Elena Martínez es una mujer que ha construido su vida alrededor de mentiras y secretos. Tras la trágica muerte de su hermano, se ha visto obligada a asumir una identidad falsa para infiltrarse en el círculo más íntimo del enigmático y poderoso Alejandro Montenegro, un empresario con un oscuro pasado. Alejandro, conocido por su frialdad y su habilidad para descubrir la verdad, comienza a sospechar de la nueva integrante de su equipo.
Lo que Elena no esperaba era que sus corazones comenzaran a entrelazarse en un juego peligroso de seducción y engaño. Mientras más se adentra en el mundo de Alejandro, más difícil se vuelve mantener su fachada. Las tensiones aumentan y los secretos que ambos ocultan amenazan con destruirlos.
A medida que la línea entre la verdad y la mentira se desdibuja, Elena deberá decidir entre revelar su verdadera identidad y arriesgarlo todo por amor, o seguir detrás de la máscara que ha creado para protegerse.
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Capitulo 6: Traiciones Silenciosas
Elena se sumergió en su trabajo, utilizando cada minuto de su día para avanzar en el proyecto de expansión y al mismo tiempo recopilar pruebas sobre las actividades ilegales dentro de Montenegro Enterprises. A pesar de la tensión creciente con Alejandro, sabía que no podía permitirse distracciones.
Una tarde, mientras revisaba unos documentos, Laura entró en su oficina sin previo aviso. Su expresión era más seria de lo habitual.
—Clara, ¿tienes un momento? —preguntó Laura, cerrando la puerta detrás de ella.
Elena levantó la vista, asintiendo.
—Claro, Laura. ¿Qué sucede?
Laura se acercó y se sentó en la silla frente a Elena. Sus ojos parecían llenos de preocupación.
—He notado algunas cosas extrañas últimamente —comenzó, bajando la voz—. Documentos que desaparecen, conversaciones encriptadas... Y me preocupa que alguien esté actuando en contra de la empresa desde dentro.
Elena sintió un escalofrío. No sabía si Laura estaba realmente preocupada por la seguridad de la empresa o si era una trampa para desenmascararla.
—Eso suena grave —respondió Elena con cautela—. ¿Tienes alguna idea de quién podría estar detrás de esto?
Laura negó con la cabeza.
—No estoy segura, pero creo que alguien está traicionando a la empresa. Y me temo que Alejandro podría estar en peligro. Debemos ser cuidadosas y vigilar de cerca.
Elena asintió, sintiendo la creciente presión de mantener su fachada. Laura se levantó y salió de la oficina, dejando a Elena con sus pensamientos. Sabía que las cosas se estaban complicando aún más.
Esa noche, decidió reunirse nuevamente con Javier para discutir sus próximos pasos. Se encontraron en un parque tranquilo, lejos de miradas indiscretas.
—Javier, las cosas se están poniendo más peligrosas —dijo Elena, después de explicar su conversación con Laura—. Necesito saber si hay alguien más involucrado.
Javier asintió, tecleando en su laptop.
—He estado investigando más a fondo, y encontré algo interesante. Hay una serie de correos electrónicos encriptados entre Carlos Ramos y alguien que parece estar dentro de la empresa, pero no he podido identificar quién es todavía.
Elena suspiró, frustrada por la falta de claridad.
—Tenemos que descubrirlo antes de que sea demasiado tarde. Alejandro ya está sospechando de todo el mundo, y Laura también está preocupada.
Javier asintió, comprendiendo la urgencia.
—Haré lo posible por desencriptar esos correos y descubrir quién es el traidor. Mientras tanto, mantén los ojos abiertos y no confíes en nadie.
Elena agradeció a Javier y se dirigió de regreso a su apartamento, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Sabía que cada día que pasaba la acercaba más al peligro, pero también a la verdad.
Los días siguientes estuvieron llenos de tensión. Elena continuó con su rutina en la oficina, pero cada interacción la hacía sentir como si estuviera caminando sobre una cuerda floja. Observaba a Carlos Ramos y a sus compañeros, buscando cualquier indicio de traición.
Una tarde, recibió un mensaje en su teléfono de Javier: "Lo tengo. Reunión urgente en mi apartamento." Elena sintió una mezcla de alivio y temor. Sabía que esto podría ser un punto de inflexión.
Al llegar al apartamento de Javier, lo encontró con una expresión seria y la pantalla de su laptop mostrando los correos electrónicos desencriptados.
—Encontré al traidor —dijo Javier, señalando la pantalla—. Es Laura.
Elena sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Laura, la persona en la que había comenzado a confiar, era la que estaba traicionando a todos.
—No puede ser —murmuró Elena, tratando de procesar la información.
—Los correos no mienten —dijo Javier—. Laura ha estado pasando información a Carlos y colaborando con la red de tráfico. Todo encaja.
Elena asintió lentamente, sabiendo que debía actuar con rapidez. Pero también sabía que enfrentarse a Laura directamente podría ser peligroso.
—Necesitamos un plan —dijo finalmente—. Algo que nos permita desenmascararla sin poner en riesgo nuestras vidas.
Javier asintió, comenzando a esbozar un plan. Sabían que la única manera de poner fin a las traiciones silenciosas era reunir pruebas irrefutables y presentarlas de manera que no pudieran ser ignoradas.
Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Elena se sintió más determinada que nunca. Las traiciones silenciosas habían salido a la luz, y ahora era el momento de actuar. Sabía que el camino por delante sería peligroso, pero estaba decidida a enfrentar a Laura y desmantelar la red de corrupción, sin importar el costo.