Enamorándome De Mi Esposo.

Enamorándome De Mi Esposo.

Capítulo I

Hoy es un gran día. Por fin, después de tanto tiempo de espera, hoy pondrán fecha a mi viaje a los Estados Unidos para "estudiar".

Hola, me llamo Isabella Jones, tengo 20 años y mi mayor deseo es poder irme de esta casa. No me malinterpreten, amo a mis padres y ellos a mí, el problema es que ellos llevan una vida de la que no quiero formar parte y para poder alejarme sin que nadie salga herido es irme a estudiar a Estados Unidos. Llevo un tiempo planeando todo, el único problema es que mi padre no tiene acceso a ese país y no me quiere dejar ir por mi cuenta. Obviamente vivo con ellos en Londres (Inglaterra), somos una familia adinerada gracias al trabajo de mi padre.

Pero ahora, ahora las cosas están cambiando con respecto a su acceso al país. Me encuentro ahora mismo acomodando mi equipaje. Lo sé, me estoy precipitando, pero de verdad estoy emocionada.

-Mi amor, ¿qué haces?-- pregunta mi madre al entrar en mi habitación.

-Oh, mamá, estoy acomodando mis cosas-- le respondo con una sonrisa.

-¿Este es tu equipaje?-- pregunta mirando mi maleta a medio llenar.

-Sí-- respondo aún con mi sonrisa, pero enseguida mi expresión cambia al ver la de mi madre.

-¿Qué pasa, mamá?-- pregunto algo preocupada. Ella se sienta en la cama y me indica que me siente a su lado.

-Tu padre quiere hablar contigo, pero ahora está ocupado-- dice cabizbaja.

Sabía que algo iba a pasar y no podría viajar de nuevo, yo lo sabía, pero tenía la esperanza de que las cosas fueran diferentes esta vez.

No, no voy a dejar que me arruine mis planes otra vez ni por más tiempo.

-¿A dónde vas?-- pregunta mi madre al ver que me levanto.

-A hablar con mi papá-- digo mientras abro la puerta y salgo de la habitación. Estoy enojada a decir verdad, odio no poder hacer algo que quiero, ni siquiera es algo malo, santo Dios.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

Toco la puerta de su oficina repetidas veces hasta que alguien abre la puerta.

-Hola, pasa-- dice un hombre alto al abrirme, me le quedo viendo por un segundo de más y luego entro.

-Papá, necesito hablar contigo-- digo al entrar, mi padre me ignora unos segundos y luego, como si no me notara, mira al chico y le hace una seña, la cuál el chico capta y sale de la oficina-¿Qué sucedió ahora, papá?-- digo mientras me siento en una de las sillas frente a su escritorio. Él levanta su mirada hacia mí-Dijiste que hoy pondrías una fecha para mi viaje-- pongo mi expresión más triste.

-Hija, sé que te dije eso, pero las cosas se han complicado con el trabajo. He tenido algunos problemas para tener acceso al país. Ya me encuentro resolviendo, pero debes ser paciente-- dice para tratar de calmarme, pero sé que es mentira. Siempre me dice lo mismo "estoy resolviendo" y nunca veo que lo resuelva.

Su único problema al entrar a ese país es que los federales o el FBI lo encarcelarían, ese es el único jodido problema.

-No-- me encuentro diciendo desafiante, mi padre me mira-No pienso retrasar más mi viaje. Iré a Estados Unidos con o sin tu permiso-- digo continuando con mi altanería. Vaya, hoy si que tengo valentía, pues es la primera vez que lo desafío.

-No me obligues a castigarte, Isabella-- dice intentando poner fin a mi soberbia.

-Ya lo he dicho, no me retractaré-- digo sin titubear, aunque me faltó poco para hacerlo.

-Isabella-- dice en tono de advertencia, demostrando lo mismo con su mirada. Ya perdí, no soy capaz de seguir desafiandolo.

-Papá-- digo y mis ojos se llenan de lágrimas por la tristeza que siento.

-No llores, mi amor, me rompe el corazón verte así-- dice mientras se levanta y se acerca a mi silla para luego arrodillarse frente a mí -Veré qué puedo hacer para cumplir tu sueño de ir a estudiar en ese país-- dice mientras seca algunas de mis lágrimas. No sé si creerle, pero me quiero aferrar a la esperanza de que sí pueda irme de aquí.

