Para Valentina una hermosa bibliotecaria del centro de Londres, los cambios que ha tenido el mundo ahora en manos de los hombres lobos no han sido un gran problema, pues esta acostumbrada a vivir en el anonimato, sin llamar demasiado la atención, esto hasta que su pareja desde hace algunos meses Philip decide hacer una rebelión en contra del Rey Alfa Julian, Philip es atrapado junto con sus seguidores por la guardia real, Valentina decide interceder por el y trata de pedirle al Rey Julian que lo perdone, lo que Valentina no sabe es que desde el momento que puso un pie en el palacio su vida cambiaría por completo a menos de este Rey Alfa que no se lo pondrá tan fácil.
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Sacrificio
Valentina no sabía que responder sabía que por sus padres daría hasta su vida, pero por Philip no lo sabía, aunque sabía que si estaba en sus manos evitar que el muriera, nunca viviría en paz si no hacía algo.
-Lo que usted diga su Alteza -respondió a Valentina después de suspirar
-Vivirás aquí, en mi palacio, conmigo -dijo Julian con seguridad
-¿Qué, pero porque querría usted eso señor? -casi grito Valentina.
-Después lo entenderás -contesto el Alfa expectante.
-¿Durante cuánto tiempo? -pregunto de nuevo la chica.
-El tiempo que sea necesario, sabes Valentina te veo confundida, piénsalo, mañana me darás una respuesta, la ejecución será en 2 días más -dijo el Rey mientras se levantaba de su escritorio, acercándose a la chica inclinándose, poniéndose a su altura, levantó una mano y la puso en el rostro de ella, Valentina se sobresaltó, pero no se quitó, estaban tan cerca, mirándose a los ojos, ese primer contacto había causado en ambos una increíble reacción, en sus cuerpos parecía que pasaba electricidad, Valentina cerró los ojos para disfrutar el momento, cuando sintió como el Rey quitaba su mano y se paraba rápidamente.
-Tienes hasta mañana- dijo el Alfa, rompiendo el momento.
Valentina se puso de pie y pregunto:
-Si no acepto, ¿Philip morirá?.
-Philip morirá -dijo Julian asintiendo, estas palabras causaron que Valentina se estremeciera, de acuerdo mañana vendré a darle una respuesta- Hasta luego su Alteza -dijo Valentina caminando fuera del despacho del Rey mientras la observaba desde atrás.
Valentina llegó a su casa más temprano de lo que acostumbraba, su padre aún estaba en el trabajo, decidió no comentarle a sus padres nada de lo de Philip hasta tomar una decisión, al principio pensó que podría apoyarse en sus padres pero tras pensarlo supo que la respuesta de ellos sería que dejara morir a Philip y ella aún no estaba segura de querer cargar con esa culpa en sus hombros.
Su madre se encontraba en la sala, junto a Sirius, pintando sus uñas mientras veía la tv, al verla Valentina sintió mucho amor y fue a abrazarla, ella era su madre y mejor amiga.
-Llegaste temprano mi corazón -dijo su madre mientras le respondía afectuosa su abrazo.
-Si, hoy llegó el señor David y me dejó ir temprano -mintió Valentina y continuo hablando -te amo mamá a ti y a papá son lo más importante en mi vida.
Valentina se sintió mal al mentirle sobre lo de Philip y su día pues normalmente no tenían secretos entre ellos pero prefirió manejar las cosas así, más tarde llego su padre y los tres cenaron entre risas, esa noche Valentina se dio cuenta lo afortunada que era, pero había algo más que no salía de su cabeza ese guapo espécimen, con voz sensual, aún sentía el tacto de su mano en su mejilla, para que querría un hombre como el, que una chica como ella viviera con el, sería algo sexual (por alguna razon no le molestaba del todo), una empleada, etc. Por otro lado estaba Philip, Valentina estaba segura que no lo amaba pero si sentía mucho cariño por el y si de algo estaba segura era de que no podría vivir con esa muerte, después de horas de pensar finalmente tomó una decisión y decidió dormir pues el día siguiente no sería fácil.
Valentina se levantó, se baño y se puso un vestido blanco sencillo, no pudo desayunar la comida no le pasaba, tomó un taxi y se dirigió al palacio, al llegar Valentina dijo su nombre y la dejaron pasar sin ningún problema para desconcierto de ella, una chica la guió, en uno de los pasillos paso por el lado de una hermosa chica, alta, de cabello negro y ropas de cuero, quien la miro con superioridad, al llegar al despacho del Rey, a Valentina le temblaba todo el cuerpo, sin embargo toco la puerta.
-Pase -menciono el Rey, Valentina abrió la puerta lentamente y vio al guapo hombre vestido de negro como todas las veces que lo había visto hasta ahora, era tan guapo, al mirar su rostro Valentina sintió temblar todo su cuerpo.
-Buenos días, Pelirroja, al grano, ¿cuál es tu decisión? -dijo el Alfa con voz sensual y una mirada coqueta.
-Buenos días, Su Alteza, Acepto -Dijo ella decidida y un poco hipnotizada por el, pero por dentro sentía que ya nada sería igual.
no 5
muy linda
gracias