El Italiano Y Yo

(Karlo)

Llegamos al hospital, y camino a toda prisa con la mujercita en mis brazos, es diminuta ante mí y se ve tan frágil.

Tenerla así tan cerca de mi pecho hace mi corazón estremecerse, al verla tan cerca de mí, puedo observar que realmente es hermosa, su piel es tan tersa, tiene un color espectacular, no es morena no es blanca es un color simplemente Divino.

Me perturba ver su mirada tan pura e inocente, pero lo que realmente es insoportable es ver sus labios parecen una cereza que quisiera devorar, sus labios son extremadamente sensuales y atractivos, pequeños, carnosos realmente perfectos, nunca pensé ver una mujercita tan bella y menos cargarla entre mis brazos.

Vemos a un doctor el cual me da indicaciones; pongo con mucho cuidado a la Mujercita en la camilla para que la puedan atender el doctor me dice si puedo ir a dar datos de ella a información, yo asiento con la cabeza y giro para verla porque no sé que datos dar solo se que se llama Elieth. ella como si supiera leerme la mente me dice:

Elieth Maria Angel Ruiz. 22 años.

Su nombre es hermoso y le hace honor a su belleza pues realmente parece un Ángel, tiene 22 años es 13 años menor que yooo.

Pero y yo por que estoy pensando en la diferencia de edad, que me pasa yo no soy así.

Salgo de la sala de emergencia y me acerco a información, me dirijo a la persona encargada, —señorita daré datos de la persona que está siendo atendida en emergencia,

Es Elieth Maria Ángel Ruiz. tiene 22 años

cuando digo el nombre de la mujercita me percato que una enfermera se acerca a mi y me pregunta:

—Perdone señor usted dijo Elieth Maria Ángel Ruiz?

—Así es, usted la conoce ?

—Si es amiga y compañera de trabajo de mi sobrina Emily, iré a verla, con permiso.

Cuando veo a mi amigo Bruno, que está cerca y me dice:

Parece que ya hay alguien conocido de la chica, paga la cuenta del hospital y vámonos, mañana tenemos una reunión importante y por la tarde tenemos que regresar a Italia.

—Vete a descanzar tu Bruno, Yo me quedaré la chica esta aquí por mi culpa y lo menos que puedo hacer es quedarme hasta que la terminen de atender.

—Es por que te sientes responsable del accidente o por que te gusta, la verdad esta buenísima y con esa cara de inocencia y esos labios que tiene solo puedo imaginarla...

—Cállate imbécil...

—Mira Karlo tu odias a la mujeres pero yo no, Yo las amo y las disfruto y esa belleza esta para disfrutarla de pies a cabeza.

—Lárgate, yo me quedo.

—no entiendo lo que te molesta pero bien llamare al hotel que envíen por mi para que te quedes con Antonio; nos vemos mañana.

Este imbécil solo sabe ponerme de mal humor.

Entro de nuevo a la sala donde atienden a la Mujercita y le han cortado el pantalón para verle la herida la verdad me tranquiliza al ver que la herida ya está suturada con cuatro puntadas.

Parece que está cansada pues tiene los ojos cerrados, se ve tan hermosa, me acerco a ella, es increíble que esta mujer no me causa rechazo.

Puedo tocarla sin sentir desprecio hacia ella, como me pasa siempre con todas las mujeres, acerco mis manos a su mejilla y roso suavemente mi dedo índice y esto hace que mi cuerpo reaccione estrepitosamente. Me pregunto: ¿quién es Ella? Y ¿ que me pasa con ella?.

Al sentir mi tacto, abre sus bellos ojos más de lo normal, creo que la asuste y eso la hace ver más hermosa.

Como puedo saco la voz y me sale más grave que nunca.

¿Disculpa solo quería preguntarte si estás bien?

—Sí... Parece que me pusieron cuatro puntos, ya no sale Sangre, aunque por la fuerza que llevaba el vidrio, logro cortarme profundo; pero me dijo el doctor que en un par de horas me podría retirar.

