Estrella Rota

Ya no podía seguir dándole largas a Jesús, pero por ningún motivo podía formalizar el noviazgo, no voy a negar que me era cómodo seguir teniendo encuentros sexual es con él, conseguía lo que quería de manera segura, ya lo conocía, pero lo único que sentí por el es resentimiento, no se me olvida que compró mi virtud, si yo no hubiera querido, me habría violado sin contemplación, en eso tenía razón mi madre, podría haberme pasado en el barrio cualquier noche, sin obtener nada a cambio, pero él no era buena persona. A quien le parece normal comprar la virtud de una joven así nada más, solo a un depravado.

Se me ocurrió que antes de que aceptará el noviazgo, tenía que presentarme con sus padres, y al principio no estuvo muy convencido, pero yo insistí, por lo que tuvo que ceder, organizó una comida con ellos, yo planeaba echar todo a perder, para que le pohibieran verme, así no podriamos seguir con la "relación".

Ya no lo necesitaba, y hasta podía estorbarme para conseguir mis metas, no se en que cabeza cabe, que algo que empieza de la manera en que lo hicimos, puede terminar en otra cosa que no sea el fracaso.

Total, llegó el día de la comida, yo me arreglé como si fuera a ver a uno de mis benefactores, una minifalda negra, blusa sin mangas muy escotada y tacones muy altos, maquillaje algo recargado y cabello suelto. Cuando pasó por mí, hizo un gesto de desagrado, me dijo que iríamos a su casa, no a un motel, yo me hice la indignada y le respondí que me arreglé para él y que así era yo, si te avergüenzas de mi, mejo no vamos, sentencie, y cedió, llegamos con su familia y lo primero que hicieron fue barrerme con la mirada, a su padre le gustó lo que vio, pero no para la novia de su hijo, y su madre me vio con desprecio. Fingí estar nerviosa y salude torpemente, tropezando con su papá y dándole un beso en la mejilla a su madre, dejandole una marca de labial. Se limpió con una mueca de asco y pasamos al comedor, ahí me comporte como una persona de pocos modales, use los cubiertos de mala manera y hasta hable con la boca llena, yo veía de reojo a Jesús que parecía mortificado, pero realmente él no sabía si me comportaba así siempre, nosotros no salíamos a comer, al cine o cualquier cosa que hagan las parejas normales, solo pasaba por mi y me llevaba a un motel, y a la hora de las preguntas, contesté sin problema, mi vida y mi familia eran tal cual como nadie quería, un desastre resultó la tarde, y en un momento, en que Jesús salió con su padre, su mamá me preguntó directa y sin filtro, que si era virgen, a lo cual respondí que mi madre me había vendido en cuanto cumplí los 18 años. Lo que no le dije fue que su propio hijo me había comprado. Qué su hijo estaba igual de podrido qué yo. No volvió a dirigirme la palabra, y cuando los hombres volvieron, se retiró diciendo que no podía continuar con esa farsa, Jesús me miró con sospecha, y le pedí que me sacara de ahí, sin decir nada, salimos y me llevó de regreso. Para mi las cosas salieron bien, para él fue un desastre. Obviamente le prohibieron volver a verme, no estaba a la altura de gente educada y con dinero, puede haber salido del pueblo, pero el pueblo no salió de ella, le dijeron. No estaba a discusión, si quería seguir conmigo, se tenía que olvidar de su familia, y cuando me dijo que teníamos que hablar, me alegré pensando que terminaría definitivamente conmigo, pero no fue así, me explico que si bien su familia no quería que estuviera cerca de mi, él no quería dejarme, y me pidió que siguiéramos como antes, a escondidas. Me hice la digna y lloré, diciendo que no quería causarle problemas y que si no era del agrado de sus padres, nunca podríamos ser felices, yo no sé si realmente creía todo lo que le decía, pero me pidió un poco más de tiempo, acepté pensando en hacer algo para poder dejarlo y contunuar mi vida.

Él programa estaba muy bien, si bien no era el éxito rotundo, para ser las primeras emisiones nos iba bastante aceptable, para empezar me cambiaron el nombre, mi nombre artístico sería Estrella, mi compañero, que era un tipo hay muy guapo y simpático se llamaba Francisco, pero le pusieron Franco. Hacíamos buena mancuerna, y los invitados se la pasaban bien con nosotros. Al rodearme de tantos hombres guapos y talentosos, creí que Jesús se pondría celoso, pero no, parecía más bien orgulloso, pero cuando me negué a verlo por tener un evento, las cosas cambiaron, y me monto una escena digna de melodrama, entonces supe que hacer, fui al evento y me tomé muchas fotos con diferentes personas al fin era parte del show, en algunas aparecía abrazada de mi compañero e incluso dándonos un beso en la mejilla, que por el ángulo de la toma, podía parecer más, al otro día, salieron publicadas varias de ellas y él no lo entendió, me buscó para reclamarme lo que había visto, y yo tranquilamente le dije que no era para tanto, que mi compañero era gay y que ni siquiera eramos novios, que no me defendió de su familia, así que muy disgustado se dio la vuelta y se fue, intentó llamarme después, pero no le respondí, y me mando un mensaje diciendo que ya no quería volver a verme, eso fue todo. Me libre de él y de parte de mi pasado. Yo sabía que no hablaría del asunto, como explicar que me compró, quedaría peor el que yo, y me podría hacer la víctima. Decir que fue mi novio tampoco era una opción, pues nunca nadie nos vio juntos y no le creerian.