Fiera

En la Finca la familia Machado se ocupaba de atender a todos los que llegaron a dar el pésame y quedarse en el velatorio, les daban café, bocadillos y agua, conforme pasaba el tiempo la Finca se llenaba de todos sus conocidos.

Pedro Emilio: ¿no ha llegado Luis José?

Teresita: no, mamacita dice que ya Don Fulgencio fue a recogerlo.

Pedro Emilio: es por eso que estás nerviosa (afirmó al verla estrujar sus dedos en el delantal)

Teresita: no, para nada, no es eso Pedro Emilio, es... Es porque hay mucha gente acá.

Pedro Emilio: voy a fingir que te creo.

Teresita: (le da un codazo amistoso) vamos, no te burles de mí, estoy tan nerviosa por todo lo que está sucediendo, Doña Margaret es tan buena gente y ahora no sabemos cómo va a manejar las cosas de ahora en adelante.

Pedro Emilio: ¿cómo más? Sino es Luis José quien se encargue de todo una vez regrese.

Teresita: (suspira) solo espero que todo vaya bien.

Pedro Emilio: yo solo espero no llevarnos una sorpresa desagradable, deja que te ayude un poco.

Teresita: te lo agradezco Pedro Emilio, eres un gran amigo.

Pedro Emilio: si, un amigo.

Cuánto desea él ser más que un amigo, si tan solo ella le diera la oportunidad, aún así la respeta y apoya en sus decisiones, solo le pide a Diosito que Luis José sepa valorarla, porque si no lo hace, se las vera con él.

Mientras que Teresita y Pedro Emilio estaban ocupados en la cocina dejando todo limpio, la entrada de la Finca estaba siendo abierta para dar paso a la camioneta todoterreno que manejaba Luis José, todos al ver que se estacionó se quedaron en silencio expectantes a la llegada del joven.

Al bajar Luis José miró su hogar con nostalgia, no entendía porque ahora allí se sentía así, es como si hubiera extrañado aquel lugar y hasta ahora se había dado cuenta, su madre se hizo paso entre todos y fue a recibirlo.

Señora Margaret: hijo mío (dice entre lágrimas)

Luis José: Madre (la abraza para darle consuelo)

Señora Margaret: te extrañé tanto hijo, me alegra que hayas vuelto, tu padre... él ya no está hijo.

Luis José: lo sé Madre y lo siento tanto (se separa del abrazo para tomar sus manos en apoyo)

Señora Margaret: ven hijo mío, descansa un poco, en la tarde daremos sepultura a tu padre.

Luis José: un momento Madre (menciona deteniéndose) te quiero presentar a alguien.

Señora Margaret: ¿A quién?

Da la vuelta a la camioneta y ayuda a bajar a la mujer que esperaba por él, esta al poner sus tacones en la suave tierra, se ve en la obligación de forzar sus pasos ya que estos se entierran en la tierra.

Samantha: ¡maldita sea! (Murmura disgustada)

Don Fulgencio: va a tener que quitarse sus zapatos Señorita.

Samantha: ni loca, primero muerta que sencilla (lo mira con desdén sacudiendo su cabello)

Luis José: vamos Samantha, te voy a presentar a mi Madre.

Este al ver lo que le cuesta caminar, la toma entre sus brazos y la acerca a su madre quien se sorprende al ver a su hijo cargando a la mujer como en nupcias, la detalla viendo que es una joven muy hermosa y elegante, es perfecta para su hijo; por otra parte, Samantha también detalla a la mujer frente a ella, ve que es una Señora refinada, de buenos gustos, aunque ese vestido negro no es de su agrado, se ve que le sienta de maravilla, presiente que se llevara muy bien con su suegra.

Luis José: ella es mi prometida, Samantha Palomar... Samantha, ella es mi madre, la señora Margaret de Mendoza.

Samantha: un gusto señora, es realmente muy hermosa.

Señora Margaret: ¡ay joven! muchas gracias, aunque no estoy en mi mejor momento, sea bienvenida.

Samantha: gracias, por cierto, lamento su pérdida.

Señora Margaret: gracias querida, eres un encanto, aunque la muerte de mi esposo fue algo inesperado (contiene sus lágrimas)... Por favor, no se queden allí parados, pasen a descansar.

Samantha: si cariño, este bebé me tiene muy hambrienta y agotada (dice haciendo ojitos y tocando su vientre)

Señora Margaret: ¿bebé?

Luis José: si, está embarazada, vamos a tener un hijo.

Señora Margaret: ¡que sorpresa! Es un gusto saber que voy a tener un nieto, pasen, voy a ordenar que te atiendan de inmediato querida.

Samantha: muchas gracias suegra.

Todos los que escucharon lo que hablaban estaban sorprendidos por la noticia, así comenzaron a murmurar entre ellos, no solo había llegado el joven Mendoza, sino que también trajo a una hermosa mujer y está embarazada, este rumor corrió como pólvora entre todos los presentes y empleados, la madre de Teresita al escucharlo estaba muy preocupada, esta noticia le destrozaría el corazón a su pobre hija que anhelaba el regreso del joven.