Mi Otra Cara

Aproveché que quede sola para tomarme un baño como hace mucho anhelaba, así que subí a mi habitación y organice todo, mientras buscaba que ponerme me di cuenta que los señores Benavides se tomaron la molestia de comprarme algunas prendas, no son mi estilo pero puedo decir que son muy lindas y además agradecí que lo hicieran por qué no tenía mucha ropa. Tomé ropa interior, una blusa de tirantes blanca y un short de cuerina y unas sandalias de correas delgadas de color blanco.

Tomé un largo baño, sentía que el olor a hospital estaba impregnado en mi piel, pero con esta limpieza profunda que acabo de darme ya no sería un problema, sentí como libere muchas cosas, entre ellas emociones, ahora sí tendre mi mente despejada para pensar en los siguientes movimientos que daré.

Me cambié y me peine, aplique la crema sobre las cicatrices que a medida que pasaba el tiempo se hacían menos perceptibles, mi rostro se estaba recuperando muy bien.

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Pasaron 2 semanas desde mi salida del hospital, ya había tenido un control y todo estaba mejor, de a poco ya podía tomar el sol, cuando me dieron salida tenía algunos hematomas por los golpes pero ya se habían desaparecido en su totalidad.

Con frecuencia Mateo viene a mi casa para ver cómo estoy, incluso estamos formando una linda amistad, el me cuenta muchas cosas y yo también le he contado lo que hasta el momento he tenido que vivir, el me está ayudando a idear un plan para vengarme, dicen que la venganza no es buena que mata el alma y envenena, pero yo ya perdí todo, ya nada me importa y si puedo hacerlos sufrir un poco, me doy por bien servida.

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- Entonces que has pensado, cual es el plan- preguntó Mateo

- bueno básicamente iré a una entrevista de trabajo, me enteré que ellos están necesitando a alguien para que les cocine, y pues lo hago bastante bien, es una oportunidad excelente -

- pues es perfecto, y cuando es-

- mañana, ¿Tu me podrías llevar? Es que aún no consigo auto-

- claro que te llevo, cuenta con eso -

- muchas gracias -

- no me agradezcas, lo hago con gusto, ah y entre otras cosas, ya conocí a tu dichosa prima, es insufrible-

- y que tal,¿ si cayó?-

- mucho más que eso, quería que me la cogiera en el auto, tuve que persuadirla si no habría abusado de mi jajajaja -

- ay pobrecito, como hubieses sufrido - lo dije sarcásticamente

- soy hombre, pero aunque no lo creas tengo mis límites, y tu prima no se me apetece, con todo lo que has sufrido siento como si hubiese vivido en carne propia tus experiencias y la odio-

- está bien, te creo, pero si algún día te toca estar con ella, ¿Lo harías?-

- siendo un caso extremo si lo haría, pero trataré de evitarlo lo mas que pueda -

- jajajaja, ok, bueno yo me voy a descansar, gracias por la visita y por lo que has estado haciendo, vas muy bien - (levanté mis dos pulgares en señal de aprobación)

- gracias, pero me tienes que recompensar ( me guiño un ojo) -bueno, descansa, adiós-

- prometo que lo haré, descansa -

El se fué a su casa y yo cerré muy bien puertas y ventanas, luego me dirigí a mi cuarto, tomé una ducha rápida y me fui a dormir, estaba muy agotada y además mañana sería un día largo y agotador, tendré que soportar ver de nuevo a esa gente.

mamá, esto es por ti, prometo vengarme -

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Me levanté a las 7 de la mañana, pude sentir que descansé, mi cuerpo se sentía liviano, fui y me bañe y luego me vesti, opté por usar un jean y una blusa de mangas cortas de color violeta junto con unas zapatillas blancas, me retire un collar que me dió mi madre junto con una pulsera, si me los dejo puestos me pueden descubrir, tomé un nuevo morral y me dirigí a casa de Mateo, cuando llegué toqué la puerta pero nadie abrió, de nuevo volví y toqué y no había respuesta, entonces decidí llamarlo, no obtuve respuesta pero desde afuera lograba escuchar el sonido del celular, eso se me hizo muy extraño y ya me estaba preocupando, - ¿Y si le pasó algo?- entonces decidí que llamaría a la señora Esther para preguntar por Mateo, cuando ya estaba por presionar la tecla para llamar abrieron la puerta, y allí estaba el, con su toalla solo cubriendo de la cintura para abajo, con todo su torso al descubierto y cubierto de jabón.

- que poca paciencia tienes -

- perdón, pen..pensé que te había pasado algo - mientras hablaba no podía dejar de ver su cuerpo

- dijiste que estarías acá a las 8 y son las 7 y media-

Respondí saliendo de mi letargo - lo siento, con tanta cosa en mi cabeza no me fije la hora, de verdad que vergüenza contigo, volveré en un rato - me gire para retirarme.

- no, entra y me esperas, voy a terminar de bañarme, ya me están picando los ojos por el jabón -

-está bien - hablé muy apenada y entré.

El cerró la puerta y sin una gota de vergüenza se quitó la toalla delante mío y la dejo caer al piso, luego subió las escaleras completamente desnudo, dejándome ahí en la sala completamente en shock.