Un Solo Corazón.

Collette había pasado la noche con Tomassi Lamontagne en un hotel

Por la mañana, fueron al mejor restaurante a desayunar.

Tomassi pertenecía a una de las 3 familias del status más alto en la ciudad Rosmery, era el CEO de la segunda empresa más importante que había heredado de su padre.

-sin embargo había algo que Tomassi no le había confesado a Collette.

Collette estaba feliz por fin podría viajar, conocer el mundo como ella había soñado siempre ese sueño se acabó cuando entraron al restaurante.

El hombre pidió un lugar solo para los mejores clientes así que los llevaron a una zona exclusiva, en cuanto llegaron el hombre hablo por teléfono.

-Jen puedes traerlo ahora.

-colette al escuchar esto, se puso nerviosa se imagina muchas cosas.

-Tal vez es un anillo, quizá me proponga matrimonio, debo divorciarme lo más pronto posible -se decía ella misma en sus pensamientos

Unos minutos más tarde, Jen su guardaespaldas ingresaba tomando de la mano a un pequeño de la misma edad de su hijo.

Ella se sorprendió, ya que el niño portaba la mejor ropa que había visto.

Tomassi sonrió al ver al pequeño y se levantó sin embargo el pequeño no hizo nada por correr hacia su padre al contrario se soltó de su guardaespaldas y pasó a tomar asiento y solo observo a Colette de arriba a bajo

-Alessandro que modales son esos, ya te he dicho que tienes que saludar- comento Tomassi.

-Disculpa Collette, los modales de mi hijo.

Colette en ese momento no supo que decir.

- a… Está bien no te preocupes- miro al niño con sorpresa.

-Alessandro saluda, ella es Collette, de ahora en adelante será tu madre.

El pequeño observo a su padre con molestia y después a Colette.

-Ella no es mi madre y jamás lo será comento Alessandro con mucho coraje.

-No me interesa de ahora en adelante, la llamarás madre te guste o no.- comento Tomassi con un tono autoritario.

-el pequeño tomo los platos que estaban en la mesa y los arrojo al piso.

- No lo será., mi madre está muerta y siguió arreglando las cosas e incluso le arrojo comida a Collette ensuciando la ropa que llevaba puesta.

- Basta Alessandro- grito Tomassi.

-Jen llévatelo.

El pequeño miraba a Colette con rabia, se podía ver en su mirada del pequeño.

Tomassi se levantó y comenzó a limpiar el vestido de Collette, no te preocupes te compraré más vestidos.

Cuando Colette escucho esto se dijo a si misma.

-Tendré que soportar a este mocoso, todo por la buena vida que llevaré- en seguida le contesto a Tomassi.

-No te preocupes, lo cuidaré con mi propia vida si es necesario.

-Tomassi lo beso en los labios y solo dijo

- Gracias, en cuanto esté tu divorcio bnis casaremos te parece.

- Claro, hablé con mi ex esposo y para divorciarme lo más pronto posible.

Los dos salieron del restaurante para ir a las mejores tiendas de la ciudad.

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Mientras tanto al hospital llegaba el señor Leonard Ricci, ya que le habían informado que su hija había sido internada y su nieta estaba sola.

-Buen día estoy buscando a mi hija Lina Ricci, también trajeron a mi nieta Freya.

-la enfermera lo miró y no podía creer lo que estaba mirando.

El hombre más importante de la ciudad Rosmery estaba frente a ella.

- si perdón señor disculpe ahora llamo al doctor.- comento la enfermera

Unos minutos más tarde se acercó un hombre de su edad de unos 55 años.

-buen día señor Ricci.

- Acompáñame ambos caminaron a la habitación donde se encontraba su nieta.

- cómo está mi hija, comento el señor Ricci

- Buena ella no sobrevivió, minutos después de que ingresó al hospital ella cayó en paro.

El hombre detuvo su paso, y miró al doctor.

-que paso?

- la señora cometió suicidio, ella se cortó las venas, el corte fue muy profundo perdió mucha sangre y no solo eso, tomo una sobredosis de antidepresivos.

-cualquiera de ambas hubiera terminado con su vida, lo delicado aquí señor Ricci, es que su nieta estuvo presente cuando su madre lo hizo- el hombre suspiro profundo.

-ella fue la que llamo al 911 y permaneció a su lado hasta que su madre perdió el sentido y la ambulancia llegó.

- Ella como está? - pregunto el señor Ricci cerrando un momento los ojos en seña de remordimiento.

- Bueno pase por aquí, lo que verá es por qué ella no ha permitido que ninguna enfermera se acerque las rechaza y pide que llamen a su abuelo.

Cuando el señor Ricci entro a la habitación donde estaba su nieta, su corazón se destrozó porque la pequeña tenía la carita manchada de sangre, su conejo que abrazaba y su pijama estaban manchadas al igual que sus piecitos.

Estaba sentada en la cama, sin decir una sola palabra, contemplándolo solo el vacío de la habitación.