Kozłowski

—Sí.— afirma, quitando el brazo de su hombro y caminando hacia su puesto. Thomas lo sigue como un perro callejero persiguiendo a alguien que le dio comida, aunque observando mejor como era la situación entre ellos, era más bien como un perro persiguiendo a alguien con comida que no le gustaba compartir.

—¿Tienes novia?— pregunta de la nada, era muy típico en él hacer preguntas personales sin conocer bien a la gente. En el primer día de trabajo le preguntó si tuvo sexo con alguien, le respondió con un sincero "vete a la mierda" y se fue a sentar a su asiento.

Richard se queda en silencio, ya está cómodamente en su mesa en frente de la computadora. Con el texto al lado, comienza a entrar a la aplicación para escribir todo desde cero.

—¿O novio?.... No critico, yo apoyo a la comunidad LGQB

Da vuelta su cabeza, dejando de mirar la computadora para darle una mirada juzgadora al de ojos celestes.

—Sí sabes que no se llama así, ¿Cierto?— si no recuerda mal, él mismo se había encargado de hacer un afiche del día del orgullo. No podía ser tan estúpido de no acordarse, pero al parecer si lo era.

Con más razón debía de encargarse de editar los afiches que hacía, sabe que se supone que es contador y debe encargarse de números, pero la publicidad de la empresa también le interesaba. Pasaba de ser contador a editor, dependiendo del día.

—¿Eso es un sí o no?

Sus ojos de juicio cambian a unos cansados e irritados. Vuelve a mirar la pantalla de la computadora y escribe en el teclado. El sonido de sus dedos tocando el teclado es relajante cuando está solo escribiendo notas de su vida y algunas historias, pero en medio de la oficina con un hablador al frente y ciento de personas más tocando con desesperación el teclado era un poco estresante. Inconcientemente, intenta seguir el ritmo de los otros que están deseando terminar todo rápido y correcto.

Thomas, ya vencido, se va y lo deja continuar con su trabajo. Cada vez que escribe una palabra mira de reojo el papel, ¿Cómo podía alguien ser tan estúpido de escribir eso? ¿Y Charlie que quería hacer más fotocopias de eso? ¿Qué carajos le pasaba a la gente? ¿Era él el único con sentido común?

Frunce el ceño, sin imaginar que en su trabajo haya gente tan idiota.

Ve la silueta de alguien ponerse adelante de él, relaja su expresión hasta tal punto que llega a ser de completo aburrimiento y molestia, pensando que tendría que soportar a otro imbécil que se la pasaba molestando a las personas de mesa en mesa como si no tuviera nada más que hacer. La computadora tapa su vista, por lo que debe de levantar un poco su cabeza para mirar quién está al frente de él.

—Disculpa, pero ¿Ya tienes la gráfica de suministros? Te la pedí el viernes pasado, no sé si te acuerdas.— pregunta un chico rubio de ojos marrones claros y lentes para miopía. Su presencia relaja a Richard, James, el cual no se acuerda su apellido, era la combinación humana de la tranquilidad y buena vibra.

James era un buen chico, ¿Por qué nadie podía ser como James? Era tranquilo, incluso más que él. Parecía tener una buena vida. Ya había escuchado por su propia boca que tenía una esposa y dos hijos pequeños, los veía seguido, no se la pasaba tan apegado al trabajo. A pesar de tener ese rostro neutro, era muy buena persona, y no de forma irritante.