Odiada por su familia por ser considerada un símbolo de mala suerte, Azeeyra Briliant Aksara, a sus 17 años, vive sumida en el sufrimiento y los constantes abusos de sus parientes.
Zee, como la llaman, es una chica de apariencia sencilla: cabello recogido en dos coletas, usa grandes gafas redondas y viste ropa holgada que no se ajusta a su delgada figura. En la escuela, es blanco de burlas y acoso, y aunque su inteligencia la hace destacar, eso no es suficiente para ganarse el reconocimiento de su padre y su hermano mayor.
Desde el día en que nació, Zee ha sido tratada como una asesina, culpada por la muerte de su madre, quien falleció debido a una hemorragia en el parto. A partir de ello, su padre nunca la reconoció como hija y la dejó al cuidado de su niñera, Bi Jum, la única persona que le ha brindado amor.
Su hermano mayor, Daniel Aksara, también la odia. De niño, creyó que Zee "bebió la sangre" de su madre hasta matarla, y ese desprecio solo creció con los años. Ahora que son adultos, el odio entre ellos sigue intacto.
¿Qué hará Zee? ¿Se quedará en esta familia?
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Capítulo 6
Zee dejó su mochila sobre la mesa, luego arrastró la silla lentamente y se sentó, sin mirar a su compañero de escritorio. Zee abrió su mochila, sacó un libro de texto y luego enfocó su mirada hacia adelante cuando el Sr. Iwan comenzó a explicar la lección.
Zee respiró hondo, luego giró la cabeza hacia su izquierda, mirando confundida al chico a su lado. Zee enarcó una ceja. "¿Pasa algo?", le susurró a su compañero de escritorio.
La razón era que, desde que se sentó, el chico no había dejado de mirarla fijamente, pero Zee trató de ignorarlo y concentrarse en lo que estaba delante. Sin embargo, después de un rato, Zee empezó a sentirse incómoda por ser observada como si fuera una presa a punto de ser atacada.
Reynard, el compañero de escritorio de Zee y líder de la banda Dragon, permaneció en silencio y siguió mirándola fijamente. Incluso ahora giró ligeramente su cuerpo hacia ella, apoyando la cabeza en la mano izquierda. Zee, al no obtener respuesta del chico, frunció el ceño aún más confundida. Miró a Rey y sus ojos se encontraron.
Silencio...
Zee se quedó atónita al ver el apuesto rostro del chico que estaba a su lado. "Codicioso, ¿cómo puede poseer tanta belleza?", pensó. Siguió mirando fijamente aquellos ojos negros como la tinta, como si la atrajera un agujero negro, perdiéndose en ellos.
"Ejem" Una tos bastante fuerte devolvió a Zee a la realidad. Zee se sobresaltó al encontrarse al Sr. Iwan cerca de ella.
Zee parpadeó varias veces para aclarar su mente. "¿Ya has vuelto en ti?", preguntó el Sr. Iwan, lo que provocó la risa del resto de la clase.
"Esto es grave, colega. ¿Qué le has hecho a Azeeyra para que pierda el conocimiento así? Jajaja", dijo Saka riendo al ver las mejillas de Zee sonrojadas por la vergüenza.
"Azeeyra, contrólate", dijo el Sr. Iwan antes de volver al frente de la clase. Las risas de los alumnos volvieron a estallar al oír las palabras del Sr. Iwan. ¿Cómo no hacerlo? El Sr. Iwan ya la había llamado varias veces por su nombre, e incluso cuando su profesor estaba frente a ella, Zee permanecía inmóvil, sin pestañear, mirando a Reynard.
Zee se frotó la cara con brusquedad, totalmente avergonzada. Deseaba convertirse en polvo, ser arrastrada por el viento y desaparecer por la vergüenza. Rey, el culpable, se mostró indiferente. Sus labios se crisparon, una leve sonrisa apareció en ellos, tan leve que nadie la notó. "No está mal", pensó.
¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!
Sonó la campana del recreo. Zee suspiró aliviada, sintiéndose a salvo de la vergüenza que se habría convertido en historia en su vida.
"Hola, Zee, ¿puedo llamarte Zee?", preguntó una chica en el asiento contiguo. Una chica de ojos redondos y mejillas regordetas, que se veía adorable con su pelo negro hasta los hombros.
"Ejem".
