Enamorándome De Mi Esposo.

--Isabella Jones--

Me despierto de un sobresalto al sentir que el avión se mueve bruscamente, mi instinto es sujetarme y lo primero que está a mi alcance es Ambrose, así que sin darme cuenta me sujeto de su brazo y el movimiento del avión me asusta y me paniqueo.

-Ambrose-- digo con mi voz alterada -¿Qué está pasando?

-Tranquila, Bella. No te asustes, solo es turbulencia-- dice sujetándome con fuerza -Ya estamos por aterrizar-- agrega y me aprieta de la mano, lo que me hace sentir un poco de alivio.

Alivio que se esfuma cuando el avión empieza a moverse de nuevo, mi estómago se siente pesado, ¡santo Dios! ¿este es mi fin?

-¡Ambrose, vamos a morir!-- digo asustada -Solo quiero que sepas que tú me agradas y me alegro de pasar mis últimos momentos a tu lado-- agrego toda alterada, mis ojos se humedecen por las lágrimas.

-Tranquila, Bella-- dice Ambrose para calmarme, pero veo en su cara diversión.

-¿Qué?-- digo a duras penas, lo que quería decir era que por qué se estaba burlando, pero mis palabras no salen.

-Estamos aterrizando, en unos minutos ya estarás en tierra firme-- dice y yo trato de calmar mi respiración. Despegar fue más sencillo que aterrizar.

-Son las 13:20, ¿tienes hambre? podemos ir a almorzar antes de irnos-- dice Ambrose mientras vamos caminando.

-Sí, eso estaría bien-- respondo. Pasamos frente a una tienda y me tomo un segundo para ver mi reflejo en el cristal, aún tengo mi vestido de después de la ceremonía y mis preciosos tacones, me gusta como se me ven.

-Por aquí-- dice Ambrose colocando una mano en mi espalda baja para guiarme. Me quedé mirando mi reflejo por más de lo que creí.

-¿Qué vamos a comer?-- pregunto mientras agarro el ritmo de su paso, pero sus pasos son largos, es que es tan alto que me es difícil seguirle el ritmo.

-¿Quieres sopa o ensalada?-- pregunta mientras entramos a un pequeño local del aeropuerto.

¿Sopa o ensalada? ¿por qué me ofrece eso?...tal vez piense que es lo mejor porque aún soy una turista aquí, pero no quiero seguir con mis costumbres londinenses.

-Mejor comamos una hamburguesa-- digo mientras veo a unos comensales comer eso. He leído que las hamburguesas son muy comunes por aquí.

-¿Hamburguesas? ¿estás segura?-- pregunta mirándome, yo asiento y él se encoge de hombros.

Nos dirigimos a una mesa y, después de sentarnos, Ambrose se levanta y se dirige a la barra, después de un minuto vuelve.

-Ya ordené las hamburguesas, hay que esperar unos cinco minutos-- dice mientras se sienta.

-¿Ordenaste allá? ¿y el mesero?-- pregunto mirando a mi alrededor.

-Aqui es diferente, Bella-- dice mientras saca su teléfono y empieza a teclear.

No sabía que aquí tú mismo tenías que atenderte...me gusta. Después de un rato llegan las hamburguesas, el plato tiene una hamburguesa doble carne con queso y papas francesas, se ve apetitosa.

-Bien, come-- dice Ambrose mientras le da una mordida a su hamburguesa. Yo trato de imitarlo pero me es difícil sujetar la hamburguesa, él lo hace ver tan fácil, tal vez sea porque sus manos son más grandes que las mías.

-¿Qué es eso?-- pregunto mirando lo que él le agrega a la hamburguesa antes de morderla.

-Son aderezos, son básicamente para mojar el pan si está seco para tu gusto. Pruébalo-- dice mientras me coloca un poco del mismo aderezo en mi hamburguesa, que por cierto no he podido probar -Te ayudaré-- agrega y toma mi hamburguesa y la lleva a mi boca para que yo pueda morder, así que abro mi boca grande y doy un mordisco.

-Mmm-- saboreo todo, el pan jugoso por el aderezo, la carne previamente cocida y el queso fundido, la mezcla de sabores viaja por mi paladar, incluso puedo sentir las especias de la carne -Está delicioso-- agrego mientras termino de masticar.

-Que bueno que te gustó-- dice Ambrose mientras me mira con una sonrisa, tal vez sea por la expresión que seguro estoy haciendo -Tienes algo ahí-- dice apuntando mi cara.

