NovelToon NovelToon
Promesas De Amor

Promesas De Amor

Status: Terminada
Genre:CEO / Completas / Amor a primera vista / Malentendidos / Traiciones y engaños / Pareja destinada / Amor eterno
Popularitas:15.3k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Pretty Savage 19

Arthur O'Connor, un joven acostumbrado al lujo y a que todo se rinda ante su fortuna, a un exclusivo barrio en un pequeño pueblo. Con su mirada arrogante y su mundo perfectamente estructurado, está seguro de que el cambio no será un desafío para alguien como él. Sin embargo, todo su esquema se tambalea al bajar del carro y encontrarse con Margareth, una joven humilde, de risa fácil y una alegría que parece contagiarlo todo. Margareth, junto a su abuela, reparte mermeladas y tartas caseras por el vecindario, convirtiéndose en el alma del barrio con su espíritu caritativo y juguetón.

Para Arthur, ella es un desafío tan irresistible como desconcertante. Está convencido de que su dinero y su encanto serán suficientes para ganarse su atención. Sin embargo, Margareth, con su corazón puro y libre, no es alguien que pueda comprarse.

NovelToon tiene autorización de Pretty Savage 19 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 5

Me senté sobre la roca, el pequeño conejo aún entre mis manos, acariciándolo suavemente mientras intentaba tranquilizarme. El dolor en mi rodilla se mantenía constante, pero era el conejo lo que realmente ocupaba mis pensamientos. Mike había ido a buscar ayuda, y me quedé allí, sola con el animal y el pesado silencio que envolvía las rocas. Pero de repente, una sombra se proyectó sobre mí, y cuando levanté la mirada, vi a Arthur acercándose lentamente.

Me quedé quieta, sin saber si debía decir algo o simplemente dejarlo hacer lo que viniera a hacer. Pero al ver su rostro, me di cuenta de que había algo en él que no podía ignorar. La preocupación estaba escrita en sus ojos, algo que no esperaba ver en él. Su caminar era firme, pero no apresurado, como si estuviera seguro de lo que hacía. Se detuvo frente a mí y, sin decir una palabra, se quitó su pañuelo de seda y comenzó a acercarse con él.

Mis ojos se fijaron en sus movimientos, sorprendida por la gentileza que mostraba, algo que no esperaba de él. Arthur O'Connor, el joven adinerado que pensaba que todo se podía comprar, se inclinó hacia mí con una suavidad que no me esperaba. Lentamente, tomó mi pierna herida entre sus manos y con cuidado comenzó a limpiarla con el pañuelo.

—Sabes meterte en problemas, ¿eh? —dijo con una leve sonrisa, pero su tono era serio, como si en verdad se preocupara por mí—. Te has raspado bastante la rodilla.

Yo lo observaba, sintiendo cómo un calor extraño comenzaba a recorrerme. Me sorprendía que fuera tan atento, pero también me sentía incómoda. Me sentía como si de repente todo fuera más real, más cercano, de lo que pensaba. Aún así, mi respuesta fue tranquila.

—No podía dejar al conejo ahí —le dije, acariciando suavemente al animal que permanecía quieto en mis brazos. No quería que pensara que me importaba más la herida, aunque, en cierto modo, lo hacía. El conejo era mi prioridad.

Arthur levantó la vista hacia mí, y vi cómo su mirada se suavizaba aún más. La expresión en su rostro cambió ligeramente, pero antes de que pudiera hacer o decir algo, él se sacó su sombrero y lo colocó cuidadosamente a un lado. Luego, con su rostro serio y concentrado, me preguntó, casi en un susurro:

—¿Te duele?

Lo miré, y por un momento no supe qué responder. La verdad era que sí me dolía, pero no quería que él pensara que me importaba demasiado. Al final, simplemente sonreí y traté de restarle importancia.

—No mucho —respondí con calma, aunque el dolor seguía presente, era algo que podía soportar. Al menos el conejo estaba a salvo.

Arthur siguió limpiando mi herida, su toque era firme pero delicado, como si tuviera un respeto silencioso por el momento. No entendía bien qué hacía ni por qué lo hacía, pero algo en su mirada me decía que no era solo un gesto por obligación, sino algo más.

Por un instante, el mundo a nuestro alrededor pareció desvanecerse. El sol que se ponía detrás de las rocas, el sonido suave del viento, incluso el conejo en mis brazos, todo parecía en segundo plano mientras Arthur estaba allí, frente a mí, cuidando de mí de una manera que no podía comprender del todo.