"Soy Karen, y ella es Siska". La chica tendió la mano mientras señalaba a su amiga de al lado. Zee miró la mano extendida un momento antes de estrecharla. Estaba un poco nerviosa, ya que nadie se había presentado antes.
"Zee", respondió con una leve sonrisa. Aunque era leve, la sonrisa era cautivadora, algo que no pasó desapercibido para los ojos de águila de Reynard, que había estado observando todos los movimientos de la chica. Pasara lo que pasara, esta chica había llamado su atención.
"¿Quieres venir a la cantina con nosotras?", preguntó Karen, que ya se había levantado de su asiento.
"Venga, antes de que se acaben los sitios", Siska tiró suavemente de la mano de Zee para que se levantara. Parecía que la chica tenía mucha hambre y también miedo de que se quedaran sin sitio, ya que la cantina estaba siempre abarrotada a la hora de comer. Si llegaban tarde, tendrían que esperar a que sus amigos terminaran de comer.
Zee se dejó llevar cuando sus dos nuevas amigas, que también eran sus primeras amigas, la tomaron de la mano. En los casi tres años que llevaba en el instituto AKSARA, era la primera vez que Zee tenía amigos.
De camino a la cantina, pasaron por delante de varias aulas. Aunque no estaba lleno, todavía había algunos alumnos sentados charlando tranquilamente en los pasillos. Zee caminó tranquilamente, flanqueada a izquierda y derecha por Karen y Siska. Aunque un poco incómoda, Zee intentó mantener la calma.
Al llegar a la cantina, la sala estaba llena de alumnos disfrutando de su almuerzo. Karen miró a su alrededor en busca de un sitio donde sentarse. De repente, cogió de la mano a Zee y a Siska y las llevó a una mesa en la esquina del fondo. Zee se sentó junto a Siska, mientras que Karen se sentaba frente a Zee.
"¿Qué vais a pedir?", preguntó Karen levantándose para pedir su almuerzo.
"Quiero bakso y zumo de naranja", respondió Siska. "¿Y tú, Zee?", preguntó Siska al ver que Zee permanecía en silencio.
"Yo quiero nasi goreng y té helado", dijo Zee mirando a Karen, que ya se disponía a pedir la comida.
"De acuerdo". La chica se dirigió al puesto de comida, que no estaba lejos de donde estaban sentadas.
Así que esto era tener amigos. No estaba mal. ¿Podía Zee ser un poco codiciosa?
"¿Estás bien?", preguntó Siska sacando a Zee de sus pensamientos.
"Estoy bien, es que no estoy acostumbrada", dijo Zee con una dulce sonrisa. Siska sabía que Zee no había tenido amigos y que había sido víctima del acoso de Adel, pero decidió callar. Siska no quería que Zee recordara sus viejas heridas.
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El comedor, que antes estaba relativamente tranquilo, ahora era un hervidero de actividad. Cinco apuestos chicos entraron con paso despreocupado, liderados por Reynard, que caminaba delante con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones.
"Lo de siempre", dijo Saka con arrogancia.
"Menos suerte que vengas poco a la cantina, Rey. Si no, todos los que están aquí se desmayarían al ver el encanto de Reynard", dijo Denis.
"Con solo verme la cara ya se quedan boquiabiertos, imagínate a Reynard", dijo Saka con seguridad en sí mismo.
"No te hagas el guapo. Se quedan boquiabiertos porque tu cara parece una máscara de mono", dijo Denis burlonamente.
Los ojos de Saka se abrieron de par en par y miró a Denis. "¿Quién habla de guapo? He, Sugi, soy guapo de nacimiento, ¿vale?", protestó Saka molesto. No le gustaba que le dijeran que se parecía a una máscara de mono.
"Cállate". La grave voz de Abi puso fin a la discusión de la ruidosa pareja.
Saka resopló molesto y le dio un codazo a Denis. Denis le devolvió el codazo y no tardaron en enzarzarse en una pelea de codazos. Esos dos eran unos auténticos alborotadores.
"Saka, Denis". El forcejeo cesó al oír la fría voz de Reynard.
Ambos sonrieron mientras se rascaban la nuca sin que les picara.
"Dios mío, ¿cómo pueden ser tan guapos?", susurró una alumna.
"Mi corazón se acelera al ver su encanto".