-¿Qué?-- pregunto y toco mi cara.

-Es...te limpiaré-- dice y toma una servilleta de papel con la que limpia mi nariz y luego la orilla de mis labios -Listo, ya quedó.

-Gracias-- digo algo avergonzada, no puedo creer que hasta llené mi nariz de aderezo.

En realidad no estoy acostumbrada a comer en este tipo de lugares y con las manos. Con mis padres siempre íbamos a restaurantes lujosos y la comida de allá es diferente a la de aquí. Siempre tenía que ser refinada y comer con los cubiertos correctos, gran parte de mi infancia fué así, pero ahora las cosas serán diferentes, aquí no tengo que seguir etiquetas.

Después de comer, Ambrose me llevó hacia su auto, es un Ferrari Purosangue de color azul rey metalizado, y sí, conozco un poco de autos, mi padre tiene una colección.

El camino al penthouse de Ambrose es largo, pero por lo menos puedo ver la cuidad, los hermosos rascacielos y las personas de New York, me siento tan emocionada.

-Abrochate el cinturón-- dice Ambrose, yo me percato de que aún no lo había asegurado, la emoción me ganó, aún así, debo ser más responsable.

-Lo siento, lo olvidé-- respondo mientras lo abrocho. Ambrose luce tan serio, hace un rato fue amable conmigo y ahora parece como si algo lo hubiese molestado.

Su vista está puesta en el camino y hasta hace un momento yo solo veía por la ventana, pero ahora lo veo a él, lleva una mano en el volante y otra en la palanca de cambios, se ve guapo a decir verdad, va muy concentrado en el camino y conduce como un profesional.

¿Qué está pasando? no puedo estar pensando esas cosas, sí conduce bien ¿y qué? los chóferes de mi padre también lo hacen, ¿qué lo hace diferente? exacto, nada. Así que deja de estar pensando en esas cosas, Isabella, y mejor concéntrate.

Para cuando llegamos a la casa de Ambrose, ya la tarde se está volviendo noche, el edificio es enorme y tiene una estructura rara, como si hubiesen apilado un montón de departamentos disparejamente...me encanta. En cuanto avanzamos un poco más, noto que del otro lado del edificio está una playa, será divertido vivir aquí.

-Me gusta el lugar-- digo mientras entramos.

Tenía razón cuando dijo que no era igual a la casa de mis padres, esto es mucho mejor. La sala es bastante amplia, tiene una gran pantalla, un sofá gigante y una vista panorámica muy bonita.

-Me alegro de que te guste mi hogar-- dice mientras baja el equipaje. Yo mientras, camino por el lugar y cruzo hacia la cocina que es bastante grande también y tiene todo tipo de aparatos electrodomésticos, luce muy limpio el lugar, es todo como metalizado en gris o blanco. Luego me regreso a la sala y veo a Ambrose con su teléfono.

-Esto es muy bonito y acogedor, Ambrose-- digo mientras camino hacia él y luego noto una gran escalera -¿Qué es eso?-- pregunto emocionada y luego me dirijo a esta.

-Una escalera, arriba hay tres habitaciones-- dice mientras sube, siguiéndome -La mía es la de enmedio, es la más grande, puedes elegir cualquiera de las otras-- dice mientras camina hacia una y abre la puerta.

-Está bien, no tengo problema con eso. Elegiré esta-- digo mientras entro a la habitación que estaba por mostrarme.

-¿Estás segura?-- pregunta, pero yo solo estoy mirando el lugar. La cama es grande, bastante parecida a mi antigua cama, hay un clóset con puertas de espejo y un sofá individual, no hay ventanas pero tengo un pequeño balcón con puertas paralelas.

-Sí, me gusta-- respondo y luego volteo a verlo.

-Bien, traeré tu maleta-- dice mientras sale de la habitación. Yo me quedo mirando por un rato más, le hacen falta algunas cosas y ahora que estaré en la universidad, necesitaré un escritorio, y quiero adornar mi balcón con plantas de flores, sí, eso bastaría para sentarme cómoda.

Pero tengo que preguntarle a Ambrose primero, iré a preguntarle. Salgo de la habitación y bajo las escaleras.

-Te dije que lo necesitaba para mañana, maldita sea-- grita Ambrose al teléfono y yo me paralizo. No creo que deba molestarlo ahora.