Anne Williams es una chica de 26 años amable, sencilla e inocente, cuida de su pequeña hermana Gracie de 9 años desde hace unos meses cuando murió su madre de cáncer... Ahora está perdida en su rutina trabajando en esa cafetería, hasta que la desgracia llama a su puerta, abusos, policías y contratos.
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CAPÍTULO 21
Apenas Isaac salió por esa puerta Eva llamó a su empleada Joseth.
-Jossy, ¿podrías hacerme un favor? -La señora que no pasaba de los 45 años la miro sin comprender.
-Claro mi niña, ¿en qué te puedo ayudar? -dijo.
Eva fue a su habitación y saco un teléfono de su mesa de noche, recientemente Eva había cambiado de celular y guardo ese teléfono para emergencias. -Lleva este teléfono a la dirección que te daré, por favor, dile que vas de parte mía y que me llamé.
La señora asintió recibiendo el teléfono y saliendo de casa para poner en marcha a la dirección que Eva le había indicado, realmente la chica estaba muy preocupada por su amiga, ella nunca había visto a su propio hermano así, jamás había llegado a agredirla tan fuertemente como lo hizo ese día. Era increíble.
Se sentó en el sofá a esperar noticias por parte de su amiga, cuando veinte minutos después Anne lo hizo, llamo a Eva.
-¡Eva, ¿qué pasa? Una mujer me trajo este teléfono y dijo que te llamara! -Dijo Anne.
-No se cómo, pero Isaac se enteró que yo te ayude, vino a mi casa y me agredió pero estoy bien y tambien estoy segura de que dejara a uno de sus escoltas a cuidar mis movimientos. -Dijo Eva. -No podré verte estos días, pero si me puedo escapar, lo haré. Te envié ese celular para estar en contacto, cualquier cosa que necesites llámame, de verdad.
-Isaac es un animal, no puede ser ¿cómo pudo agredirte si eres su hermana? -dijo Anne sin poder dar crédito a lo que su amiga le decía.
-Pues lo hizo, es por eso que no nos veremos un tiempo, pero mi empleada de confianza te llevará lo que necesites, en el celular está su número registrado como "Jossy" le daré indicaciones y no te preocupes, es discreta. -Anne suspiró, odiaba vivir como una fugitiva. -Otra cosa, dijo que esperaras noticias de su abogado.
Eva dudaba en decirle esto último a Anne, pues no quería preocuparla más de lo que ya estaba y si, porque Anne chillo apenas escucho eso. -Eva lo pensé bien y creo que es mejor regresar.
-¿Estás loca, mujer? ¡Te va a matar! -Dijo Eva alterada. -No pierdes regresar Anne y te hice una promesa, pero estoy pensando en involucrar a mis padres, Isaac está incontrolable.
-¡No Eva, no puedes decir nada! -Dijo Anne.
-Van a preguntar por ti y por Gracie, Anne, tengo que hacerlo. -dijo la chica. Anne suspiró, era verdad, Judith y Greg en algún momento van a preguntar por ambas.
-Esta bien, pero solo dile que peleamos y nos separamos, no quiero que tengan una mala imagen sobre su propio hijo. -La respuesta de Anne indigno a Eva quien no podía creer lo que escuchaba.
-¿Estás defendiendo a Isaac, Anne?
-Para nada es mi intención, pero Eva, recuerda que tu padre está enfermo, no quiero que se ponga mal.
-Tienes razón, solo le diré a mamá para que ella platique con él, ¿está bien? -Anne suspiró y asintió aunque Eva no la estuviera viendo.
-Está bien.
-Te llamaré más tarde y tendré noticias, cuídate por favor. -Dijo Eva y colgó.
La chica canceló sus pendientes de ese día y se arregló para ir a casa de sus padres, si bien Eva tenía solo veintidós años era una chica independiente y se mudó apenas cumplió los veintiuno, nunca le gustaron las reglas y era muy liberal, vivía sola en compañía de su empleada Joseth, aún estudiaba en la universidad y trabajaba de modelo en una empresa de un conocido de su padre y este último seguía pasando pensión a su hija menor.
