MI AMAZONA

El ambiente que se generaba en todo el pueblo era hasta un punto incómodo debido al tumulto de personas, haciendo fila para estar en el lugar que más deseaba. Las artesanías de la región eran únicas y bella, todas las chicas del pueblo querían tener algo nuevo para sobresalir entre ellas.

Santiago y Natalia caminaron hasta los palcos de los corrales, los cuales estaban dirigidos a los ganaderos más importantes del pueblo, desde allí veían todo lo relacionado con el manejo del ganado. El evento correspondiente para el día (tres) de las ferias, por ahora solo estaban preparando el lugar.

___ ¿Dónde carajos estabas?__, preguntó el señor Jiménez, observando a Natalia que acababa de entrar.

___ La acompañé a conocer las instalaciones ___, respondió Santiago, dándose cuenta de la tensión que se generaba.

___ No soy una niña, papá, puedo ir y venir donde quiera ___, interrumpió Natalia, sin darle importancia al comentario de Santiago quien por lo visto solo quería ayudarle.

___ Aquí, no puedes hacer lo que te dé la gana, crees que no sé que tu tío te tiene mimada y consentida __, replicó el señor Jiménez, con una voz autoritaria. Para Santiago era obvio que algo pasaba entre padre e hija, pero era demasiado discreto y respetuoso, tanto que se sintió mal por estar allí presente. Lo que no podía negar era la admiración que sentía por Natalia, por enfrentarse al gran Osvaldo Jiménez, como nunca lo había hecho nunca, esa chispa de rebeldía en los ojos de Natalia lo volvía loco.

____ Hija, debes tener hambre, ven vamos a buscar algo para comer ___, intervino Naila con suavidad, quien observaba el ambiente tenso que se había creado.

___ Está bien, mamá ___ , contesta Natalia, sin apartar la mirada desafiante de su padre. Aunque no estaba dispuesta a ser controlada, le tenía compasión a su madre.

____En la tarde tendremos una reunión familiar con los Reyes, en la casa, no llegues tarde ___, agregó el señor Jiménez. Mientras Natalia y Naila salían del recinto, dándole a entender que le estaba dando una orden.

En todo el pueblo no se hablaba de otra cosa que de la nueva integrante de la poderosa familia Jiménez, para hombres una belleza a la que querían conquistar y para las chicas, una amenaza.

Natalia se sentía abrumada por las miradas curiosas que generaba por donde pasaba. Incluso en el elegante restaurante del pueblo en varias ocasiones los señores adinerados y conocidos de la familia se acercaron buscando ser presentados ante la nueva integrante de la familia. Lo cual era estresante y patético.

___ Mamá, por favor, ya vamos, no soporto más este circo ___ Natalia se levanta de la mesa seguida de su madre. ____ Hija, ¿para dónde vas? /__ Preguntó Naila, quién prácticamente corría detrás de Natalia.___ por favor, recuerda la reunión de la tarde.

___ Madre, ni sé por qué les interesa que asista a esa reunión, al cabo, para ustedes soy nada, no me consideran como parte de la familia___ Natalia sentía que por primera vez desde que llego, dijo lo que sentía.

___ Eso no es verdad, hija __dijo Naila con nostalgia, solo quería que su familia, por primera vez en muchos años tuviera un momento de paz.

___ Claro que sí, mamá, como explicas que mis hermanos se casaron y no me enteré__ Naila quedó sin palabras, era cierto, la habían excluido de todo lo relacionado con la familia, la abandoron desde niña.

___ Para todos fue muy difícil, no sabes cuánto le rogué a tu padre para que te permitiera volver __ , Naila se encontraba frente a Natalia y tomando una de sus manos, le ofreció un cariño maternal. Pero ya era demasiado tarde, Natalia creció anhelando volver con su familia, pero se cansó de esperar.

Natalia retiró la mano de su madre y le respondió: ___ Mamá, este no es el momento ni el lugar para hablar de esto, estaré allí, no te preocupes, lo hago por mi tío, quien insistió que hiciera este viaje __ diciendo esto, se marchó sin decir nada más.