El esposo de un famoso ingeniero de robótica se suicida un día de repente y él al no soportarlo decide revivirlo con partes de robot, pero no todo será de color rosa como él lo pensó.
NovelToon tiene autorización de Fujoshiwrl para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 5: Un robot sexual o paramédico.
Después de estar unos días en la casa, Edwy decidió que era momento de volver a la oficina.
Realmente Hans le pidió que se fuera a trabajar, pero él decidió pensar que fue su consciencia.
Estando un buen rato en su oficina firmando papeles, cambiando unos arreglos y bebiendo mucha cafeína se tomó un descanso de 5 minutos para fumar. Salió afuera y se acercó a un banco, se sentó y al rato llegó un colega a sentarse junto a él.
—¿Qué te cuentas? ¿Cómo está tu esposo? —preguntó el joven dándole un suspiro al humo que traía en la boca.
Edwy lo mira sin mover ni un músculo, a penas movió su rostro para mirarlo por el rabillo del ojo. El muchacho incómodo por el silencio volvió a decir:
—Me dijiste que estaba enfermo, ¿cómo está ahora?
—Ah, muy bien. Se ha mejorado.
Ambos se relajaron y volvieron a mirar lejos. Entonces llegó otro hombre gritando el nombre de Edwy mientras caminaba hacia ellos con sus pasos apresurados y su saco marrón elegante revoloteaba con sus movimientos.
—Hace tanto tiempo que no te veo primo, ¿cómo vas con el proyecto del robot paramédico? —dijo él acercándose al contrario de Edwy al muchacho a su lado. Acarició su cabello mientras este agachaba su cabeza escuchando la conversación.
—Aún no lo quieren aprobar, pero haré que lo hagan.
—Mejor dedícate a crear un robot para tener relaciones sexuales con él, —dijo dirigiendo su mirada al muchacho intimidado—, eso sí que seguro se vende bien.
—Deja de decir tonterías Dave. —Miró Edwy al muchacho y negó con la cabeza volviéndose a mirar a su primo. Tiró la colilla del cigarrillo, se levantó y caminó hacia dentro.
—Eulin, ¿qué cigarrillo fumas? —preguntó Dave entusiasmado como un niño.
—Ah... No lo sé. Espérame jefe, —dijo el muchacho corriendo tras Edwy.
Dave lo siguió con la mirada y se volvió a parar enderezando su postura. Sus ojos siguieron a Eulin hasta que él atravesó las puertas y desapareció de su visión. Sus labios se curvaron en una sonrisa sin completarse, acto seguido se puso en marcha para entrar.
Al final del día Edwy llegó a la casa y se encontró con su esposo intentando abrir la ventana en la habitación de los empleados.
—Supongo que te gusta ventilar la casa, —dijo él dándole un susto.
—¿Por qué todas están selladas?
—¿Has intentado abrir todas las ventanas?
—Sí y todas están cerradas. ¿Acaso vivo en una prisión o manicomio?
—No digas eso, —Edwy se acercó a él extendiendo sus brazos, pero él retrocedió cubriendo su nariz y haciendo un bufido.
—¿Fumas? ¿Desde cuándo? —preguntó enojado mientras abanicaba su rostro.
—Desde que moriste.
Hans se endureció y tragó su saliva como si se tratase de una piedra, Edwy también se quedó quieto cerrando y abriendo sus ojos repetidamente, pensando en que decir para arreglar lo que acababa de pasar.
—Lo siento, sonó duro. —dijo mordiendo sus labios y luego exhaló hondo.
Pero su esposo no estaba enojado por lo que había dicho, sino que, algo más. Sentía en su boca un sabor amargo que hacía que tragase saliva constantemente, sus cejas se hundieron y sus ojos se cristalizaron mirando su rostro.
—Quitate esa ropa que trae ese olor de mierda y vamos a cenar, —dijo cruzandolo y saliendo de esa habitación.