ara.
"Arabella", dijo Ara, tendiéndole la mano a Nella.
"Nella", respondió Nella, estrechando la mano de Ara.
Nella entró y cogió una hoja de papel, que luego le entregó a Ara.
"Rellena este formulario y tráemelo pasado mañana para que pueda ponerte a prueba", dijo.
Ara se limitó a asentir. Después, Agatha y Ara se fueron a clase.