Phoebe es obligada por su padre a casarse con un frío y anciano hombre por dinero.
En tanto que el terminó comprando una esposa, y aunque esta le reclamara que fue obligada, el alega que nunca le puso un arma encima para aceptar.
Siendo ese el caso, donde su relación con una enorme diferencia de poder y edad prevalece por lo alto, donde deberá acostumbrarse a su nueva vida, ¿Podrá ella encontrar la felicidad?
¿Podrá su corazón al final sentir amor?
O la vida, caprichosa por naturaleza, al igual que el destino, ¿Le deparará algo más que moverá su mundo de pies a cabeza?
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Amenazas
Tres días después se dirigían a Roma, ellos vivirían ahí.
La mansión era tan impresionante como la del lago.
— Mañana tendremos invitados, se quedarán unos días aquí le informó Ángelo.
Phoebe asintió, no mostró interés alguno en los invitados que tendrían.
Al día siguiente ella bajaba las escaleras cuando Carlota el ama de llaves le informó que sus invitados habían llegado.
— Pero mira lo hermosa que estas dijo Peter acompañado por Braian, provocando que un escalofrío recorriera el cuerpo de Phoebe.
— ¿Qué hacen aquí?, pregunto Phoebe.
— Vinieron porque tenemos algunos asuntos pendientes respondió Angelo que los estaba observando desde su oficina.
— Carlota que instalen a los señores, ordenó Phoebe.
— Le decía a Phoebe lo bien que se ve, se nota a simple vista que estás cuidando muy bien de ella comento Peter.
— Tal como te asegure, dijo Ángelo observando cómo los ojos de Braian revoloteaban sobre Phoebe. Supongo que están cansados por el viaje, descansen nos veremos más tarde cuando regrese, comento Ángelo. Carlota les indico el camino. Phoebe termino de bajar las escaleras y se acercó a Ángelo.
— ¿Vas a salir?, pregunto ella en un susurró observando detenidamente a Ángelo, él se sorprendió de que ella le hiciera semejante pregunta.
— Sí tengo una cita impostergable, atiende a tu familia seguramente tienen mucho de que hablar dijo él.
Phoebe observaba a Ángelo subir al coche desde uno de los enormes ventanales de la propiedad. En cuanto el coche se alejó lo suficiente Phoebe no necesito darse vuelta para saber que Peter estaba detrás de ella, el olor a tabaco era evidente.
— Tenemos que hablar Phoebe dijo Peter.
— No, no tenemos dijo ella intentando abandonar la habitación, Peter la tomó del brazo y la obligó a sentarse.
— No seas imbécil niña, crees que porque te casaste con Ángelo algo ha cambiado ¡tú me sigues perteneciendo!, y me obedeceras. Exclamó Peter.
— No tengo porque no soy tu hija, respondió Phoebe poniéndose de pie. Peter abofeteó a Phoebe, haciéndola caer.
— Harás lo que yo digo, o le diré a Ángelo lo ocurrido el día de tu boda. Mejor aún ¿qué crees que hará si le digo que te revolcaste con un hombre casado?, Cómo era su nombre Leonardo Fiorelli, un simple bartender. Phoebe palideció de solo escuchar su nombre, ella agachó la cabeza dando por perdida la batalla.
Así me gusta, Ángelo invertirá con nosotros, debes asegurarte que lo haga y sugerirle que Braian se haga cargo de administrar las sucursales de América comento Peter.
— No puedo hacer eso, él no me escuchará dijo Phoebe.
— Usa la cabeza dijo él dando pequeños golpes en la cabeza de Phoebe con su dedo. Supongo que podrías utilizar tus pequeños atributos dentro de la habitación y convencerlo dijo él. Si no lo haces le diré a él lo ocurrido.
Phoebe no dijo nada, no quiso revelar que su matrimonio aún no había sido consumado, y Ángelo no hacía ni el más mínimo intento de tocarla.
Peter se quedó mirando a Phoebe salir de la habitación, maldita mocosa siempre había sido una carga, cuando el conoció a Martha ella había enviudado un año antes, y su esposo le había heredado una gran suma de dinero y acciones en una empresa. El decidió que se casaría con Martha y cargaría con Phoebe, pero había llegado el momento de cobrar ese sacrificio. Ángelo Della Giovanna no pudo llegar en mejor momento a Estados Unidos, su empresa atravesaba una crisis económica y necesitaba una inyección de capital.
