¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
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Capítulo 1 : Adiós matrimonio.
—Se unirán en matrimonio-
Rechiné los dientes.
Mis ojos, a los que no se les permitía parpadear libremente, se movieron intrigantes para analizar el templo/santuario hecho extravagantemente de oro puro.
La túnica que llevaba este cuerpo, de exclusiva seda roja con bordados dorados se extendía por el espléndido e impecable piso, cayendo de mi cuerpo adormecido, arrodillado por casi cuatro horas seguidas.
Este cuerpo era terriblemente obligado a permanecer de rodillas ante ese desgraciado príncipe maldito. Mientras este yacía tumbado cómodamente en un sillón hecho completamente de oro fino, con su mirada malditamente arrogante.
No tenía permitido moverme, ni mis ojos, ni mis manos, incluso mi respiración debía estar en sincronía con los golpecitos leves en el piso que provocaban las uñas de Odette, la madre de este cuerpo, que estaba sentada a un costado.
Es una mierda, ¿no?
—...ustedes dos.
Un hombre grotesco con fachada de rey era el único que tenía permitido hablar.
Un largo y negro mechón de pelo se deslizó de mi cabello perfectamente peinado y decorado extravagantemente con todo tipo de accesorios innecesarios, que me causaban un dolor infernal.
Solté unas risillas por debajo del velo que me cubría la cara, excesivamente llena de maquillaje.
Con esas pálidas y delgadas manos adornadas con oro puse el mechón que se deslizó, detrás de mi oreja.
«Todos en esta novela...»
Aclaré mi garganta.
—Lo siento, mi persona misma se opone a este matrimonio.
«...son unos lunáticos.»
Un camino totalmente diferente al del libro “El villano maldito”.
Mei Lu.
Una belleza única proveniente de Gwshan, la princesa heredera con dotes mágicos como si fuera una bruja y...
...también la inútil que era tan sumisa y obediente a los deseos de ese malnacido príncipe que no sentía siquiera una pizca de afecto por ella.
La Mei del libro se arrodilló en este mismo lugar. Y dijo cosas completamente estúpidas.
¿Quieres leer un poco?
⟨“—P-Para mí, e-es un placer tomar a mi señor el príncipe, como mi marido—sus mejillas se coloraron.
Ella no lo miró, pero anheló su atención. Ella estaba tan enamorada de él, que solo anhelaba aunque sea una mirada, una mirada que nunca llegó”.⟩
El libro narraba adecuadamente lo lamentable que fue.
Los mismos ojos que nunca se atrevieron a mirarlo en la novela, se intrigaron por su rostro. Y, los mismos ojos que nunca miraron a la Mei de la novela, estaban puestos fijamente sobre mí ahora.
Él levantó una ceja provocativamente, viéndose extremadamente guapo y cautivador.
Una risilla se escapó de mis labios.
«Maldit-»
—¡Maldita!—gruñó ese vejestorio (rey) frenéticamente.
Oh, otra línea diferente a la novela.
⟨“—La princesa heredera de Gwshan es muy sabia e inteligente”.⟩
Eso fue lo que dijo el anciano en la novela, el mismo que se encontraba gruñéndome ahora mismo.
⟨“—Le agradezco, rey”.⟩
—Inútiles.
Reí satisfactoriamente.
Cuando leía la novela, siempre quise leer estas reacciones. Nunca pensé que tendría la oportunidad de vivirla en carne propia.
«¡Mira esto, Mei! ¡Estoy vengandome en tu nombre! ¿No es esto gracioso?»
⟨“—Mi amada niña cuidará mucho de su marido y nuestro futuro rey”.⟩
—¡Niña malnacida! ¡Postrate de una vez y suplica perdón!—refutó Odette, la madre de este cuerpo, de la verdadera Mei.
Sonreí al recordar su línea en la novela. Todos aquí eran completos hipócritas.
Ignoré las palabras de esa vieja y me levanté de ahí.
No quise despegar mis ojos de ese despreciable y frío príncipe ni siquiera un segundo. Cualquier reacción era estúpidamente divertida para mí.
Incliné el cuerpo para levantar la tela fina que caía de la túnica.
Pude escuchar gritos satisfactorios de Odette maldiciendome mientras huía de ese lugar.
Dejé esas ridículas zapatillas atrás, correr descalza daba un mejor sentimiento de libertad, ¿verdad?
Pero mierda, dolía como el infierno. Apuesto a que este cuerpo nunca corrió descalzo en su vida.
Más importante que eso, ¡¿Qué demonios era este lugar?! Ocho de cada diez personas eran hombres, vestidos con túnicas negras de pies a la cabeza, y merodeando alrededor del santuario.
Sus miradas me fulminaron casi al instante.
—¡Atrapen a esa mujer maleducada!—gritó el vejestorio, desde lo lejos.
Todos esos hombres con túnicas comenzaron a perseguirme.
Mierda, olvidé que aún estaba en Hwanhuan.
Corrí frenéticamente por las calles, con esas ridículas vestiduras puestas. El perfecto maquillaje, que había tenido una preparación de nueve horas, ahora estaba completamente arruinado.
La gente que caminaba pacíficamente me miraban con extraño, pero había la suficiente como para mezclarse entre ellas, y escapar de todos esos guardias que venían tras de mí.
Tres de ellos me siguieron diligentemente, dispuestos encontrarme incluso si me mezclase entre la multitud.
Se acercaban a mí mientras también esquivaban a la molesta gente.
Gruñí.
No tenía idea de a adonde ir.
Pero sentí un jalón fuerte de mi brazo, sacándome de ahí.
Una mano fuerte y delgada aún sostenía la mía. Levanté mi vista, sin temor alguno.
Un hombre alto estaba sosteniendome. Me tomé mi tiempo para analizarlo.
Una piel blanca, aunque no tanto. Sus ojos eran negros y su cabello estaba recogido perfectamente con una horquilla de oro. Llevaba puesto un manto exterior de seda azul, con un diseño bordado de motivos florales y geométricos en hilos plateados y dorados. Amplias mangas acampanadas que no dejaban ver sus largos brazos.
Debajo de sus ojos, tenía ojeras, como si no fuera dormido por días. Pero por supuesto que, eso no contrarrestaba su belleza. Su semblante era somnoliento.
Este hombre...no es un simple civil.
De acuerdo a la novela, este hombre es el segundo príncipe de la familia real, Zorám, el hermano gemelo de Hwan, y también el héroe de la novela.
¿Qué hace Zorám divagando entre la gente? ¿No es un príncipe solitario?
Él me miró.
—Ma'am, ¿está bien? ¿no se lastimó?
Soltó mi brazo cuando se dio cuenta de que tan fuerte me sostuvo.
El brazo me quedó marcado ligeramente de rojo. Me sobé mientras agaché la cabeza.
¿Está bien que me encuentre con un personaje relevante tan pronto? Esto nunca sucedió en la novela original (por obvias razones).
—No me he lastimado gracias a mi señor.