Un chico frío, cruel, con un aura muy aterradora y temido por toda la escuela de repente se vuelve malcriado y tan posesivo con una chica que incluso llora por ella.
Si, Kelvin William Smith, un joven de 18 años que aún cursa 3er año de secundaria, pero a una edad relativamente joven se ha convertido en el CEO de Smith, pero todo ha cambiado desde que Arabella Adhitama llegara a su vida
"¡Nunca te dejaré ir, cariño!" dijo Kelvin con su voz ronca.
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Capítulo 13
En este momento, Bella se había convertido en el tema de conversación de la escuela, más aún cuando se difundió una foto de ella siendo cargada por Kevin en la cuenta de Instagram de chismes de la escuela, "Lambe". Pensó que en una escuela como esa no existirían cuentas de cotilleos, pero al parecer, siempre había quienes se encargaban de recopilar rumores. Bella estaba harta de las constantes preguntas de Agatha sobre por qué Kevin la seguía. Le sorprendía que algo tan simple como un "seguir" pudiera causar tanto revuelo.
"Deja de preguntar, yo tampoco lo sé", espetó Bella, anticipándose a otra pregunta de Agatha.
"Venga, vamos a la cafetería", dijo Agatha, poniéndose de pie.
"No quiero ir a la cafetería local", respondió Bella, a lo que Agatha asintió.
"Deberías probar su pollo asado, es delicioso, sobre todo con la salsa sambal", comentó Agatha, haciendo que a Bella se le hiciera la boca agua. Hacía tiempo que no comía pollo asado con salsa sambal.
Sin embargo, mientras se dirigían a la cafetería, una estudiante se acercó a ellas.
"Bella, la directora te llama en el quinto piso", dijo la estudiante.
"Esta chica me conoce", pensó Bella, sorprendida.
"¿En el quinto piso? Pero si la oficina de la directora está en el tercer piso", preguntó Agatha, confundida.
"Puede que la directora haya tenido una reunión, en el quinto piso hay una sala de reuniones", respondió la estudiante, y Agatha asintió, ya que era cierto.
"De acuerdo, gracias", respondió Bella, y la estudiante se alejó.
"Ve tú primero, no te olvides de pedirme un muslo de pollo", dijo Bella.
"¿No quieres que te acompañe?"
"No soy una niña pequeña", replicó Bella, y Agatha asintió. Ambas caminaron en direcciones opuestas: Agatha hacia la cafetería y Bella hacia el quinto piso, o al menos eso creía.
Bella estaba desconcertada. ¿Para qué la querría la directora? Sentía que no había hecho nada malo. Al llegar al quinto piso, buscó la sala de reuniones, mirando a su alrededor.
Justo delante de ella, encontró una puerta con el cartel de "Sala de reuniones". Llamó a la puerta, pero no obtuvo respuesta. Con cautela, abrió la puerta. Vacío. Eso era lo que describía el interior de la sala. No había ni una sola persona.
"Esa chica me ha engañado", pensó Bella, furiosa. No podía creer que le hubieran gastado una broma así.
Cerró la puerta de golpe y se dirigió al ascensor. Pero antes de que pudiera llegar, alguien la agarró del brazo y la metió en una habitación. Bella supo al instante dónde estaba.
"¿Kevin, qué haces?", exclamó Bella. ¿Quién más podría haberla arrastrado a su despacho privado sino Kevin?
Kevin la guió hasta el sofá y le ofreció un filete con agua mineral.
"Come aquí", ordenó Kevin, dejando a Bella atónita. ¿Cómo se atrevía a darle órdenes?
"No, tengo que ver a la directora", respondió Bella, poniéndose de pie. Kevin la tomó de la mano y la obligó a sentarse a su lado.
"No hay ninguna directora, solo estoy yo".
"¡Así que tú eres el que me ha gastado la broma!", exclamó Bella, fulminándolo con la mirada.
"Hmm", musitó Kevin, interrumpiéndola.
"Idiota", murmuró Bella.
"Beby, no hables así". Bella se quedó callada, sin tocar el plato de filete. Kevin suspiró.
"¿Quieres que te dé de comer?", preguntó Kevin con ternura, acariciándole el pelo.
"No".
Increíble. El mismísimo Kevin William Smith se ofrecía a darle de comer en la boca y ella lo rechazaba. Sin duda, Kevin necesitaba una paciencia infinita.