Durante días anduvo detrás de Ángelo, finalmente consiguió que fuera a cenar a su casa. Como siempre Phoebe se encargó de llamar la atención y al ver como la miraba, fue cuando se le ocurrió insinuar que era una joven rebelde y promiscua. Que ya no sabía como contenerla, esperando que Ángelo la convirtiera en su amante y así obtener una ventaja. Pero no fue así, fue mucho mejor unos días después Ángelo habló de matrimonio y los últimos rumores que había escuchado indicaban que Phoebe pronto sería viuda y el se haría con el control de la fortuna de Ángelo, despojando a Phoebe de todo.
La visita con el médico no fue muy alentadora para Ángelo. El cáncer había regresado.
Moriría sin ver a su hijo, habían pasado veinte años. Benicio ya no era un niño, él sabía que si hubiera querido regresar de adulto nada se lo hubiera impedido, pero aun así lo busco. En su viaje a América había intentado acercarse a su hijo, pero solo se encontró con un muro impenetrable.
Ángelo subió al auto, le dio las instrucciones al chófer, no quería morir solo, su miedo a la muerte había provocado que cometiera una enorme locura al contraer matrimonio con esa joven. Sabía que cuando los rumores de su enfermedad empezarán a correr los buitres se abalanzarían sobre él, los enemigos que tenía querrían acabarlo, pero aún faltaba para eso, para eso quería a Phoebe. Todos hablaban de su joven esposa nadie de los rumores de su enfermedad.
Esa noche todos cenaron juntos, algo en la mirada de su esposa indicaba que estaba molesta.
La conversación fluía entre diferentes temas, pero mayormente sobre los negocios. Luego del postre Phoebe se despidió cortésmente y se dirigió a su habitación.
Una hora después Phoebe se estaba por acostar, cuando al pasar frente a la puerta de la habitación Braian se detuvo, Ángelo y Peter estaban enfrascados en una conversación sobre los próximos meses revisando unas proyecciones. Porque no penso él. Apoyo su mano en el picaporte ingresando a la habitación de Phoebe.
— ¿Qué haces aquí?, vete de mi habitación dijo ella intentando colocarse la bata nuevamente. Pero Braian no se dejó intimidar, cerró la puerta.
— Siempre intenté imaginar que había abajo de toda esa ropa y ahora lo estoy viendo dijo él observando a través de las transparencias de su camisón.
— Sí, Ángelo te encuentra aquí le advirtió ella.
—Que hará ese anciano, si me encuentra aquí. Sabes usaré la misma táctica que el día de tu boda te acusaré de intentar seducirme.
—Por favor, al menos piensa en tu esposa embarazada. Necesitan de la inversión de Ángelo sal de aquí dijo ella, pero Braian solo se acercó más la sujetó por los brazos forcejeando con ella.
— Suéltame maldito cerdo grito ella golpeándolo desesperada.
Él la arrojo sobre la cama colocándose sobre ella, manoseándola mientras intentaba hacerse con el control de ella. Phoebe estiró su mano tomó la copa de agua que había sobre la mesa de noche y se la partió en la cabeza, automáticamente Braian rodó hacia el otro lado, Phoebe se puso de pie y se acercó a la puerta y comenzó a gritar.
— Carlota, Carlota grito Phoebe con todas sus fuerzas, Braian paso junto a su lado y la empujó.
— Esto no se queda así maldita golfa le advirtió Braian.
Desde el piso de abajo Ángelo había escuchado los gritos de Phoebe.
Como era de esperarse Carlota se dirigió rápidamente hacia la habitación.
— Me tropecé y rompí una copa dijo Phoebe cubriéndose para que no notará que su camisón estaba roto.
Carlota observó la cama revuelta los trozos de cristales por todos lados y las pequeñas gotas de sangre sobre edredón. Carlota comenzó a limpiar, cuando Ángelo ingresó en la habitación.
— ¿Qué está pasando?, pregunto él.
— Rompí una copa dijo Phoebe.
—Cambiaré las sábanas dijo Carlota mientras se dirigía a llevarse lo que había sacado
Ángelo observó la habitación y luego a su esposa, quien no era capaz de mirarlo ella se pusode pie y se dirigió al baño...