Una vez llegó a la gran casa de los Harris bajo del auto nerviosa, encontró a sus padres bebiendo té en la sala de estar quienes se sorprendieron de verla ahí, pues a esa hora ella tendría que estar en la universidad.
-Cariño, ¿no fuiste a clases? -Preguntó su madre confundida dejando la taza en la mesa del centro.
-Las cancelaron por el clima. -mintió. -¿Mamá, podemos hablar?
-¿Estás bien princesa, te noto nerviosa? -Dijo Greg levantándose del sillón con dificultad y abrazando a su hija.
-Papá no te levantes, estoy bien. -dijo mientras correspondía el abrazo de su padre. -Solo quiero hablar con mamá sobre cosas de mujeres, ya sabes... chicos. -esta vez no mentia, pero tampoco decía la verdad completa.
-¿Sobre chicos? -Preguntó curioso, pues Eva no era de las mujeres que tenían novios. -¿Alguien te hizo daño?
-No, papá, no, ¿cómo crees? -Eva miro a su mamá desesperada quien comprendió y se levantó.
-Greg, pones nerviosa a la niña. -Judith tomo la mano de Eva y la guío. -Volvemos en un minuto.
Eva y Judith caminaron hasta la cocina en dónde le pidió a la empleada que estaba ahí que las dejara un momento a solas, Eva cada vez estaba más nerviosa, ¿cómo le diría a su madre que su hijo mayor golpeó a su esposa? Eva se mordió el labio y Judith estaba cada vez más interesada.
-Mamá... -Judith la miro atentamente.
-Eva me pones nerviosa, dime qué pasa por favor. - Pidio.
Y así fue como Eva relató cada evento que había pasado las últimas casi siete semanas que Anne le había contado, la cara de Judith era indescriptible pues entendía que su hijo actuó de esa manera para hacerlos feliz, pero también nada tenía que ver qué hubiera golpeado a su esposa, las lágrimas comenzaron a bajar por la mejilla de Judith mientras su hija seguía contándole todo lo sucedido, cuando Eva terminó de contarle, está estaba sin habla.
-¿Te reviso un doctor por lo que te hizo tu hermano? -Judith intento revisar el cuello de Eva pero ella negó.
-No me pasó nada, Joshua lo controló. -dijo apartándose. -La única que importa ahora es Anne, está destrozada mamá.
Judith se tocó la cara sin saber que hacer, no podía decirle una palabra a su esposo debido a su salud, con él no contaba, solo eran ella y su hija contra su hijo mayor.
-Llevaré a tu papá a la siesta y después tú y yo iremos a hablar con él, dame un minuto. -Judith hizo lo que dijo y veinte minutos después bajo con su bolso, tomo su abrigo y ambas salieron en dirección a la casa de Isaac, Eva estaba nerviosa pues temía siquiera en verlo, tampoco le reveló a su madre en dónde estaba Anne por seguridad.
Cuando llegaron a la casa de Isaac todo se veía un caos desde afuera, el coche estaba estacionado mal y se escuchaban destrozos y gritos.
Las dos se bajaron apuradas del coche y corrieron hacia la puerta, en dónde entraron sin tocar para encontrarse a Isaac rompiendo las botellas de vino de la cava, gritaba frustrado, pero al ver a las dos mujeres ahí bajo lentamente la botella que tenía en sus manos y las miro.
-¿Qué hacen aquí? -dijo seriamente. -Mamá no quiero ser grosero contigo, no es buen momento.
Judith no dijo nada, solamente se acercó a su hijo y plantó su mano en la mejilla de este quien giro la cara por inercia sin poderlo creer, Judith era una madre amorosa que jamás había golpeado o gritado a ninguno de sus dos hijos.
-¡Quiero que me expliques que está pasando aquí! -Grito la mujer.
gracias por esta novela.