Emma es la villana celosa que acosa a la protagonista, pero tras ser descubierta y exiliada, se quita la vida. Ahora, un alma ha reencarnado en Emma y buscará cambiar el trágico final de la Villana, planea divorciarse cuando sea el momento y ganar una buena suma de dinero para vivir en paz, pero, ¡oh! sorpresa, su esposo no busca el divorcio y no planea dejarla ir, por el contrario, esta buscando ganar su amor, ¿pero por qué?, se supone que la historia no es así, el duque a quien ama es a la protagonista, ¿podrá Emma escapar de su esposo o este logrará enamorarla?
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capítulo 06- salida
Aprovechando que el pequeño estaba en clases, Emma salió en compañía de Anne al pueblo, se llevo una pequeña maleta con todas las joyas valiosas que encontró en su habitación, realmente no las necesita y será más útil el dinero que le den por ellas. Aunque Anne no esperaba que su señora quisiera vender su preciada colección.
— mi señora, usted recibe una mesada al mes de parte de su excelencia, no necesita dinero.— le pide Anne.
— lo necesitaré Anne, quiero invertir en un negocio, pero no quiero tomar el dinero de mi esposo.—
—¿un negocio?, pero usted no necesita nada de eso.—
— nunca sabemos cuando mi esposo se cansará del matrimonio, así que debo de tener un ingreso de emergencia.— menciona.
Anne se ve preocupada, nunca imagino que su señora pensará de esa forma, aunque tendría sentido, era un matrimonio por conveniencia, y no sería raro que un día el duque lleve a la mansión a una amante, es algo que suele pasar en esa clase de matrimonios y es la esposa quien termina siendo desplazada porque la amante tiene el "amor" del esposo. Anne no puede evitar sentir tristeza por su joven señora.
Emma entro a una joyería, una de gran prestigio para que evalúen sus joyas y le paguen lo justo.
— y no quieran pasarse de listos, se lo que valen las joyas y aunque no se paga lo mismo revender, tiene que ser justos.— aclara.
El gerente del lugar le asegura que serán justos, un par de veces Emma había comprado en ese lugar y saben lo prepotente que puede ser. Mientras espera, la pasaron a una zona donde puede sentarse y le sirven té con bocadillos, en lo que espera, un grupo de señoritas entran al lugar, pidiendo ser atendidas, la principal del grupo pide las mejores joyas y la pasan a sentar en la parte que queda tras Emma. Las jóvenes al ver a la albina, enseguida murmuran con la que parece ser la líder.
— pero si es la princesa Emma, su alteza debe de estar comprando las mejores joyas también.— habla una rubia, la líder del grupo.
— señorita Sander, no es princesa, ahora es duquesa.— le dice una castaña.
— ¿como, duquesa?, pero si juraba que ella sería reina, ¿que paso, du-que-sa?— habla la rubia con un tono burlón.
Emma voltea, pero no dice nada, mientras que las jóvenes la miran con enojo.
—¿eh?, ¿me hablaban a mí?— se señala así misma.— lo siento, con sus voces chillonas no las entendí.
La rubia y sus amigas pueden ver que todos en ese lugar se estaban aguantando para no reír.
—¿quien te crees para faltarme al respeto así?, soy la princesa del archiducado de Sander.— menciona la rubia muy molesta.
Emma se pone de pie y se acerca a la rubia, apretando sus mejillas con una sola malo y le aprieta con fuerza causando que sus ojos se vean llorosos.
—¿y tú crees que me quedaré callada?, no llores ahora, si tu empezaste esto.— aprieta más los dedos.
La chica al no poder liberarse, comienza a derramar lágrimas, así que una de sus amigas sale para llamar a los escoltas de la rubia, estos enseguida apuntan con sus espadas a Emma y ella suelta a la rubia, quien cae porque Emma la empujo la soltarla.
— llevensela, ella se atrevió a agredirme, todos lo vieron.— grita la rubia.
— mira nada más, la perra ladra pero esconde la cola cuando ve que se enfrenta a un lobo.— se burla.
Uno de los guardias le sostiene el brazo a Emma mientras le dice que esta arrestada por agredir a la joven señorita Sander, pero Emma usa la mano libre para golpear justo en el cuello al chico dejándolo sin aire, ante esto, los otros se van en contra de Emma, pero ella se defiende, golpeando a los escoltas, los que estaban ahí se sorprenden al ver como la albina luchaba contra varios hombres más robustos y fuertes que ella.
♧♧♧♧
— excelencia.— el mayordomo abre rápidamente la puerta de la oficina.— l-la señora...la señora se ha metido en problemas.
—¿que?— adiós a su mañana tranquila.
Rato después, el duque llego a la joyería, pero al entrar, Emma estaba sentada cruzada de brazos, mientras que los escoltas y las señoritas estaban de rodillas y no solo los escoltas estaban golpeados, también las jóvenes tenían golpes en las mejillas y sus cabellos todos despeinados.
— ¿que esta pasando?, Emma, ¿que fue lo...—
— ¡oh!, Excelencia, que bueno que llego, esas señoritas empezaron a molestar e hicieron que sus escoltas atacaran a la duquesa, pero su esposa se defendió de ellos.— habla el gerente del lugar.
— ¿que?, seguramente ya pensabas echarme la culpa, ¿no?—
— no es así...— se soba la sien, siente que le dolerá la cabeza con todo eso.
El duque se acerca más, las señoritas estaban llorando, así que Gilbert les pregunta a los guardias que paso, ellos dicen que solo recibieron órdenes de la señorita Sander, pero quien empezó a molestar fue ella. Gilbert les dice que pueden irse, pero asegura que enviará una queja en contra de los Sander por el comportamiento de su hija.
— regresemos, tienes mucho que explicar también, ¿salir sin guardias?, Anne sabes que no pueden hacer eso.—
— Anne no tiene la culpa.— se pone de pie.— gerente, envíe el pago a la mansión.
— por supuesto señora.— hace una reverencia.
Gilbert se extraña, pero al ver que Emma se marcha, la sigue, viendo que sube al carruaje, el sube con ella y manda a Anne en el que él llego. Emma al verlo lo mira extrañada y estaba por bajarse pero le sujeta la mano pidiendo que se siente.
—¿Está bien?, ¿como pudo contra todos eso escoltas?, hasta donde sé, las princesas no son entrenadas para pelear.— interroga.
— entrene por mi propia cuenta, sabía que alguna vez necesitaría defenderme.— se excusa.
Aunque también ella estaba sorprendida, no creyó que aun conservará esa agilidad de combate, pero lo que le impresionó, es que sus golpes parecían ser más fuertes, lo cual es extraño estando en el cuerpo de una mujer débil.
— por lo que veo, ha salido a comprar nuevas joyas.— sabe que Emma es vanidosa.
— en realidad no, vendía las que ya tenía, quiero abrir una cuenta de ahorro.— desvía la mirada.
—¿ahorro?, no creo que necesite eso, tiene aun la dote y le doy suficiente dinero al mes.— Gilbert se extraña.
— solo es para emergencias. Además esas joyas no sirven de nada si solo estoy en la mansión, mejor que sean útiles de otra forma.— Emma mantiene la vista en la ventanilla.
Gilbert ya no pregunta más, realmente no entiende a esa mujer, desde que vive en su mansión se dedica a gastar en cosas innecesarias y ahora de repente vende sus preciadas joyas. Pero mientras no esta haciendo nada malo, no tiene porque intervenir y mucho menos seguir indagando.
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