Karen Wilson, era una esposa amable, cariñosa y muy atenta con todos, ella pensaba que tenía todo hasta que su prima Samanta la engaño para poder así lograr separarla de su flamante esposo.
Sebastian Meló un hombre rico y poderoso es engañado también por Samanta y con eso ella logró llegar a ser la amante del esposo de su prima a la que envidia y odia.
Karen por decepción y para poder darle una buena vida a su hijo, decide volver a trabajar para mantener a su hijo, aún cuando eso le lleve a meter a su ex esposo y a su amante a la cárcel, Karen Wilson hará lo que sea necesario para no volver a ser pisoteada por su esposo, aún cuando ella lo ame no le pasara una infidelidad más. Ahora ella cuenta con el apoyo de Andrew Lezama, el mejor abogado, hijo de una de las mejores familias, además es guapo él la ama y no dejará que nada malo le pase.
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Capítulo 6
Karen sintió en ese instante que su corazón se había terminado de romper, después de enterarse que el se encontraba tan deseoso por que ella saliera de su vida dejando su casa, karen pensó en no volver a dejar salir ni una lágrima más, por el que aún era su esposo, el no valía ninguna lágrima de ella, de pronto sacándola de sus pensamientos, escucho la voz del señor Juan, el chófer quien le preguntaba.
¡Señora!
¿Donde quiere que deje las compras?
Karen despego la mirada de la ama de llaves, para girarse y así ver al hombre mayor que le hablaba, karen con una voz amable y suave le respondió.
¡Llévalas a la habitación de huéspedes, por favor Juan!
El hombre la miró un poco apenado, pues el pensó que había escuchado mal por lo que volvió a preguntar dudoso.
¡Perdone usted señora!
¿Dijo usted que las dejase en la habitación de huéspedes?
Karen asintiendo con la cabeza, le volvió a dar la indicación, esta vez su tono de voz fue un poco más alto.
¡Sí Juan, escuchaste bien!
¡Deja las bolsas en la habitación de huéspedes!
Sin decir más, el hombre camino a paso rápido, así se dirigió al segundo piso, para hacer lo que la señora le había solicitado.
Karen volvió su mirada a Lola para preguntarle con una sonrisa.
¿Ya ha cenado mi pequeño Johan?
La mujer sin parpadear le respondió.
¡Ya señora el pequeño, se encuentra en su habitación y solo la esta esperando para el cuento del día de hoy!
¿Ya sabe cuanto le gustan todas las historias que usted le cuenta!
Karen no preguntó más, y salió rápidamente para ir al encuentro de su pequeño, con una gran sonrisa en los labios, tratando de no pensar en nada más, que en el gran y único amor real, que ella tenía en su vida, que era su hijo.
Llego Karen a la hermosa habitación de su pequeño, la cual lucía aún más grande con ese color azul claro, de los tapices pero lo que más resaltaba en aquella habitación era un bello paisaje muy bien pintado en una de las paredes, karen al verlo recordó cuando estando ella embarazada de su pequeño lo había pintado junto a su esposo, ella recordó cuanto se divertíeron al pintarlo juntos, con cuanto amor y anhelo esperaban a su pequeño, lo cariñoso, atento y amable que el era con ella, el era tan bueno, con tanto cariño que le mostraba, por lo que nunca se imagino que llegara hacerle lo que había hecho.
Karen sentía que se estaba derrumbando por dentro y por fuera, pero antes de continuar con sus recuerdos, que estos fueron interrumpidos por una dulce voz que a Karen tanto le gustaba escuchar.
¡Mami!
¡Mami!
¡Mami, ya has vuelto!
Karen se giro para ver a su pequeño, que tenia unos ojos azules como los de su padre, su nariz era como la de ella, respingada que lo hacía lucir aún más delicado y hermoso, su corazón se lleno de vida por dentro al verle y escuchar a su pequeño le devolvió las ganas de seguir adelante.
Hola mi pequeño...
Saludo Karen a su hijo a la vez que lo abrazaba con todo el amor que alvergaba dentro de su corazón.
Karen sin decirle nada más, cubriendo todo su pequeño rostro de besos al mismo tiempo que lo tomó entre sus brazos y lo llevo hasta su cama, le contó una bella historia de dinosaurios, después de un rato y al ver a su hijo profundamente dormido, Karen beso la frente de su pequeño, apago la luz para salir de la habitación, cerrando la puerta con mucho cuidado, para evitar que el se despertase.
Ya en el pasillo, Karen se dirigió hasta las escaleras para ir a la planta baja, ya estando ahí ella se encontró con una de las doncellas y Karen le pidió que llevara todas sus cosas que tenia en la habitación que había compartido con Sebastian todos estos años y ahora se las llevase a la habitación de huéspedes, y que las acomodase después que la empleada hiciera lo que le había indicado, fue a la cocina para preparar se un té, en el momento que Karen salía de la cocina con la taza en su mano, llegó Sebastian a la casa, con una expresión de molestia y una notable decepción por ver la ahí.
y si me encanta tu historia
voy a ver cuáles son tus otras obras para leerlos un abrazo te felicito sigue escribiendo