Finalmente, cuando terminó de limpiar la herida, me miró y, por un momento, nuestras miradas se cruzaron de una manera que hizo que mi corazón latiera con más fuerza. Él estaba tan cerca, y yo no podía dejar de preguntarme por qué se sentía tan natural tenerlo allí, tan cerca, cuidándome.

—Ya está —dijo, finalmente, rompiendo el silencio. Me sonrió con una leve satisfacción, como si lo que hubiera hecho fuera algo tan común para él. Pero yo sabía que no lo era.

Gracias, Arthur. Pero las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta, y no pude decirlas en voz alta. En lugar de eso, simplemente asentí, agradecida por su gesto, aunque no supiera cómo expresarlo.

—Espero que no te metas en más problemas, ¿de acuerdo? —me dijo con un tono más suave, como si estuviera preocupado por mí de verdad.

Yo sonreí tímidamente, sin poder evitar la calidez que sus palabras me producían. La verdad es que, de alguna manera, sentía que me estaba volviendo más vulnerable a su cercanía. Y no sabía si eso me aterraba o me atraía.

—Lo prometo —respondí, mi voz más baja de lo habitual.

Arthur me miró por un momento más, sus ojos fijados en los míos, como si intentara leer algo en mi rostro. Pero, finalmente, dio un paso atrás, guardando el pañuelo en su bolsillo con una elegancia natural. Luego, con un leve movimiento de cabeza, se despidió.

—Nos vemos, Margareth —dijo, antes de regresar hacia su auto.

Y aunque no me lo dijo en voz alta, algo me decía que esa despedida no era definitiva. Algo en el aire entre nosotros había cambiado, y no podía evitar preguntarme si, tal vez, esa no sería la última vez que Arthur O'Connor y yo nos cruzáramos en nuestras vidas.

Narrador :

La canasta que llevaba Margareth hoy era un poco diferente. En lugar de las habituales mermeladas, una pequeña sorpresa estaba en su interior: un conejo, que había salvado días atrás. Estaba envuelto con cuidado en una suave tela, y encima, un hermoso lazo rosa adornaba su pequeño cuerpo, haciéndolo parecer aún más delicado. Arthur no pudo evitar fijarse en el detalle cuando ella llegó a su casa, la puerta se abrió, y vio cómo Margareth se acercaba, como siempre, con su paso ligero y una sonrisa tímida en el rostro.

Su presencia seguía teniendo un efecto extraño en él, y no podía evitar sentir esa necesidad de impresionarla, de hacerla quedarse, de que viera todo lo que él tenía para ofrecer. El sonido de su coche deportivo lo delató antes de que entrara, y allí estaba él, junto a su colección de autos, tratando una vez más de mostrarle lo que podía ofrecerle.

—¿Qué tal? —dijo Arthur, sonriendo mientras se acercaba a ella, aunque sabía que no era el momento adecuado para sacar el tema. De todos modos, no podía evitar intentarlo—. ¿Te gustaría que te llevara a casa? Ya sabes, por lo de la herida en la rodilla. No quiero que te hagas más daño.

Margareth levantó la mirada y, aunque él pensaba que su tono era suave y persuasivo, ella simplemente lo miró con calma.

—Gracias, pero... prefiero al caballo de Mike —respondió con una sonrisa cortés, pero decidida. Arthur frunció ligeramente el ceño, sorprendido por su respuesta.

—¿Mike? —preguntó, aunque ya sabía quién era. El hijo del carpintero, el chico del pueblo que no tenía mucho que ofrecer, pero que parecía ser la compañía de Margareth en sus momentos más sencillos.

—Sí —dijo ella, sin dudar—. Prefiero a su caballo. Mike me lleva por fuera del pueblo a veces. Nos sentamos en la colina, inventamos historias sobre las nubes... hablamos de cosas que ni siquiera sabemos si alguna vez sucederán.

Arthur no pudo evitar sentirse extrañamente celoso. No era una emoción que soliera experimentar, pero el saber que Mike, alguien tan diferente a él, tan ajeno a su mundo, compartía momentos tan simples y auténticos con , lo molestaba más de lo que esperaba.

—¿Inventan historias sobre las nubes? —repitió él, intentando sonar casual, aunque su voz traicionaba cierta tensión.

Margareth lo miró por un momento, como si estuviera percibiendo algo en él que no esperaba. Sin embargo, no dijo nada al respecto y simplemente continuó hablando, casi como si no notara el cambio en su tono.

