Cuando El Amor Llega Tarde

Cuando entre por primera vez a la oficina enorme de mi jefe, divisé dos escritorios, uno que estaba en el medio y otro que se encontraba casi a la entrada de la oficina, por lógica supuse que el que se encontraba Cerca de la entrada era el lugar que me correspondería a mí, así que sin más perder el tiempo me acomode en mí puesto momentáneo y comencé a trabajar, mi primera misión como asistente del gerente era poner en orden todos los temas de la reunión y entregárselos en un archivo destacando lo más importante, en eso estaba, cuando de pronto la puerta de la oficina se abre y mis ojos se encuentran con los suyos, él cuándo entró me sonrió y siguió de largo hacia su escritorio para comenzar a leer un montón de papeles... al cabo de una hora lo escuché dar un largo suspiro, se veía cansado, fue entonces que mi curiosidad pudo más que yo y no aguante...

-jefe, ¿por qué ya no tiene asistente?, si hasta ayer la Vi en el casino, y era una chica muy linda por cierto.

Luego de decir eso me quedé cayada mirándolo, para ver qué reacción ponía en su cara o si me Iba a decir algo, y luego de unos segundos respondió, parecía que estaba cuidando sus palabras...

-mira Ale, lo que te voy a decir no tiene que salir de esta oficina ok.

-¡ok jefe! (respondí media nerviosa)

-Como te lo explico para que suene bien...la señorita que pusieron como mi asistente no espero ni una semana a qué yo llegara para querer abrirme las piernas y tirarse sobre mí, creo que me explique bien cierto, no quiero tener que volver a hablar del tema, ya es molesto.

-ok, el tema está cerrado, disculpe por importunarlo de esa manera, además no es mi problema.

Mi jefe al oír esas palabras se levantó de su silla y se puso detrás de la mía...

-¿qué quieres decir con que no es tu problema?

Al poder sentir su olor a perfume, pude saber que se encontraba muy cerca de mí, y aunque no le estuviera viendo a la cara, igual me daba miedo contestar, ¿y si lo que digo es usado en mi contra?

-quiero decir jefe que sus problemas personales no son de mi incumbencia, así que otra vez me disculpo si se sintió obligado a contar lo que había pasado con su ex asistente.

Después de mi respuesta el volvió a sentarse en su lugar para continuar leyendo un montón de papeles, y así paso ese primer día siendo la asistente de ese hermoso hombre de hermosos ojos verdes y sonrisa encantadora.

Cuando iba en el autobús de regreso a casa me descubrí sin querer pensando en los hermosos ojos que tenía mi jefe, eran de un verde mar, con un toque de azul, nunca había visto unos ojos tan hermosos, por eso le puse de apodo "hermoso". Cuando llegue a mi casa, salí a cenar pizza con mi Alonso, ya que por el trabajo últimamente no he pasado mucho tiempo con el, esa tarde fue muy divertida, me reía de cada ocurrencia de mi bebé y de las tiernas caritas que hacía, mi Alonso podía hacerme olvidar cualquier cosa mala que me sucedía, al cabo de un rato, decidimos pasar a los juegos, mientras veía correr a mi Alonso junto con otros niños de su edad, me entraba la nostalgia, ya que en el parque habían varias parejas tomadas de las manos, se veían tan felices, muy dentro de mi también quería experimentar que se sentía estar enamorada otra vez y que ese amor fuera correspondido de la misma manera, pensando en esas cosas se me pasó la tarde mientras mi Alonso se divertía en el parque con los niños, cuando llegamos a casa, lo bañe y lo acosté, luego de cantar de un par de canciones se quedó profundamente dormido, yo también fui cerrando los ojos pensando en esos hermosos ojos verdes que no lograban salir de mi mente.

Al otro día, me levanto bien temprano y luego de ducharme me dispongo a vestirme, como ahora era la asistente del jefe, debía de vestirme mejor, así que me dispuse a escoger lo mejorcito que tenía en mi closet quedando mi outfi así.

Esta vez también combine los zapatos con la blusa, pero esta ves si me peine un poco y me maquilló también, al llegar a la empresa, tomo el ascensor con un hombre que no había visto antes y creo que se dió cuenta de que lo estaba mirando bastante, ya que comenzó a hablarme.

-buenos días hermosa señorita, me dirijo a la oficina de Esteban Saavedra, ¿usted sabe dónde queda?

-muy buenos días, claro que sí, yo soy la asistente temporal del jefe, digo del señor Esteban.

-ok, muchas gracias entonces la sigo señorita.

Esa mañana sentí que el ascensor se demoró una eternidad en llegar al último piso, aquel tipo me ponía de los nervios, sentía que me miraba con insistencia y eso me incomodaba un poco, al salir del ascensor y llegar a la oficina del hermoso, justo cuando me disponía a abrir la puerta, está se abrió primero dejando ver la sexi figura de mi jefe quien se encontraba usando una camisa blanca remangada hasta los codos, la cual le detallaba perfectamente el trabajado cuerpo que tenía, me quedé con la boca abierta cuando lo ví que hasta sentí que se me subía y se me bajaba todo en un segundo, mi jefe me miró y me sonrió en modo de saludo y se hizo a un lado para que yo pudiera entrar, pero al ver al hombre que venía detrás de mi se puso contento y fue a abrazarlo directamente para saludarlo.

-como estás Guille, tanto tiempo sin verte, ¿y este milagro?

-pues, acabo de llegar de Quito, y hoy a primera hora estoy acá para rendirle cuentas a mi amigo de sus negocios en el extranjero, pero de haber sabido que tenías una asistente tan linda me hubiera venido antes para conocerla.

-Espera, no te pases Guille, estamos en el trabajo, además Ale no es esa clase de mujer.

-¿Ale?,¿de cuándo acá tú llamas tan amistosamente a tus asistentes?, déjame preguntarte otra cosa mejor, ¿Carola lo sabe?

Cuando el amigo de mi jefe pronunció ese nombre, mi jefe lo tomo del brazo y se lo llevó hacia otro lugar, ¿que raro no?, yo estaba de lo mejor copuchando y deciden irse, en fin, tendré mucho trabajo hoy, quizás tenga que quedarme hacer horas extras.