Causalidad

Saint; su nombre real es: Suppapong Udomkaewkanjana

Suppapong

Estaba agotado, desde muy temprano no había parado de capacitar a las chicas, ellas debían dirigir los recorridos,  aúnque por más que lo intentaba parecía que sólo podían escuchar pero no entender, tuve que suspirar y sonreír, ellas no tenían la culpa a veces tendía hablar demasiado y eso las confundía un poco, se supone que las mujeres tienen el doble de palabras que un hombre pero no podían ni formular una oración completa sin soltarse a reir, no soy un chico que se apena fácilmente ademas a mi siempre se me ha facilitado hablar en público entonces no era una tarea difícil de realizar, ellas me veían como si les estuviera pidiendo que expusieran las leyes de la física cuántica, “estaban pérdidas” y si le sumaba que tenían que hablar delante de varios chicos que prácticamente las comían con la mirada pues difícil su caso, tuve que resignarme y seguir ayudándoles.

En el último de los recorridos le informe que solo estaría observando y como siempre se quejaron, estaba a punto de protestar cuando los nuevos postulantes se acercaban a nosotros, no podía poner a discutir con ellas en frente de los visitantes. Cuando estuvimos frente a ellos esperé que ellas se presentarán pero ni una palabra salía de su boca, sólo sonreían tontamente a los chicos  que las saludaban animosamente, “paciencia”  dije entre mi,  no me quedó más que hablar primero.

— Bienvenidos chicos y chicas...

...Estamos muy contentos de tenerlo hoy aquí, espero disfruten de éste recorrido en nuestra escuela, les aseguro que les encantará... Sus instalaciones son de primera...

...Tenemos el mejor sistema de estudio, además contamos con programas de apoyo al estudiante prometedor...

...En el escuela existe un edificio que está asignado con habitaciones para estudiantes que venga de fuera...

Mientras hablaba noté como uno de los menores no apartaba la vista de mis labios, como si no estuviera escuchando lo que hablaba y tenía que leer mis labios para entender, al principio me causo gracia pero mientras pasaba el tiempo me estaba poniendo nervioso y eso me sorprendió mucho.

Eran raras las ocasiones que alguien lograba ponerme nervioso y lo que me sorprendió aún más es que era un pequeño el que estaba teniendo el poder de lograrlo...

Subimos al trolebus para empezar el recorrido al rededor de la escuela.

En un principio se “suponía” que las chicas tenían que estar conmigo  al frente pues se “su-po-nía” que ellas tenían que dirigir, pero las niñas muy solicitas se acomodaron a lado de los chicos platicando muy a gusto a mi parecer, quería reprenderlas pero no se vería bien exponer su falta, tuve que suspirar tres veces y seguí hablando sobre las ventajas de estudiar en nuestra escuela.

Tengo que decir que me estaba sintiendo muy incómodo hasta el punto que mi boca no dejaba de hablar de los nervios, pues el menor de hace un momento estaba sentado justo enfrente de mi, recargado en el barandal de él asiento de enfrente “contemplandome”, es verdad que todos me observaban mientras hablaba notando su interés pero ese menor en particular no creía que me estuviera mirando por qué le importaba realmente lo que estaba diciendo, no quiero sonar pretencioso pero a mí parecer... “No imposible”

Dejé de lado mis locas ideas, llame la atención de las chicas para que pasarán al frente en cuanto se detuvo el trolebus...

— Bueno chicos y chicas espero les gustará el recorrido las chicas tienen algo que decirles así que os dejo en muy buenas manos.

Ya no tenían mucho que hacer, solo tenían que informales sobre los refrigerios que cada año preparamos como despedida para todos los estudiantes y llevarlos hasta el área que habíamos acondicionado con mesas y sillas para que convivieran un rato antes de que partieran.

Ya quería irme, pero tenía que verificar que los menores estuvieran bien atendidos, los profesores estaban en reunión y nuestro grupo era el responsable de apoyar en su ausencia. Siendo él presidente del grupo debía verificar que todo estuviera marchando bien, cuando entre en la sala todos estaban muy animados algunos incluso estaban bailando, un superior había traído una bocina portátil para ambientar un poco, no estaba permitido pero como el sonido no era tan alto sabía que los maestros no dirían nada.

Todo está saliendo también  que me permití disfrutar del ambiente, me senté en una de las mesas que en ese momento se encontraba vacía para relajarme y disfrutar de algo de calma pero no duró mucho, los menores se acercaban a mi para hacer preguntas sobre la escuela y  sus ventajas, yo traté de responder amablemente a todas sus preguntas.

Cuando por fin pude sentir que nadie vendría con más preguntas me relaje y empecé a mirar a todos como estaban disfrutando de la tarde, de pronto mi mirada se detuvo en un menor sentado en frente de mí, haciendo unas señas raras, qué  en un principio pensé que estaban dirigidas a mi, hasta que me di cuenta que las está estaba haciendo a alguien del grupo donde estaban mis menores, esas chicas en ves de estar repartiendo los bocadillos estában repartiendo su número de teléfono a cuál más se lo pedía... (solo podía mover la cabeza con desapruebo) volví a centrar mi atención en aquél menor que me había estado haciendo difícil todo el recorrido  con su mirada acosadora, me entraron unas ganas de hacer lo mismo con el así que sin más me vi caminando en su direccion.

