Cegada por el primer amor confío en que era correspondida dando paso a lo que fue y lo que será la vida de Diana, una adolescente que comienza a experimentar una vida de maltratos
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Capítulo 6
Tome mis maletas, las cuales estaban desparramadas en el piso luego de ser puestas por mi padre con gran coraje, me fuí del lugar con lágrimas en los ojos, no solo por quedar sola en el mundo, sino por la reacción de mis padres los cuales se suponía que debían amarme, protegerse y guiarme por el buen camino, deberían haber puesto la otra mejilla como profesaban a pesar de mi enorme falta, sin lugar hacia donde ir, solo pensé en Vivían fui hasta casa con la esperanza de pasar la noche al menos allí, ella al verme se asustó mucho, incluso sus padres no entendían lo que ocurría, al verme llegar así.
Me dejaron pasar la noche allí, persona solo esa noche, al siguiente día debía marchar del lugar. Sus padres creían que yo era una mala influencia para su hija, se les notaba en su mirar, como me juzgaban por mis actos. Vivían si no me juzgo, me dio su apoyo incondicional, al otro día hablaría con Javier para que se hiciera responsable de sus actos, quedamos en que lo esperaría en un parque cerca de la escuela, esa era mi última esperanza, ya que solo podría pasar aquí una noche y no tenía otro lugar a donde ir, yo no tenía abuelos, ni otra familia viva conocida, solo eramos mi madre,mi padre y yo.
Al día siguiente fui con todo mi equipaje hasta el parque pactado con Vivían con la esperanza de que ella lograra convencer a Javier de que me acogiera en su casa. Pase allí toda la mañana hasta luego del mediodía para mi sorpresa Vivían llegó con Javier, nos dejo solos para conversar, él no se lo tomó tan mal como creía que pasaría, en cambio, me llevó a su casa, podría vivir allí el tiempo que quisiera, se ocuparía del pequeño, solo había una condición, que yo no lo atormentarse con celos, él era libre de estar con quién quisiera, en cambio, yo no, mientras estuviera bajo su techo sería de él y de nadie más.
Sin muchas opciones acepte, quien quería estar con alguien como yo, pobre y para colmo embarazada, lo de engañarlo no sería un problema ya que no ocurría, asi que subí a su moto, le dije adiós a Vivían mientras me ayudaba a colocar el equipaje. Nos marchamos del lugar luego de unos minutos, esa fue la última vez que ví a mi amiga en persona, luego de la escuela se mudo a otro estado y perdimos el contacto, pero ese día salvó mi vida y se lo agradecía.
Llegamos a casa de Javier, era un poco lejos de la zona donde frecuentaba, su casa quedaba en un barrio donde todos iban tatuados como él, a primera impresión daba un poco de temor las personas que allí vivían, pero sin mucha opciones debía aceptar mi nueva realidad, era eso o la calle y de seguro que vivir en la calle habrían personas igual o peor que esas, al menos allí tendría un techo sobre mi cabeza para mi bebé y yo.
La casa no estaba tan mal como me imaginé al ver el lugar, él vivía solo, era un pequeño apartamento de dos cuartos, una pequeña cocina y baño, con una mini sala y un cuartito de lavado, justo al lado vivía su madre. Ella fue a recibirlo y al notar mi presencia él me presentó cómo su amiga, ella me brindó un abrazo reconfortante y se ofreció para ayudarme en lo que necesitará.
Me instalé en la habitación continua al cuarto de Javier, ya que no teníamos una relación monógama. En esa casa de reunían muchos hombre todos los días, Javier vendía drogas, ese era su sustento, esos hombres se encargaban de comercializarla diariamente. Javier iba a la escuela para mantener una fachada al ser menor de edad aún no quería líos con el negocio, así evitaría sospechas, gozaba gran respeto entre los del barrio y yo pasé de estudiar a ama de casa en un segundo, debía encargarme de toda la contabilidad del negocio de las ventas de drogas.
A veces el me buscaba en la cama y tenía sexo conmigo, otras llegaba borracho y dormía la mona y algunas veces no llegaba nunca. El rompió mi teléfono y me dió otro, me prohibió hacer contacto con mis antiguos amigos, mis padres tampoco se arrepintieron de abandonarme y no me buscaron jamás, así que decidí coger el ritmo de mi nueva vida y afrontar el castigo divino por mi falta en paz.