Camino Hacia Ti

Después de viajar más de doce horas ya no siento mi trasero, el día está muy bonito, desde aquí se puede ver la fantástica vista de los prados, hay mucho cultivo de frutas, verduras.

El autobús se detiene, hay una cafetería cerca, me pido un café caliente, ya que las mañanas son un poco frías aquí, que hermosa es la vista en este pueblo, la tranquilidad reina aquí, las personas son muy amables, bueno salgo con mi café en mano y voy preguntando donde queda la viña "LA VID DE LA VIDA" Al instante un caballero de cabello canoso me indica que tengo que caminar mucho para llegar, que está a mitad del pueblo, el anciano amablemente me invita a llevarme en su carreta.

Su esposa una mujer con sonrisa bella, me ayuda a subir. Voy conversando con ellos y me regala unos pastelitos caseros antes de bajarme, bueno tengo que seguir el camino empedrado hasta llegar a la viña.

(Fausto) Y no quiero verte nuevamente aquí en la ciudad.

(Gabriel) Me voy no porque me órdenes, me voy porque estoy cansado de mi mismo y quiero estar tranquilo y veo que esa tranquilidad aquí no la voy a encontrar.

(Fausto) No creas que por ser menor, tengo que soportar tus pataletas de niño malcriado. Ya sabes no quiero verte aquí hasta que sepas que hacer con tu vida.

... Últimamente, he ido de mal en peor. La traición de Fernanda y los excesos a los que ella estaba acostumbrada me llevaron al borde de la muerte, cuando la sorprendí en el baño con aquel hombre que parecía mujer, confirme que tenía que dejarla.

Por desgracia soy un dolor de muela para mi familia, vivo y bebo sin esperar un mañana, también he consumido drogas. Soy un hombre sin futuro. Me alejare de la peste de esta ciudad, son casi cuatro años que no veo a mamá y ya la extraño hoy más que nunca.

Estoy saliendo en un vuelo a la viña de mi madre, quiero otros aires para mí. Sé que mi madre estará feliz de volver a verme.

Después de una hora y media llego, el capataz de la viña está esperándome para llevarme a casa.

(Orlando) Joven Gabriel tantos años de no verlo por aquí.

(Gabriel) Hola, me quedaré algunos meses acompañando a mi madre, dime como ha estado todo por la viña.

(Orlando) Aquí bien Joven, los pedidos han aumentado más y su madrecita está muy contenta, pero cansada. Está buscando a alguna muchacha para que viva con ella en la casona y la acompañe, ya que usted y sus hermanos no vienen muy seguido por el pueblo.

(Varela) Muchas gracias, señores y gracias también por los pastelitos.

(Anciana) Cuídate niña y si algún día te das un tiempecito, ven a visitarnos estamos cerca, nuestro prado es vecino de la señora Sofía Bennett.

(Varela) Muchas gracias y lo tendré en mente. Me ahorraron mucho con la caminata.

Los veo marcharse y bueno a seguir, un señor me recibe y me indica que me esperan en la casa.

Estoy nerviosa y también con frío, atravieso los bellos jardines de rosas, la casa es preciosa. Entro por la parte de la cocina y me siento a esperar.

Veo que una mujer de ojos bellos viene a saludarme, es muy amable.

(Sofía Bennett) Hola, ¿tú debes ser la muchacha que postulo por el empleo verdad?

(Varela) Sí señora, buen día.

(Sofía) Bueno habrá un ligero cambio. Sabes ahora más que nunca necesito una compañía, que me ayude en lo personal, a los lugares que yo vaya pues que tú también vayas y algunas veces me representes.

¿Estás de acuerdo con esto?

(Varela) Sí. Después de todo vine para trabajar y gracias por la confianza que me brinda.

(Sofía) Que Merita te indique cuál es tu habitación y ponte cómoda, bajas a desayunar conmigo y te voy dando las indicaciones.

(Varela) Gracias una vez más.

... Sigo a la señora Merita, muy amable ella también, vaya que después de la tormenta viene la calma, aquí después nadie me conoce. Me muestra mi habitación y me deja sola para desempacar mis pocas prendas.

Me doy un baño con agua casi hirviendo, tengo mucho frío aquí, pero ya me acostumbraré al clima del campo. Me pongo ropa cómoda, un pantalón suelto y una campera. Bajo y la señora Sofía me espera lista para desayunar.

Es una mesa con muchos platos, deliciosos, hay queso, mermelada, un pastel y solo estamos las dos.

Me conversa y da a conocer los puntos de la viña, de la exportación a tres países y también están ampliando su comercio con productos lácteos.

(Sofía) ... Sé que preguntarás por qué te alojo dentro de mi casa si apenas te conozco.

Pero sabes me recuerdas a mí cuando era joven, verifique tu currículum y es excelente, estudiaste finanzas así que eso me ayudará mucho en la parte contable. Bueno desayunamos y después te llevaré a conocer cada parte de este prado que es mi vida.

(Varela) Una vez más le agradezco por su confianza señora Sofía.

... Salimos y cada paso que doy quedo fascinada. La naturaleza es hermosa, los animales, las plantas. Dejar la ciudad fue mi mejor elección.

Vamos por donde se encuentran las vacas y verlas de cerca me da hasta un poco de susto, hay dos hombres que le extrajeron la leche y un pequeño ternero que llora por ir al lado de su madre.

Pasamos por donde están las gallinas y que tiernos que son los pollitos, hay no resisto las ganas y tomo a uno de ellos, pero cuando lo hago la gallina me persigue...

(Varela) Hayyyy... Basta... basta.

(Sofía) Olvidé decirte que a las gallinas no les agrada que tomen a sus polluelos.

(Varela) Ahora ya lo sé, me disculpo.

La señora Sofía empieza a reír mucho, como estaría mi cara, muerta del susto.

Una gallina me atacó por robar a su hijo, ahora comprendo las palabras más que nunca "mamá gallina". Protegen a sus hijos con todo.

GABRIEL GRANT BENNETT