Arianna, una niña que perdió a su madre a la edad de cuatro años, vive con su padre, quien ha formado una nueva familia y tiene dos hijos más. La esposa actual de su padre la maltrata y fomenta la discordia entre ella y sus hermanos. Además, su padre ha cambiado notablemente desde que está con su nueva pareja y se deja influenciar por ella. Sin embargo, el hermano Ángel es el único que la trata con amabilidad y cariño. Ante esta situación insostenible, Arianna decide enfrentarse a su padre y expresarle su intención de abandonar el hogar.
Su padre se ríe en su rostro y le pregunta qué planeaba hacer, adónde iría si no tiene a nadie más en esta vida. Por su parte, su madrastra se aleja y le comenta a su esposo que tiene una idea, y ambos se dirigen al despacho, dejando a Arianna sola en la sala.
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Ángela: Hermano, mamá me ha hecho comprender que sus acciones están motivadas por un interés en despojarnos de lo que es nuestro. Lo único que le importa es el dinero de papá, no nos tiene aprecio.
Ángel: ¿De verdad mamá te dijo eso? No comprendo por qué actúa de esa manera. Hermana, debemos recordar que somos tres hermanos y que es importante mantenernos unidos y apoyarnos mutuamente. No creo que Arianna sólo esté interesada en el dinero de papá; si así fuera, ¿realmente se iría?
Ángela: Si mamá dice eso, es porque así es.
Ángel: No, hermana, no todo es como dice mamá.
Arianna: Hermano, déjala. Ella aún es una niña, apenas tiene 15 años; no va a comprender. Es su mamá, por eso le cree todo.
Ángela se quedó reflexionando sobre todo lo que su hermano le decía. Tenía razón; antes solían jugar y compartir juntas, compartían momentos de gran felicidad. Sin embargo, al cumplir 13 años, su mamá comenzó a hablarle mal de su hermana. Ángela no podía creer que su madre inventara cosas, pero, al final, decidió creerle a mamá.
Arianna: No te preocupes, no es necesario que lo hagas; me marcharé antes, mis maletas están listas.
Ángel miró a su hermana Ángela, quien a su vez lo observó a él, y luego le comentó: Hermano, estoy confundida.
Ángel: Ella es nuestra hermana y no merece esto.
Ángela: Mamá me dijo que...
Ángel: Mamá no te ha dicho nada bueno; todo lo que ha mencionado son mentiras. ¿No te das cuenta de que Arianna es una buena persona por sí misma, tal como te trata y cómo tú la tratas a ella? La verdad, tampoco sé si estaré bien aquí.
Ángel: A los 15 años, me daba cuenta de lo que era bueno y malo, y de qué personas eran dignas y cuáles no.
Ángela: Hermano, ¿prefieres creerle a ella en lugar de a mamá?
Ángel: Confío en Arianna porque soy consciente de la situación en casa. Me doy cuenta de que ella se esfuerza por mantener todo en orden y, sin embargo, la tratan de manera injusta. Ángela, ella es nuestra hermana y no ha hecho nada malo. Deberíamos apoyarla y protegerla de mamá.
Ángela: Eso es lo que ella quiere, apoderarse de todo y echar a mamá de la casa. Prefiero que se vaya ella; mi mamá debe quedarse aquí.
Ángel: Nadie está sugiriendo que mamá deba irse. Podemos permanecer juntos y demostrarle que Arianna no es una mala persona, brindándole la oportunidad de conocerla a fondo.
Arianna: Por favor, chicos, deténganse. No sigan discutiendo. He tomado mi decisión y no deseo que intervengan en mi favor. Ángela, presta atención a lo que voy a decirte. Eres mi hermana menor y no tengo la intención de quedarme con ningún dinero. Sabes que estoy estudiando y quiero trabajar para ganar mi propio dinero y no depender de papá.
De cualquier manera, tengo decidido abandonar esta casa y no volverán a tener noticias de mí. Espero sinceramente que encuentren la felicidad. Recuerda siempre que te quiero, aunque no lo creas, y deseo que encuentres la manera de cambiar y convertirte en una mujer íntegra. Ahora, voy a recoger mis cosas para que estés más tranquila; me iré antes de que papá salga del despacho.
Ángel: No lo hagas, es demasiado tarde.
Ángela se quedó pensativa.
Arianna: Tranquilo, hermano. Estaré bien.
Ángela: Bueno, puedo hablar con papá y pedirle que no te case, solo que te permita irte.
Arianna: No te preocupes, no es necesario que lo hagas; me marcharé antes, mis maletas están listas.
Ángel miró a su hermana Ángela, quien a su vez lo observó a él, y luego le comentó: Hermano, estoy confundida.
Ángel: Ella es nuestra hermana y no merece esto.
Ángela: Mamá me dijo que...
Ángel: Mamá no te ha dicho nada bueno; todo lo que ha mencionado son mentiras. ¿No te das cuenta de que Arianna es una buena persona por sí misma, tal como te trata y cómo tú la tratas a ella? La verdad, tampoco sé si estaré bien aquí.
