Amelia fue obligada a sufrir torturas interminables durante 3 largos años, luego de que su prometido la lanzará a un barranco y se rompiera las dos piernas en el acto.
Su media hermana había planeado todo meticulosamente, encerrandola en un buque para divertirse todos los días con su sufrimiento.
Al final, la chica terminó siendo asesinada por el hombre que había amado durante más de 8 años. Deseando nada más que la muerte, Amelia finalmente encontró la paz, sin embargo, contrario a lo esperado, había viajado más de 1500 años en el pasado y reencarno en una mujer con su mismo nombre y rostro similar.
Extrañamente, también estaban su media hermana y su ex prometido, así como sus padres, pero ¿Porqué apareció en su vida un joven al que nunca había visto?
Noah será su futuro esposo, pero ¿Puede ella volver a amar otra vez luego de sufrir por culpa de su último amor?
-Noah, enséñame a amar una vez más.
-Por eso soy tu prometido ¿No? Destruiré el mundo si tu me lo pides.
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Prometido Noah.
-¡¿Has elegido a Martín para mí?!- Gritó Amelia de repente, mirando a su madre con gran preocupación, su rostro estaba pálido.
Al ver a su hija exaltarse, Julia se sorprendió y negó rápidamente con la cabeza -Te estoy diciendo que olvidez a ese chico, Martín Wen no es adecuado para ti.- Le dijo, como si tratara de convencerla.
Amelia se relajó y soltó un suspiró de alivio, sin embargo, cayó en cuenta de algo ¿La anfitriona y Sabrina habían estado discutiendo por Martín?
Su expresión se oscureció -Madre, tu hija no quiere casarse en esta vida.- Le dijo a Julia con tristeza.
Su antiguo amor terminó matandola, la torturó en vida junto a su hermana adoptiva ¿Cómo podría ser capaz de creer nuevamente en el amor al haber sido traicionada de forma tan cruel? No es su deseo volver a confiar en un hombre.
-Madre puede asegurarte que Noah no es un mal niño, aunque es bastante indiferente y frío a pesar de su corta edad, es muy cálido con las personas que quiere. Él y tú siempre jugaban juntos cada vez que visitábamos al Comandante Hua y su esposa ¿Aún lo recuerdas?- Julia habló a favor del desconocido, lo que hizo que Amelia desconfiara cada vez más de él.
¿Qué tipo de lenguaje lava cerebros usaba ese mocoso que era capaz de hacer que su madre hablara por él? No es una persona confiable.
-¿Tengo opción de negarme?- Preguntó ella sin intensión de rendirse.
-No.- Respondió rotundamente su madre, haciendo que Amelia se desinflara como globo pinchado.
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Dos días después:
Bajo el sol abrazador del campamento militar del oeste, cientos de soldados entrenaban con esmero, las partes superiores de sus cuerpos brillaban gracias a las grandes gotas de sudor que recorrían suavemente sus cuerpos formados en movimiento.
Sus gritos de guerra resonaron con fuerza, incluso si era solamente un entrenamiento, se lo tomaban realmente enserió, sobre todo porque el hijo mayor del Comandante los estaba supervisando. Algunos no pudieron evitar mirar al joven de 15 años que también entrenaba duramente con ellos.
Aunque aun tenia algo de grasa de bebé en sus mejillas, la madurez en sus ojos era mayor a la de un hombre adulto, su temperamento y actitudes eran admirables para su joven edad.
Tranquilo, frío, indiferente e incluso perezoso, esa era la sensación que daba normalmente.
-¡Noah!- Gritó David Hua con seriedad, llamando a su hermano menor.
El joven de 15 años se detuvo y miró a su hermano con indiferencia antes de lanzar su espada contra el suelo y caminar hacía él -¿Sucede algo, hermano?- Le preguntó con un tono aburrido, no había rastro de cansancio en su voz, a pesar de llevar horas entrenando.
-Nuestro padre quiere verte, ve a su estudio.- Respondió con calma David, tocando ligeramente el cabello de su hermano menor, quién inmediatamente lo miró con frialdad.
-No soy un perro.- Dijo el chico con los dientes apretados, aun así, no apartó la mano de su hermano de su cabeza. De niño lo disfrutaba, ahora le resultaba molesto.
