_Princesa, llegó la hora de que vuelvas a tu hogar, es allí en dónde me encargaré de mostrarte la verdad.
_Eras tú el que estabas ese día allí. Jamás podría olvidarlo. No olvidaría jamás la voz del sujeto que juró quitarme la vida.
Me llamo Alice o al menos así me conocen los mundanos y mi historia no es cómo la de cualquier otra chica, un misterioso secreto y una terrible promesa me llevarán a desenterrar los secretos escondidos de mi verdadera sangre. Los oscuros deseos, la codicia, la ira y la pasión serán los encargados de llevarme por el camino de mi verdadera identidad.
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Capítulo 4: Sus Asquerosas Manos
_Alice hola, hazme el favor de ir a la sección B (el lado medio del Bar) y atender allí, Sarah se siente muy indispuesta y debe retirarse. Me comenta de manera rápida Carla nuestra supervisora.
Ella y yo no teníamos la mejor de las relaciones pero siempre que necesitaba ayuda en algo o había alguna complicación en el trabajo siempre estaba para apoyar y ayudar.
_Claro, iré de inmediato. -Le respondo mientras me dirijo a la sección B.
Aunque estoy alejada aún de esa sección logro sentir esa mirada que recorre mi cuerpo de arriba a abajo. Maldición me repito una y otra vez, Él está aquí. Que rayos le pasó a Sarah si hasta hace un rato estaba tan bien como siempre, no es que me preocupe solamente me parece extraño, pero bueno todo puede pasar en cuestión de segundos.
_Señorita aquí -Levantando la mano me llama y al mirarlo soy capas de descifrar los asquerosos pensamientos de ese hombre-.
_Buenas noches Señor, ¿qué desea ordenar? -Le digo mientras intento no mirar a sus ojos. Mis intentos por demostrar tranquilidad no son los mejores-
Tomo mi libreta para anotar, pero la presencia de este sujeto me pone algo nerviosa, por más que intente ocultarlo mis nervios me siguen traicionando. El lápiz se me cae al suelo y al intentar levantarlo por accidente al menos de mi parte, mi mano se choca con la de Mike, él aprovecha el momento para tomar mi mano.
_Alice -suspira- tengo que hablar acerca de algo contigo.
_T-talvez en otra ocasión señor, cómo verá estoy trabajando -le respondo y le quito mi mano de entre las suyas-
Sus manos heladas me provocan escalofríos. Vuelvo a agarrar mi lápiz y escucho que me llaman desde una de las mesas junto a la ventana, al fin, me digo a mi misma y me doy la media vuelta para marcharme pero Mike me vuelve a sujetar de la mano y está vez con voz más firme y su mirada orgullosa dice:
_De aquí no te puedes retirar, aún no he ordenado y no logro decidir que pediré. Además, otras meseras pueden atender a los que están junto a la ventana. TÚ, te quedas aquí. Hasta que yo decida que voy a pedir. ¿ME ENTENDISTE?.
Al terminar de hablar no pude responder con palabras ya que estas se quedaban a medio camino, por lo tanto solo moví la cabeza en modo de aceptación. Sentí un fuerte golpe en mi corazón y un latido en seco hizo que se sintiera un peso en mi pecho, el escalofrío que recorría mi cuerpo era demasiado grande. Desde sentir su mirada y hasta oir su voz, todo en él me provocan un gran escalofríos y rechazo. Estoy casi segura de que ese maldito notó cada acción involuntaria que mi cuerpo hacía. Ese sujeto me causaba ¿Temor? Es esa la palabra correcta, ¿será que así se entenderá lo que trato de explicar?. No tengo idea de como reaccionar ante esta situación, me siento incapaz de hacer frente a cualquier persona, supongo que el hecho de jamás haberme podido defender me ha vuelto así. O será porque simplemente soy una cobarde. Ni siquiera sé con que respuesta quedarme.
_¿Ya sabe q-que ordenará señor?. Le digo mientras trato de no mirarlo a los ojos y al mismo tiempo me esfuerzo por no trabarme al hablarle. No puedo evitar y por más que me esfuerce mis ojos se posan en los suyos, sus ojos son hipnóticos y extraños. Su mirada se asemeja a la de un gato, no tengo idea de cómo nadie lo notó ni habla de ello ya que es casi imposible que pase de desapercibido algo así. El desprecio que siento hacía él crece cada día más y aunque intente ocultarlo, él lo debe de notar.
_¿Sabes? Aún no lo decido Alice, pero mientras tanto que pienso que comeré, puedes traerme una cerveza y rápido.
En sus ojos puedo ver que irradia una pequeña luz de complacencia al hacerme esto y al tenerme como su mesera. Me mira de pies a cabeza y mientras hace eso noto que casi de manera desapercibida pasa su lengua sobre su labio superior. Esto es una tortura, este tipo es verdaderamente detestable y asqueroso. No logro entender el ¿PORQUÉ? de hacerme esto, es como si me hubiera vuelto un juguete al cuál desea tener, parece un niño tratando de conseguirlo. Sólo tengo 17 años tengo la edad suficiente cómo para ser su hija, él creo que tiene noce, unos 40 o un poco más. Aún así no entiendo que carajos quiere.
Mientras me dirijo a buscar lo que ordenó, voy sintiendo que cuanto más me alejo de él mis latidos van haciéndose más lento, al menos me estoy calmando. ¿Pero cuánto durará esto? ¿Cuanto me durará mi estado de calma?. Sumergida en mis pensamientos no había notado que Simón me había seguido (Simón es unos de mis compañeros de trabajo y el más amable de todos o al menos lo es cuándo está de buen humor, el punto es que es super genial).
_Alice aguarda un momento por favor. Dice mientras me toma del brazo y sus profundos ojos azules se ven encontrados con los mios, los cuáles están cansados y con ojeras.
No había notado en lo absoluto que él me siguió, dudo también que lo hubiera hecho ya que me encontraba sumergida en mis pensamientos.