Él ni siquiera notó que me acercaba "hace un momento no me quitabas los ojos de encima y ahora ni siquiera notas mi presencia" veremos cómo racciona si me siento a su lado...

—¿Te gustó nuestra escuela?,

¿Por qué estás aquí solo?... Deberías comer algo o quizás no te gusta, ¿quieres algo diferente? puedo conseguirlo para ti, te ves tan serio, ¿te encuentras bien?

Una vez que empiezo hablar nada puede detenerme y ahora más al notar como me miraba, su cercanía está causando estragos en mí personalidad, tenía una carita tan preciosa y sus ojos “dios que ojos” eran de infarto, quería apreciarlos mejor pero el no dejaba de mirar al suelo como buscando algo hasta que deje de hablar me miro  “ulala” tremenda sorpresa me lleve tenía la mirada más ladina que había visto en la vida, este pequeño no dejaba de sorprenderme constantemente y lo que dijo a continuación lo confirmó tanto que casi logra que cayera de la banca...

— Me gustas...

Escuche bien dijo que “le gustó” verdad, lo dijo muy bajo pero le entendí perfecto pero y sí.... ¿me está jugando una broma? los chicos de ciudad siempre pretenden aparentar ser todos unos boysexys así que termine preguntándole directamente.

—¿Cómo dices?, es que no te entendí o tal vez te escuché mal ¿dijiste que te gustó?...

— ¡No!, no digo si, no hablo de la escuela, me gusta la escuela y tú... Tú eres agradable, sí eso, por mostrarnos lo bonita que es..

Era una preciosidad de niño tratando de ocultar lo que en verdad quería decir, en ese momento me robó el corazón.

— ¡Ahhh correcto! pues que bueno que TE GUSTO .., la escuela.

Espero verte el siguente año por aquí, te la pasarías muy bien aquí todos son agradables además  yo podría ser el doble  de agradable contigo...

No pude evitarlo, use su misma forma de hablar pero de manera que entendiera que estaba coqueteando con él, pero su respuesta me dejó claro que no entendió mi indirecta.

— No creo poder entrar a una escuela cómo está mis notas no son buenas además queda muy lejos de donde vivo...

— Eso no es problema, aquí hay dormitorios para los estudiantes que vienen de lejos y si te esfuerzas todavía estás a tiempo de mejorar en tus notas. Yo siento que podrías lograrlo, sí lo intentas ¿no crees?

Me resultó extraño lo que estaba diciendo pero no podía evitarlo, estás  enormes ganas de animarlo  me dominan quizás por qué su mirada había perdido su hermoso brillo, hice mi mejor sonrisa para él y por primera vez  desde que empezamos hablar sonrió "ohh cielos apiadate de mi” era arrebatadora aquella sonrisa, en el momento que la hizo unas pequeñas líneas se dibujaron  en sus ojos que lo hacían verse tan sensual.

— Puede ser, lo intentaré gracias por ser amable conmigo eh.. mm ...

Deseaba seguir hablando con este apuesto menor pero no podía ilusionarme con alguien que apenas conozco y sobre todo era “mi menor” tenía que actuar responsable como era mi deber como su superior.

— Bueno pequeño tengo que irme, medio gusto conocerte, espero en verdad puedas intententar entrar no te arrepentirás.

Antes de irme toque su cabeza cariñosamente para despedirme  tratando de sorprenderlo pero “ohh sorpresa” el sorprendido fui yo sentí como algo me detenía, el pequeño estaba sujetando mi chaqueta, me dije “al diablo con mi responsabilidad si él me dice algo no dudaré en aseptar lo que me pida”

— ¿Qué pasa pequeño? tienes miedo de quedarte solo aquí o acaso quieres decirme algo...

Me agaché a su altura ya que el seguía sentado, meti las manos en mi pantalón, tenía miedo de hacer algo indebido con ellas, esperé a que respondiera, pero no fue él quien habló sino un joven detrás de mí gritando.

— ¿Qué pasa contigo Tana?  Ya tenemos que irnos...

El joven que llegó junto al menor me miraba como si le estuviera haciendo algo a su amigo, no sabía si ese apelativo “Tana” era su nombre o un simple apodo tenía ganas de preguntar pero no sería apropiado.

Ese joven no dejaba de mirarme así que tuve que explicarme no quería malos entendidos con estudiantes potenciales.

— ¿Es tu amigo? ¡Qué bien!  pensé que venía solo, espero les gustará la visita, regresen con cuidado.

— Gracias por apoyar a mi amigo ahora yo me encargo de él

Entendí perfecto que no me quería cerca, me iría pero no por qué me asustara, sinó por qué el pequeño se veía conmocionado y era preferible que estuviera con alguien que lo conocía, pero antes me aseguraría de captar la atención del pequeño.

— Nos vemos pequeño...

Mientras lo decía no dejaba de mirar aquellos preciosos ojos que  seguro no olvidaría, esperaba que mis palabras fuera una motivación que logrará unirnos más adelante... “Ohh vamos Sup deja de soñar” sonreí con lo tonto que sonaba.