"Sí, siento como si mis ovarios explotaran al ver la sonrisa de Reynard".
"Últimamente veo a Denis cada vez más guapo".
"Saka tampoco se queda atrás en cuanto a belleza, aunque sea un poco idiota, sigo derritiéndome".
"Si lo piensas bien, ¿no es un poco injusto que sean tan guapos?".
"Creéis que es fácil acercarse a ellos. ¿No habéis visto a Reynard y a Abi? Son guapos con esa cara de póquer. Yo no puedo ni mirarlos a los ojos".
Esos eran los susurros y habladurías de los fanáticos sin remedio que veían a los cinco chicos más populares del instituto AKSARA.
Los movimientos de los rompecorazones fueron observados hasta que se sentaron en una larga mesa del fondo. Era la mesa de la cantina que habían reclamado como suya. Nadie se atrevía a sentarse allí, excepto el núcleo de la banda Dragon.
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Zee apoyó la espalda en la silla de la cantina con los ojos cerrados.
Sin que ella lo supiera, la intensa mirada de Reynard se posó en ella con una expresión indescifrable. El chico siguió observando los movimientos de Zee, que parecía abatida y suspiraba de vez en cuando.
"Hola, ha llegado el pedido". La chillona voz de Karen hizo que Zee abriera los ojos. Zee se enderezó en su asiento.
Karen apareció con una dulce sonrisa, llevando una bandeja en las manos. Detrás de ella iba una mujer de mediana edad, también con una bandeja en las manos. Toda la comida estaba servida en la mesa. Comieron con apetito, bien porque la comida estaba deliciosa o porque tenían mucha hambre. El almuerzo terminó con el estómago lleno. Qué delicia.
¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!
Sonó la campana, lo que indicaba el final de las clases. Todos los alumnos salieron corriendo de las aulas.
Al ver a Azeeyra salir de clase, sus dos amigas corrieron tras ella. Karen le rodeó el brazo derecho a Zee, mientras que Siska le rodeó los hombros con el brazo, una leve sonrisa apareció en sus labios rosados.
"Mirad, esa zorra, seguro que ya está hecha polvo", susurró una chica.
"¿En serio? ¿Azeeyra? ¿Cómo lo sabes? ¡Si ni siquiera la conoces!", respondió su amiga, que estaba a su lado.
"Tú eres la que no lo sabe. Antes era una empollona y una rata de biblioteca. Era una fachada. En realidad es una golfa. Ahora ha cambiado de aspecto".
"Vaya, no me lo puedo creer. ¿Cómo lo sabes?".
"Te han engañado. Me lo dijo Adel. Por eso la acosaban, porque era una buscona".
"Ah, ya veo". Las dos chicas que estaban cuchicheando se sorprendieron al oír una voz. Se giraron y se quedaron boquiabiertas al ver que la persona de la que estaban hablando estaba de pie frente a ellas.
"Entonces, ¿qué te contó Adel?", preguntó Zee con tranquilidad, a diferencia de las dos chicas cotillas, que se quedaron mudas y paralizadas en el sitio.
"E-eso, hermana, yo solo lo escuché de una amiga", balbuceó una de las alumnas.
"¿Qué dijo?", preguntó Zee con tranquilidad.
"Dijo que la hermana Azeeyra era una buscona a la que le gustaba ser manoseada por los chicos, que muchos hombres ya la habían tocado...",
"Basta", la interrumpió Karen. Al oír la voz de Karen, la alumna se asustó aún más. Karen era hija de uno de los donantes de la escuela, y aunque era amable, también daba miedo cuando se enfadaba.
"Cuanto más se le permite a Adel salirse con la suya, peor se pone. ¿Vas a seguir callada, Zee?", dijo Siska.
Zee sonrió con suficiencia al oír las palabras de Siska. "Me encantaría poder coserle esa bocaza. Es una pena que no me dejen, porque lo haría ahora mismo, incluso con los descerebrados a los que les gusta hablar de los demás a sus espaldas".
Las dos alumnas se quedaron atónitas al oír las palabras de su superior. "Lo-lo siento, hermana Zeeyra, me he equivocado", dijo la alumna con miedo.
Azeeyra miró a las dos personas que tenía delante con desgana. "Largo de aquí. La próxima vez, tanto si es verdad como si no, no te metas en los asuntos de los demás", dijo Zee con tranquilidad.
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