Los 3 Papás De Mi Hija.

Puede que suene hipócrita, ya lo que pasó con Donovan fue casi parecido a lo que pasó con Aziel, pero en la ocasión de Donovan yo estaba lúcida y sabía lo que hacía, en cambio, con Aziel el me emborracho y me encerró desnuda. Puede que esté equivocada, pero definitivamente no fue lo mismo.

- Lo voy a matar.

- No Donovan, no compliques más las cosas.

- ¿Luna porque no lo denunciante?

- ¿Quién me habría creído a mí? A una chica que fungía ser una novia a cambio de dinero mientras la otra persona era un hombre respetado por la sociedad. Un hombre comprometido con la hija de una familia rica y poderosa. Ambos me habrían destrozado.

Siento sus brazos dándome un fuerte abrazo, transmitiendo su sinceridad en él.

- Lo lamento mucho, incluso yo luego también...

- No Donovan, no hablemos de eso más por favor.

- ¿Por eso viniste aquí? Para estar segura y empezar de nuevo.

- Eso intente, pero ya veo que no se puede escapar para siempre.

- Te ayudaré y no me digas que no porque te lo debo Luna.

- Gracias solo no dejes que él averigüe más de mí y que esa mujer no sepa que yo vivo aquí. La ofendí muy feo esa vez y estaría en todo su derecho de atacarme, pero ahora tengo una hija.

- No te preocupes yo me encargaré de protegerte a ti y a la pequeña.

La verdad no me molestaría si John o Donovan fueran los padres de Estrella cualquiera de los dos estaría bien siempre y cuando no sea ese desgraciado de Aziel. Pero al negarlo tanto temo estar declarando que es él su padre biológico. Ojalá no, al menos está vez espero que mi lengua sé haga chicharrón.

- Luna me podrías presentar a la pequeña por favor.

- ¿Por qué sientes curiosidad por ella?

- No se, solo quiero verla aunque sea una vez.

- Está dormida ahora, pero si quieres mañana puedes volver.

- Gracias, te prometo que me aseguraré de que estén bien las dos.

Dovonan es como una caja de sorpresa, su envoltorio te dice una cosa, pero sin duda alguna su interior es completamente diferente. A pesar de su aspecto rudo siempre es un caballero a la hora de hablar o expresarse, tranquilo y cortes. ¿Cómo es posible que estos hombres estén rodeados de puras locas? Locas que por cierto no quiero verme involucrada otra vez.

Lo acompaño hasta su auto y me despido de él dándole otro fuerte abrazo. Esa noche me voy a la cama exhausta, si de por sí ya hay mucho trabajo ahora con todo este drama mi vida pacífica ha quedado arruinada.

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En el hotel otras dos personas no lograban dormir.

Maldita seas Aziel incluso trajiste a esa mujer aquí, como te atreves a seguir arrastrando mi dignidad por los suelos. Esta vez los acabaré a los dos de ser necesario.

- Señorita me llamo.

- Sí, quiero que me consigas un arma pequeña fácil de llevar encima.

- ¿Qué piensa hacer con ella?

- No te preocupes es por si aparecen ratas en mi camino. Consíguela esta misma noche.

- Bien.

- Si no eres mío no serás de nadie más Aziel, pero antes te dejaré ver como tu amada prostituta se muere ante tus ojos.

Aziel seguía investigando todo sobre Luna cuando la puerta se abre, era la mucama que traía la 3 botella de whisky y Donovan que venía a impedir que avanzará en su búsqueda.

- Luna espera por mí un poco más, sin duda alguna descubriré cuál es tu secreto.

- ¿Por qué estás tan obsesionado con esa chica? No me digas que estás enamorado.

- No lo puedo explicar, tal vez es porque no tengo nada mejor que hacer.

- Tienes una boda en puerta.

- Ya lo dije, nada mejor que hacer.

- Aziel sabes que actuando así estás provocando a Lizbeth y a toda la familia también la estás poniendo en peligro por tus tonterías.

- No lo entiendes amigo.

- Explicámelo.

- Es por esa niña, ella tiene algo que me llama mucho la atención y necesito saber por qué.

- ¿De verdad todo esto es por una niña? O las estás usando para tu beneficio.

- Puede que ambas, que más da.

- No te reconozco Aziel.

- Se supone que el mafioso aquí eres tú y ahora soy yo el malo. Que mal chiste Doni.

- Incluso un mafioso como yo sabe distinguir cuando se están pasando todos los límites. Ya para con esto o te arrepentirás.

- Como sea, ya lárgate a dormir o lo que sea.

Golpeó furioso el escritorio para no romperle la cara. - Ya basta o te arrepentirás, me importa un carajo que estés intentando impedir tu matrimonio, pero yo no voy a ver a personas inocentes salir lastimaras por tus tonterías y tu egoísmo.

Salgo del lugar golpeando con fuerza la puerta. No sé que diablos está pasando, pero definitivamente no dejaré que lastimen a Luna o su hija.

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