El Rey de las Bestias

Puedo sentir las miradas de todo el clan sobre mí, mi corazón late con tanta fuerza que siento que va a explotar, extiendo mi mano derecha y toco el pilar de piedra.

En cuanto lo toque mi mente fue transportada a un lugar completamente oscuro, no puedo ver absolutamente nada, empiezo a entrar en pánico, no sé qué está sucediendo.

- ¿Dónde estoy? ... ¿Qué e este lugar?

Grito desesperadamente pero solo el silencio absoluto me responde.

Pasan unos minutos y frente a mi aparece una luz muy tenue.

Empiezo a caminar hacia la luz y empiezo a distinguir la fuente, un dragón enroscado de color azul, su cuerpo este cubierto por rayos y parece estar durmiendo, sus ojos están cerrados pero siento claramente que está viéndome.

A su lado un fénix de color rojo oscuro, las llamas que cubren su cuerpo son negras pero en lugar de parecer lúgubre o macabro son realmente hermosas.

Lentamente me acerco a ellos, no parecían tan grandes pero ahora que estoy cerca de ellos puedo ver su inmensidad, son tan grandes como montañas, me hacen sentir como si fuera una hormiga a lado de dos gigantes.

Repentinamente abren sus ojos y siento una presión gigantesca dentro de mi cuerpo, mi sangre empieza a calentarse rápidamente, cada vez siento mas que estoy siendo cocinado por dentro y al mismo tiempo mis músculos empiezan a palpitar con un ritmo muy especial, parecieran los tambores de un ejército que marcha hacia la guerra.

El dolor empieza a disminuir pero el sonido es cada vez es mas fuerte, siento una sensación de euforia, empiezo a gritar y dejo que el sonido de los tambores llene mi alma, siento la necesidad de destruir todo lo que está frente a mi.

Me siento tan poderoso, me siento invencible, tengo la sensación de poseer todo el poder en mis manos, es realmente adictiva, tan adictiva que me estoy perdiendo, no puedo pensar en nada solo quiero matar, solo quiero... ¡SANGRE...!

Algo esta pasando conmigo mi conciencia se desvanece y solo puedo pensar en matar y destruir lo que este frente a mí, empiezo a sentir miedo, si, miedo de mi mismo, miedo de lo que puedo convertirme, miedo de dejar de ser yo.

- ¿Qué es esto?

Una sensación muy cálida empieza a llenar mi corazón, empiezo a recobrar la conciencia, ya no quiero destruir, dejo de sentir la sensación de euforia, me siento.... Bien, tranquilo, relajado, empiezo a sentir que estoy flotando recuerdo ambas vidas y solo una frase viene a mi mente obligándome a gritarla.

-¡YO SOY SEBASTIAN..!

Nada ni nadie puede controlarme, si algo me ata, si algo me detiene, si algo me estorba, ¡Lo destruiré...!

- ¡Solo yo soy absoluto.!

En el momento que grito eso, el mundo oscuro se desquebraja como si fuera un cristal que se rompe poco a poco, grietas como arañas llenan todo a mi alrededor, volteo a ver a los seres gigantescos, no puedo ver sus rostros pero tengo la sensación de que están sonriendo.

Antes de poder reaccionar, estoy de regreso en el salón ancestral, volteo a ver confundió hacia todos lados, en mi mente pasaron muchas horas pero al parecer aquí no ha pasado ni un segundo.

Doy varios pasos hacia atrás, no puedo mantener el equilibrio, intento dar un paso hacia adelante observo una luz azul que pasa delante de mis ojos y soy llevado a mas de 20 metros de distancia, me tropiezo y estoy a punto de caer, planto firmemente mi pie derecho para poder detenerme y cuando intento apoyarlo salgo disparado nuevamente pero ahora 30 metros hacia la salida del salón.

Durante estos minutos no he podido detenerme, he escuchado a mi papa gritarme muchas veces pero simplemente no puedo parar, cada paso que doy deja un agujero lleno de llamas, parece lava ardiendo, como si mis pies pudieran fundir el piso y derretir las rocas.

Llego a mi patio y me tiro al suelo Annia sale corriendo asustada, cada uno de mis pasos era acompañado del sonido de un trueno que retumba, es imposible que no se diera cuenta con el alboroto que cause.

- ¡Joven Ma...!

Su voz es ahogada con sus propias manos, mira detrás de mi y no se atreve a pronunciar una palabra más, de repente escucho una voz detrás de mí.

-Veo que has despertado tu sangre y parece ser muy fuerte, ten esta es la técnica que todos los que han despertado deben de recibir, una vez que estabilices tu cuerpo practícala, en una semana todos serán probados para evaluar la pureza en su sangre.

Me entrega un rollo, parece estar hecho de piel de algún animal desconocido, luce bastante antiguo, descuidado hasta dañado, pero me siento muy feliz parece que he despertado mi línea de sangre, de repente mi visión se oscurece y me desmayo.

Annia me lleva a mi cama cargándome con suavidad, me coloca en su regazo teniendo cuidado de no hacerme más daño mientras acaricia mi cabello tarareando una linda canción.

Mientras esto ocurre en el salón ancestral los hermanos colmillo de plata se miran el uno al otro parecen estar esperando a alguien, mi padre se acerca y saluda respetuosamente.

-Presento mis respetos a los antepasados.

Ambos solo lo miran y después de unos minutos ambos hablan a la vez.

-Tu hijo ha heredado algo que no debía, han pasado 5 años pero aun nos causas problemas.

Mi padre solo agacha la cabeza reprimiendo su incredulidad.

-El niño no ha cometido ningún pecado.

- ¡El pecado es tuyo por ser débil...!

Gritan furiosamente sin dejar que mi padre termine su oración.

-El niño será...

-Si alguien debe morir debo ser yo, el niño es inocente...!

Mi padre los interrumpe gritando desesperado.

-El niño será criado como uno de los nuestros, el clan aun no ha caído lo suficientemente bajo para tener que enterrar a un niño inocente para salvarnos, dejaremos todo en manos del destino, así como ha heredado eso.... También puedo ver que tiene la mayor pureza de la línea de nuestra familia, debemos protegerlo a toda costa... Así nos cueste el exterminio...

Las ultimas palabras fueron pronunciadas con una voz lúgubre pero con una determinación inquebrantable mostrando la resolución de los ancestros.