LA MARIPOSA DEL CEO

Las miradas que se encontraron fueron las de un alfa embobado en la belleza de aquella “chica” y una “chica” que estaba aturdida por el alcohol, Daniel miro a Mathew y sonrió, se acercó un poco y el aroma fue más lucido y claro.

“Es una Omega”

Se repitió y se tenso un poco ante la idea, incluso dio dos pasos atrás, pero por alguna razón no sintió el rechazo que ya conocía hacia los omegas.

-Buenas noches señorita..

Mathew levantó los ojos y sonrió, “es muy guapo” se dijo por dentro de el mismo y correspondío el saludo con un “buenas noches señor”, Daniel sonrió, la voz era un poco grave pero agradable, miro los claros ojos de la chica y el pelirrojo cabello, no la había visto nunca antes, pero eso es normal en ese tipo de reuniones dónde los nuevos y jóvenes diseñadores van en busca de oportunidades para crecer.

-No recuerdo haberla visto antes en algún evento como este señorita.

-Es al primero al que asisto…

-Oh lo entiendo… que torpe soy disculpe por no presentarme antes, me llamo Daniel y soy el presidente de la diseñadora que organizo este evento.

-Es un gusto señor Daniel (aturdido).

-Jejejeje no escuché su nombre…

-No se lo dije 😐

-Jajajaja, y ¿no pretende decírmelo?..

Mathew sabía que no podía decir su nombre real, porque justo ahora el no era un chico, era una chica y su mejor amiga no estaba cerca para rescatarlo, ¿Cómo es que se llamaba? Oh sí…

-Me llamo Mathy Saenz

-Oh Mathy… es un placer… (dijo mientras besaba su mano) ¿es usted una nueva diseñadora? ¿Para que empresa desempeña?

-¿Es detective? Son muchas preguntas ¿no cree? 😑

Daniel sonrió irónico por dentro, jamás nadie fuese hombre o mujer, se había atrevido a hablarle de esa manera y mucho menos al presidente de aquel evento.

-jajajajajaja… diferente… me agrada.. (dijo Daniel fascinado)

El viento soplo un poco y Mathew con el diminuto vestido tirito de frío, su abrigo estaba en el auto pero ahora mismo, ¿En dónde estaba el auto? No lo recordaba, sabía que estaba con Carol en la fiesta pero que el exceso de cócteles que bebió ya estaban haciendo su negativo efecto en el Omega, se cubrió los brazos del frio y Daniel en su muestra de caballerosidad se quitó el mismo el abrigo y lo puso sobre los delicados hombros de la chica, Mathew sonrió y miro al alfa, ojos grises con el borde de la pupila verde aceituna, eran bellísimos, sin quererlo Mathew en su aturdida cabeza dejo salir su feromona con olor a dulce de leche y sonrió para Daniel, Daniel entonces brinco, el había notado que era un Omega pero está atracción jamás la había sentido antes, lo más importante era una feromona dulce y agradable, no la despreciaba ni daba asco, tampoco producía dolor de cabeza, pero lo más importante, ¿Cómo pudo olerla si el mismo se tomó el inhibidor de feromonas? Se sintió un poco mareado al pensar en todo y nada a la vez y se recargo en la barda del balcón, Mathew lo miraba con inquietud, ¿Estará bien? Se preguntaba, “quiza está borracho como yo….” Pero muy lejos de lo que Mathew pensaba Daniel por primera vez estaba sintiendo en su cuerpo el calor de un Rut inesperado, sin ser muy conciente de eso Daniel no suprimió las feromonas y salieron todas a flote, Dominantes como su casta, el olor a Eucalipto llegó todo a Mathew que se sobresalto y sintió en su cuerpo el hormigueo que provenía de aquel calor repentino, a diferencia de Daniel Mathew si sabía de qué trataba, era un ciclo de celo, así que sin perder el tiempo se hecho atrás y camino unos pasos.

-Tengo que irme, adiós.

Le dijo Mathew al alfa y camino desesperado pero con difícultad, las feromonas ya estaban inestables y el alcohol en su sistema no ayudaba, Daniel miro a la chica irse y gruño.

“Mierda se va a ir” (pensó Daniel)

-¡Espera!

Grito pero Mathew ya se había adelantado, Daniel camino tras el y al llegar lo miro tambalearse para apoyarse de la pared, lo tomo del brazo.

-Señorita, espere…. Uhhhh lo siento… pero no creo que esté usted en condiciones…

Mathew miro a Daniel, el alfa entonces noto los ojos claros color durazno ahora brillaban, las mejillas rosas, el temblor en los labios, el calor que emanaba y el dulce aroma que salía de el, no había duda estaba en su ciclo de celo, sonrió pensando que la vida es divertida y saco el móvil.

📲Mac, ¿Puedes pedir mi auto?

📲¿Se retira ya señor?

📲tengo un pequeño problema…

📲Bien, lo pediré, baje por favor.

Colgó.

Daniel tomo a Mathew y lo cubrió con su abrigo, no quería por alguna razón que los demás alfas lo olieran, lo llevo con difícultad pues para ser una “chica” era pesada, Mathew solo jadeo al toque del alfa y olió un poco de el.

-Me gusta…

Repitio y Daniel sintio a su lobo erizarse, lucho por no dejarla caer y con cuidado bajo al estacionamiento, miro al chofer llegar con el auto y entro de inmediato a el, en el auto siguió cargando a Mathew en brazos y miro sus delicados rasgos, jamás había sentido ese deseo por un Omega y eso lo tenía aturdido y confundido, Mathew se removía en su brazos mientras dormitaba y jadeaba bajito, se aferraba a su pecho y olía profundo.

-¿Está mal decirte que esto me gusta Mathy?...

Mathew no podía responder, de hecho solo quería desnudarse, el abrigo cubría su cuerpo y escondía lo que dentro de el había, la erección marcada de aquel miembro que Mathew intento esconder toda la noche bajo el vestido, el chófer condujo unos minutos y se detuvo al llegar a un edificio grande, Daniel bajo del auto aún con Mathew en brazos y subió al elevador, al entrar al piso dónde Daniel se quedaba con sus “aventuras” dejo a Mathew en el sillón para quitarse el saco, pero el tirón de la corbata hacia la boca de su pareja lo dejo mudo, Mathew sin previo aviso lo beso, Daniel no rechazo ese beso e incluso lo condujo hasta que a ambos les faltó la respiración, se separó aturdido, el no besaba a ninguna de sus compañeras sexuales, los besos eran una muestra de intimidad demasiado notoria para dárselos a cualquiera, pero al probar esos labios no pudo poner resistencia y volvió a apretar la nuca de la chica para besarla de nuevo, las lenguas jugaron el baile de la seducción previa, incluso la saliva sonaba de forma audaz y Daniel jadeo mientras más perdido se sentía en el dulce aroma del Omega, entre sus piernas lo que había crecido ya empezaba a doler así que se sentó en el sillón para poner a la chica sobre sus piernas y seguirla besando, bajo las manos por los senos, “poco planos” pensó… después el vientre y el abdomen, bajo la mano a la entrepierna, quería sentir la humedad y el deseo, quería probarlo, ¿sería tan dulce como su feromona? Metió la mano bajo el vestido y sintió aquello que el mismo sentía todos los días al entrar al baño, se quedó quieto y se levantó de golpe mientras empujaba al Omega al sillón, miro a Mathew entonces sin aquel abrigo y lo noto.

-¿E… eres… un hombre? ¡¿Eres un hombre Omega?!