-No puedes entenderlo, hasta que sea tu turno de acariciar la cabeza de alguien por cariño lo entenderás.- Expresó David con una leve sonrisa en su rostro antes de alejarse para instruir a los soldados.
Noah frunció el ceño con desagrado y puso los ojos en blanco con pereza, con las manos en los bolsillos se alejó con dirección al estudio de su padre. Por alguna razón, sentía que nada bueno le esperaba.
Cuando llegó al estudio, se encontró a su viejo sentado detrás del escritorio leyendo algunas cartas, el hombre parecía estar muy feliz, lo cual era extraño pues hace solo dos días parecía un zorro apaleado.
-Padre.- Lo llamó Noah con un tono perezoso, con las manos detrás de la nuca y una expresión de desinterés.
Axel frunció el ceño con tristeza al ver el porte de su hijo -Si no fuese por qué no logro alcanzarte, hace mucho te habría disciplinado para que cambies esa postura.- Dijo con los dientes ligeramente apretados.
Al escuchar las palabras de su padre, Noah enderezó la espalda y acomodó su postura, mirando a su padre con un brillo de preocupación en sus ojos. Su padre seguía siendo un experto de primera clase en artes marciales después de todo, alcanzarlo no era un problema para él.
Ya se le había escapado un par de veces, sin embargo, estaba seguro de que su padre no había hecho su mejor esfuerzo.
-Así está mejor. Bien, regresaremos a la capital mañana, así que ve a preparar tus maletas.- Le dijo con seriedad a su hijo antes de bajar la mirada a la carta en su mano.
-¿Mañana? ¿No es muy pronto?- Preguntó débilmente Noah, en realidad, prefería estar en el campamento que en la capital, si no fuese porque su amada madre estaba allí, ni siquiera se molestaría en ir, además, cierto ser siempre llegaba a la Mansión para fastidiarlo, si iba ahora, le saldrían canas antes de que cumpliera los 20 años.
En el campamento había logrado aprender todo lo que sabía y hasta ahora se había desarrollado casi al nivel de su hermano mayor. Consideraba este lugar como su propio hogar.
-Regresaremos y te quedaras allí durante una semana antes de volver al campamento, visitaras la capital una vez a la semana para ver a tu prometida desde ahora en adelante.- Dijo Axel con total serenidad, dejando de un lado la carta en su mano.
-¡¿Qué?!- Gritó Noah, su expresión perezosa quedó tirada quien sabe dónde y sus ojos mostraban pánico ¿Tan pronto tendría que volver a encontrarse con esa mocosa? Sus puños se apretaron con fuerza y su expresión se llenó de reticencia.
-¿Aún le tienes miedo a la pequeña Amelia? ¡La niña es un amor! No entiendo por qué tanto terror, no es como si fuese a comerte.- Expresó Axel en un tono burlón, mirando a su hijo con los ojos entrecerrados.
-¿Eres acaso mi padre?- Preguntó Noah con una expresión sospechosa, su viejo a veces no parecía un adulto.
-No lo sé, ve y pregúntale a tu madre.- Contestó Axel con una carcajada.
-Esta bien, le preguntaré a mamá.- Asintió Noah con seriedad.
-¡Ni se te ocurra pequeño mocoso!- Exclamó Axel con una expresión nerviosa.
de la sirvienta pero estoy como Amelia me intriga la vida de Nany por qué sabe mucho aún siendo joven no es tan mayor y al parecer tuvo marido o hijos pero algo oscuro pasó para tener esa cara habrá muerto o los habrán matado hay una gran historia de dolor tal vez con Nany por lo menos está segura con ella y a ver si Noah encuentra pistas contra las serpientes y al parecer Noah ya no piensa como un niño ya un adolescente con sus hormonas alborotadas que se pone nervioso al tener a Amelia cerca jeje ya me imagino que el ya tiene pensamientos que lo ponen nervioso
para atrapar a Noah pero se ve que el tampoco aceptara la derrota tan fácilmente aunque me dió risa que su risa malvada le salió chistosa que hasta a Noah le salió mejor jajaja pero ya su madre que desea que sea una sumisa con Noah la atrapará está bien su relación prefiere que esté triste o rechazadola este Noah no le molesta a ella no deberia más por que es la convivencia de los dos