Ofelia no ha tenido suerte en esta vida desde su llegada. A su corta vida no ha sabido más que de sin sabores.
Luego de años de abuso y violencia, encuentra una segunda oportunidad en el amor, de la persona que menos hubiera imaginado.
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Capitulo 16
Iddo
La sorpresa de Ofelia fue notoria en su cara al escuchar que la había comprado. Se quedó congelada en el lugar por unos instantes. La frialdad de Vicenzo al dirigirse a ella fue notoria también. No le importaba vender a esa chica, y no le interesaba lo que le deparaba conmigo. Ofelia tardo un poco en terminar de caer, no dijo mucho, solo asintió y acepto la situación, casi como resignada. Lo que solo me hacía notar que su vida ha sido una gran mierda en esta casa para solo aceptar lo que estaba pasando y listo.
Ella salió, y Vicenzo siguió en la charla de los negocios como si nada. Como si no acabase de vender a una empleada y yo comprarla. Somos mafiosos si, pero así y todo no dejábamos de estar en el siglo XXI, la esclavitud ya no existe y la trata de personas no es uno de nuestros negocios.
- No te interesa realmente lo que haré con ella?- Le pregunté realmente queriendo una respuesta.
- En lo que a mi respecta, ella ya es de tu propiedad y puedes hacer con ella lo que quieras. No me interesa en lo más mínimo. Nunca ha sido más que mierda en mis zapatos.- Me respondió sin dejar de hacer sus cosas.
Me sorprendió el enorme desprecio que sentía hacía esa chica. Terminamos de cerrar algunas cosas y dimos por finalizada la reunión.
- Haré que vayan por la chica, puedes esperar aquí.
- Si no te molesta, prefiero ir por ella.
- Como quieras. Debe estar en la cocina. Haré que alguien te acompañé.
Salimos de ahí rumbo a la cocina, en ella estaba su ama de llaves, a quien puso al corriente de la situación, sin mucha información mas que Ofelia se iba de la casa y preguntando dónde estaba ella. La señora respondió que en su habitación y me acompaño hasta la misma. Al llegar, Ofelia estaba parada en una puerta que daba al jardin trasero. La habitación era pequeña, demasiado, aunque la ausencia de muebles le daba más espacio. Era una habitación casi oscura, una tenue luz en el techo, las paredes tenían algo de humedad, y el piso estaba bastante feo, no estaba para nada en condiciones de habitarse, y no sé parecía nada al resto de la casa. Se notaba a simple vista que la casa era una edificación antigua, pero estaba remodelada, bien mantenida y tenía espacios que habían sido modernizados, todos menos este oscuro agujero, al que ella había sido designada.
Ella seguía en la puerta, mirando hacia afuera, hasta que se percató de mi presencia, se dió medio vuelta y me miró. Hubo un silencio algo incómodo de varios segundos. Hablé para terminar con esa incomodidad.
- Estás lista Ofelia?.- Pregunté mirándola, no se veía que hubiera preparado equipaje o que tuviera una maleta en algún lado, al menos no a simple vista.
- Si señor.- Me respondió tímidamente y bajando la mirada, mientas entrelazaba sus dedos.
- Tienes equipaje?
- No señor, nada en esta habitación me pertenece, y no tengo más que lo que llevo puesto. - No podía entender que llamara habitación a esta cueva. Todo lo dijo en un tono súper bajo, y siempre con la mirada al piso.
- De acuerdo, entonces vamos.- Salí quedando en la puerta, esperando que pase ella primero, pero creo que no entendió el gesto, o no quería salir ella antes que yo. Emprendí la caminata, y ella salió atrás mío. Caminamos el largo pasillo, ella unos pasos detrás, en absoluto silencio. Pasamos por la cocina, había algunos empleados, nadie se despidió, ni dijo absolutamente nada, como si ella fuera una completa desconocida. Hacía meses estaba relacionado con Vicenzo por nuestros negocios, la misma cantidad de tiempo que llevaba viniendo a esta casa, y a ella la ví desde el primer dia que pise este lugar, por ende, hacía meses al menos que trabajaba aquí, sino quizás años, no podía entender que nadie la saludara.
Llegamos a la puerta de entrada, Vicenzo ni siquiera la miró, solo se limito a acordar nuestro próximo encuentro, siempre era mejor hacer esto en persona. Le digo a Ofelia que me espere en el auto, que no demoraba, señalando cuál era. Terminé de hablar con Vicenzo y éste se quedó fumando en la puerta. Ofelia esperaba al lado del auto, le dije que suba, ella abrió la puerta trasera, pero le indique que se siente adelante. Dudó un instante pero subió. La miré solo unos segundos, ella tenía la mirada baja y pude sentir que mi mirada la incomodaba, así que mire adelante, el camino. Ella se quedó viendo por la ventana y arranque.
Iddo Verro
El que me preocupa es el profesor Tiziano, creo que no me quedan dudas de que el es el cómplice y espía de Graviano dentro de la casa