Gracias por traerme, fue amable de su parte y no quiero que ocupe mas su tiempo conmigo; aquí trabaja la tía de mi Amiga Emily ella va a llamar para que vengan por mí, así usted pueda retirarse sin preocupación, debe tener muchas cosas que hacer, no quiero hacerle perder su tiempo en un hospital.

—Por favor déjame llevarte a tu casa; vives con tus padres? Creo que debes llamarles y darles una explicación, para que no se preocupen por ti, pues ya es bastante tarde.

—No, no vivo con mis Padres, Señor.

—Perdona no me he presentado, mi Nombre es Karlo Andreh Vitale. Puedes llamarme Karlo y tratarme de tú, por favor.

—Esta bien Karlo, yo ya te dije mi nombre, puedes llamarme Elieth.

Cuando la Preciosa Mujercita pronunció mi nombre sentí que era la voz perfecta y la forma perfecta en que una mujer puede pronunciarlo.

Y cabe mencionar que desde hace 5 años no le he permitido a ninguna mujer llamarme por mi nombre; para las mujeres soy el Señor Vitale.

Las únicas que pueden hablarme con confianza son mi Madre y mi hija, si he sido un exagerado y frustrado hombre que perdió el interés total en tener una relación.

He sido un idiota, arrogante, que solo se ha acostado con las mujeres para satisfacerse, no para hacerlas sentir bien a ellas y ahora aquí estoy, permitiendole a esta preciosa mujercita que me llame por mi nombre, y la verdad no entiendo por qué, si es tierna y dulce pero no deja de ser mujer.

—Elieth con quien vives entonses ?

—Alquilo una habitación en la casa de unos señores ya mayores de edad, que no son nada mío, pero los quiero y me quieren como familia y también vive allí un amigo se llama Daniel, y precisamente le dije a la tía de Emily que llame a Daniel, para que venga a recogerme.

Cuando menciona a ese tal Daniel y que vive en la misma casa, siento una molestia en mí, así que no voy a permitir que ese tal Daniel venga a traerla.

Nadie la va a poder cargar en sus brazos más que yo.

—Me permites salir un momento tengo una llamada que hacer.

—Ok.

Salgo a toda prisa de la habitación en busca de la enfermera, pregunto por ella y me indican dónde la puedo encontrar, cuando la veo le digo, que yo llevare a Elieth a su casa, que ya no tiene que llamar a Daniel, ella asiente y sonríe, le doy las gracias y me retiro.

Entro nuevamente a la habitación y le digo:

—Elieth, casualmente me encontré con la tía de tu amiga y le dije que ya no tiene que llamar a tu amigo, por que yo te iré a dejar a tu casa.

—pero...

—Por favor me siento responsable y quiero ser amable, además no tienes que molestar a Daniel me dijiste verdad? puedo llevarte yo.—Le digo con determinación.

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—Está bien, pero puedo pedirte otro favor Karlo.—me dice la Preciosa mujercita que me tiene extasiado con solo oirla decir mi nombre.

Ohhh por Dios... y que bien se oye mi nombre cuando lo dice ella, y la forma en que sus labios se mueven para pronunciarlo es simplemente hipnotizante.

—El que quieras, estoy a tu orden Elieth.

—Anoche cuando paso todo, no hubo tiempo de hablar con mi jefe, no marque mi salida, pues tu sin decir nada me sacaste.

Asi qie deje mis cosas en el casillero de meseros, y allí está mi teléfono y mis documentos, te quiero pedir si tú te hospedas en el hotel, te queda al paso para que vayas ahora y hables con mi Jefe.

Se llama Mauricio le podrías decir que mandaré por mis cosas. Y que estoy incapacitada por 8 días hasta que un retiren los puntos.

—Por supuesto que puedo Elieth, lo hare con mucho gusto.