—Sí, es divertido. A veces hablamos sobre la "futura boda", aunque nunca sabemos con quién. Pero es una forma de soñar, ya sabes.

La imagen de Margareth sentada en una colina con Mike, inventando historias, risueña y despreocupada, chocó contra la imagen que Arthur tenía de sí mismo, rodeado de lujo y privilegios, pero cada vez más distante de la sencillez que ella parecía disfrutar tanto. En ese momento, Arthur se dio cuenta de algo: Mike, a pesar de no tener nada de lo que él poseía, parecía haber conquistado algo que él no había logrado ni acercarse a obtener.

Margareth no le estaba pidiendo un auto deportivo ni joyas. Ella quería algo mucho más simple, algo que no podía comprar ni con todo el dinero del mundo. Y esa era la razón por la que Mike parecía ser una parte tan especial de su vida.

—Así que pasas mucho tiempo con él, ¿eh? —preguntó, sin poder evitar la sensación de celos que crecía en su pecho. Al decirlo, intentó hacer su tono más casual, pero las palabras sonaron más tensas de lo que quería.

Margareth lo miró con una ligera sonrisa, como si intentara comprender qué pensaba él en ese momento. Pero, como siempre, su respuesta fue sencilla, casi sin darle importancia.

—A veces. Es... agradable estar con alguien que no espera nada más que una buena conversación.

Arthur guardó silencio por un momento, sintiendo cómo la incomodidad se instalaba en el aire entre ellos. Algo en su interior le decía que estaba perdiendo terreno con Margareth, y eso lo frustraba más de lo que quería admitir.

Ella se acercó un poco, interrumpiendo sus pensamientos.

—Gracias por todo, señor O'Connor —dijo, antes de girarse y mirar hacia su canasta. Arthur la observó mientras se alejaba, su mirada fija en el lazo rosa del conejo que ahora llevaba consigo. Algo en su gesto, en su forma de ser, lo conmovió profundamente, y por un instante, se preguntó si sería capaz de hacer lo necesario para ganarse su confianza... o si, al final, todo lo que él tenía para ofrecerle no sería suficiente.

Al verlo alejarse, se dio cuenta de algo más: Mike, el hijo del carpintero, era alguien que no necesitaba ser impresionado. Y quizás eso era lo que más le preocupaba. Porque, aunque él poseía el mundo entero, parecía que Margareth no necesitaba nada de eso. Solo quería alguien con quien compartir su sencillez, alguien que pudiera entender que las historias sobre las nubes no requerían riquezas, solo sueños.

1
GiovannaXchelMayaCejudo
sin duda una historia excepcional...
GiovannaXchelMayaCejudo
esperemos que Trevor haga pecar a la monjita...
😋🤭
GiovannaXchelMayaCejudo
Trevor es determinado
GiovannaXchelMayaCejudo
que maravilla...
solo falta el Bb y será el complemento perfecto a su hermoso nuevo comienzo...
🌹❤️‍🩹
GiovannaXchelMayaCejudo
una descripción para nada indecente y sumamente fascinante...
GiovannaXchelMayaCejudo
OMG...
una sublime primera entrega...
❤️‍🔥🔥💋🥰
GiovannaXchelMayaCejudo
ay mi Dios la tensión sexual se siente hasta acá
GiovannaXchelMayaCejudo
qué onda con esos ardidos???
GiovannaXchelMayaCejudo
encontró un gran Hombre para cambiar sus vidas mutuamente para mejor
GiovannaXchelMayaCejudo
cuanto amor incondicional 🥹🥰
GiovannaXchelMayaCejudo
mi vida cuánto sufrimiento para este bello ángel 🥺
GiovannaXchelMayaCejudo
🙈🙊🙉🫂
GiovannaXchelMayaCejudo
maldito viejo cínico
GiovannaXchelMayaCejudo
ay al fin.... 🥹🥹🥹
GiovannaXchelMayaCejudo
OMG
🙈🙊🙉
GiovannaXchelMayaCejudo
que imprudentes y buitres
GiovannaXchelMayaCejudo
definitivamente Ella no estará segura en ningún lado porque ahora saben que está sola.
GiovannaXchelMayaCejudo
ay mi Dios las miradas dicen lo que las palabras callan
GiovannaXchelMayaCejudo
creo que Ella rechazó a Mike
GiovannaXchelMayaCejudo
me encanta que encuentre el valor para ya no dejarse pisotear
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play