⚠️ ADVERTENCIA: ES UNA HISTORIA CON CAPITULOS SENSIBLES ⚠️ PARA +18
Margarita Linares era una jovencita dulce que tenía muchos sueños; sin embargo, la crueldad de hombres poderosos la hicieron vivir la más dolorosa de las experiencias haciéndola experimentar una muerte dolorosa; una situación inesperada y sorprendente hizo que volviera a la vida regresando en el tiempo, y esta vez tome la decisión que en su vida pasada no pudo tomar, y aunque eso pueda significar sufrir humillaciones y estar atada a un hombre peligrosa, está decidida a hacer cualquier cosa para vengarse.
James Thompson es uno de los empresarios más exitosos del país; riguroso, inflexible, severo y muy duro, jamás otorga segundas oportunidades y se cobra cada cosa que le hacen. James puede tener lo que quiera con solo desearlo, su crianza fue tan estricta y dolorosa que es incapaz de valorar la ternura y la bondad; sin embargo, pronto su vida cambiará.
¿Podrán Margarita y James salir ilesos de su sociedad vengativa?
NovelToon tiene autorización de R Torres para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
7. La subasta
La música se detuvo, y el anfitrión de la noche anunció que antes del espectáculo de luces, teatro y bailes, había llegado el momento de presentar a la debutante de esa noche, el entusiasmo de los hombres que habían anhelado ese momento, se hizo evidente.
El anfitrión llamó a "Dulce D'Luca", las piernas de Margarita parecían flaquear, jamás pensó estar frente a un escenario para ser vendida como una mercancía, pero los cuentos de hadas se habían acabado, nadie hace algo por ti sin algo a cambio, además eso había sido su decisión, Regina antes de salir le había dicho que Richard Thompson uno de los hombres más ricos del país estaba en el lugar, él era su objetivo, así que respiró profundo, dibujó una sonrisa en el rostro y salió caminando con gran sensualidad, un movimiento de caderas que levantó la libido de los hombres.
Algo que no esperaba estaba ante sus ojos, en la misma mesa donde estaba James Thompson, también estaban Richard Thompson, Demian Mussi y Francisco Solórzano; tres de sus cuatro atacantes, que no se cansaron de embestirla uno tras otro; no quería recordar, no era el momento, así que solo se quedó mirando fijamente a los ojos de James, como quien hace una súplica visceral de que sea él quien la compre.
La subasta se hacía poniendo la cifra en la tablet, el anfitrión iba diciendo el número de mesa y el número de cliente, para evitar decir sus nombres.
- "Empezamos con doscientos mil dólares, tienen un minuto para seleccionar en su tablet. Vaya hay varios interesados, tenemos en la mesa 3, 5, 8, 10, 12, 14 y 15 Volvamos a lanzar montos señores, ¿quién da más?. Tenemos doscientos veinte mil en las mismas mesas. Pongamos esto más interesante, y de frente pidamos trescientos mil dólares", expresó el anfitrión.
Margarita seguía mirando directamente a James, le desesperaba que no tomara la tablet, su miedo se hacía más grande cuando los números de las mesas iban desapareciendo, pero los tres hombres en la mesa diez seguían teniendo la tablet en sus manos.
- "Muy buena noche, nos hemos quedado con dos propuestas de cuatrocientos mil dólares en la mesa 8 y 10, les voy a dar dos minutos más para que den su oferta", dijo el anfitrión y el hombre de la mesa 8 dejó su tablet.
Solo tenían en sus manos la tablet Richard Thompson y Francisco Solorzano, era un riesgo grande pensó Margarita, cree que no puede cambiar la historia de la muerte de su padre, agacha la cabeza, hay angustia en su corazón, pero por la rabia que está sintiendo, aprieta un puño y dice que en esa noche al menos matará alguno de ellos.
- "Guao, un millón de dólares, ¿hay alguien que ofrezca más?, tienen un minuto", preguntó el anfitrión con una gran sorpresa.
Margarita levantó la mirada y se topó con los ojos de James una vez más, tenía la tablet en la mano, y vio como los otros dos hombres dejaron el equipo en la mesa; no quería ilusionarse quería estar segura de que fuera él.
- "Número 24 acaba de ganar la subasta, deberá completar la transferencia para que venga por nuestra Dulce D'Luca", expresó el anfitrión.
Dos hombres se acercan a James Thompson y él hace algunas operaciones, él ha visto el miedo en el rostro de las personas muchas veces, algunos son más evidentes que otros, la mirada desafiante de la mujer que está en la tarima, por unos segundos mostró miedo cuando los dos hombres de su mesa se quedaron como únicos candidatos en la subasta; además esa muchacha le gustó desde que la vio en la playa, ya que se estaba vendiendo, la iba a comprar.
- "Vaya hermanito, debió impresionarte, para pagar un millón de dólares por ella. Cuando la traigas a la mesa la veremos más de cerca", dijo Richard con esa mirada desvergonzada que tiene cuando se ha quedado con las ganas.
- "Lo siento, pediré mi propia mesa para continuar viendo el espectáculo. Yo no comparto", expresó James, pidiendo a los coordinadores otra mesa.
- "No hay problema, contrataré sus servicios mañana, enséñale bien", dijo Richard con un tono burlón.
James solo hizo una mueca, como quien no le da importancia y se dirigió a la mesa que le habían designado.
Regina se apresuró en ir con Margarita, quien trataba de ocultar su nerviosismo, el primer paso había sido logrado, pero tenía miedo de lo que venía después.
- "Sé que se ve impresionante y que tal vez parezca que te va a partir en dos, pero algo me dice que lo vas a disfrutar mucho. Ahora sí, anda a su mesa y muéstrate segura, durante toda la noche eres su acompañante, para presenciar el espectáculo, para la cena, para la cama", dijo Regina, guiñando el ojo.
Margarita camina despacio hacia la mesa de James, él se pone de pie y la invita a sentarse.
- "¿Gustas algo de beber?", preguntó James, cuando finalmente ella tomó asiento.
- "Champagne", respondió Margarita, como le dijeron que tenía que responder si el cliente le preguntaba algo como eso. James hizo el pedido.
- "La volví a ver señorita, le confieso que no parecía alguien que encontraría en este lugar", dijo James mirándola directamente.
- "Tampoco me pareció alguien que encontraría en este lugar", afirmó Margarita, sin dejar de mirarlo.
James sonrió, esa mirada desafiante le agradaba, al menos no fingía ignorancia y no se dejaba pisotear, pese a la posición en que se encontraba, esa muchacha se estaba convirtiendo en un enigma para él.