-Está bien, papá, discúlpame por desafiarte así. Haz lo que sea necesario, por favor-- digo mientras me pongo de pie y él hace lo mismo.

-Ve a tu habitación. Te iré a ver más tarde-- dice mientras me da un beso en la frente. Yo salgo de la oficina, apenas noto al chico guapo esperando a un lado de la puerta y me dirijo hacia la cocina.

-Bibi, ¿dónde estás?-- pregunto al llegar a la cocina.

-Señorita Isabella, ¿en qué le puedo ayudar?-- dice Bibi apareciendo en la cocina.

-Quiero comer mi snack de media tarde, por favor-- digo mientras me siento en uno de los taburetes frente al mesón isla de la cocina. Bibi saca algunas golosinas y me prepara un plato con galletas y papitas fritas. Puede que sea algo raro, pero ese es mi snack.

-Gracias, Bibi-- digo mientras llevo una galleta a mi boca. Al empezar a masticar escucho unas voces a lo lejos.

-¿Qué está pasando?-- digo mientras intento ver por la ventana.

-Son los hombres del señor Jones, han estado por ahí todo el día-- dice Bibi mientras limpia las migajas que dejaron las galletas y las papas.

-Odio que estén por la casa así-- digo mientras tomo mi plato y me dirijo hacia mi habitación. Ni en broma me quiero cruzar con alguno de esos idiotas, no me gusta verlos por la casa, odio querer ir al jardín y verlos, voy a la piscina y me topo con alguno de ellos, el colmo sería que ya estuvieran merodeando en mi habitación.

Al llegar a mi habitación me siento en un pequeño sofá que tengo cerca de la ventana y tomo mi snack mirando el jardín, ya que los idiotas están dentro de la casa, el jardín está despejado.

Pienso en lo de mi viaje, espero que mi padre no me decepcione aún más, espero que pueda resolver su asunto o me veré obligada a escapar de casa.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

-Hija, ¿puedo entrar?-- dice mi madre asomando su cabeza.

-Claro, mamá, pasa-- digo y me como otra galleta.

-¿Cómo te sientes?-- se acerca a mí, se sienta a mi lado y me acaricia el cabello-Vengo de ver a tu padre y me contó que lloraste-- continúa.

-Claro que lloré, mamá-- digo dejando mi snack de lado y mirandola a los ojos -Mi sueño es ir a Estados Unidos y estudiar, pero siempre hay algo que lo impide-- digo con los ojos llorosos. No quiero llorar, pero no puedo evitarlo, además así los hago sentir culpables por mi desdicha.

-Ay, ya no llores, mi amor. No te aferres a ese tipo de sueños, por favor-- dice acariciando mi espalda después de abrazarme- ¿Por qué no estudias aquí? puedes elegir la universidad más prestigiosa de Londres, ¿no te parece?

Me alejo de ella y camino hasta mi cama.

-Ya te lo había dicho, mamá, quiero conocer cosas nuevas, otro panorama. Tengo la oportunidad de conocer otros sitios y al mismo tiempo puedo estudiar algo que me guste-- digo mientras abrazo una almohada, le lanzo una mirada triste a mi madre y ella me mira resignada. No es la primera vez que intenta hacerme cambiar de idea y opinión y que yo logro permanecer firme.

-Está bien, mi amor, yo solo quiero que seas feliz y si eso es lo que te haría felíz, entonces está bien-- dice con una sonrisa, yo me levanto de la cama y la abrazo.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

Mi padre asoma la cabeza por la puerta, inmediatamente suelto a mi madre y me acerco a él.

-Papá, ¿pudiste resolver?-- pregunto apresurada sin siquiera dejarlo terminar de entrar.

-Tengo buenas y malas noticias-- dice y mira a mi madre, ella asiente y luego él me mira. Tengo que recalcar que esa mirada que se lanzaron estuvo rara, siento que algo no está bien.

-¿Qué pasa?-- pregunto confundida. Mi padre me guía hasta la cama y me siento junto con él.

El ambiente se pone denso, algo no anda bien y me siento ansiosa al no saberlo.

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