OH! MÍ GENERAL

_Verá padre, analice muy bien el asunto y como dijo es la única manera de poder pagarles todo lo que han hecho por mí y además, no quiero que sigan buscando a alguien para que sea mi esposo, quiero terminar con esto lo más pronto posible, aunque apenas tengo doce años, se que la edad ideal para comprometerse es apenas a los trece años y ustedes pretenden que me case a esa edad. Lo estoy aceptando porque ustedes quieren subir de estatus._ Lale dice ésto y agacha la cabeza como si estuviera triste y decepcionada, que si lo está, pero debe hacer que su actuación sea muy realista.

_¡Bien!, así será. Te casarás un día después de tú cumpleaños número trece, no tienes derecho a arrepentirte. _ Dijo el hombre con un tono desafiante.

_Gracias padre, por al menos aceptar esta condición, ahora sí me permiten me retiro tengo muchas cosas que hacer._ Lale se va a su habitación muy contenta porque al final pudo conseguir un año más para entrenar y fortalecer su cuerpo, porque ella estaba planeando alistarse en la milicia ya que no se necesitaba permiso de los padres, pues la edad aceptable es a los trece años.

>El tiempo paso y Lale cada día era mejor y de vez en cuando se metía en peleas con cualquier persona para así poder entrenar con alguien físicamente y poner en práctica lo que había estado aprendiendo. Ya pasado el año, ella estaba muy nerviosa porque solo tendría una oportunidad para huir de casa y alistarse en la milicia como lo había planeado. Llegado el momento, Lale se dispuso a huir en la noche, ya tenía todo preparado pues poco a poco fue sacando sus cosas y las iba escondiendo en un lugar secreto, ella salió de su habitación sigilosamente para no hacer ningún ruido que pudiera alertar a alguno de sus padres. Logró salir sin ningún problema y se dirigió a campo abierto para recoger sus cosas y un pequeño carruaje en donde se iría de aquel lugar. Inicio su camino sin ningún imprevisto y al fin pudo oler el aroma de la libertad.<

>Mientras tanto el casa de los Laurent, como ya era de día comenzaron a buscar incansablemente a Lale pues se percataron que no estaba en su habitación.<

_¡Todos detengan la búsqueda!._ Dijo Eli con una expresión de tristeza en su rostro. _Ella no está aquí ni en ningún alrededor. Cariño vamos, tenemos que hablar._ Dice esto dirigiéndose a su esposo. Inmediatamente ambos se dirigieron al despacho del señor Laurent. _Ella nos abandonó, nuestra niña se fue._ Dijo Eli con lágrimas en los ojos.

_¿De qué hablas mujer?, no es posible que esa mal agradecida se haya ido así como así, y dejarnos con el gran problema del matrimonio._ Dice el hombre lleno de furia, pues ahora deberá hacerle frente al vizconde y pagar una indemnización por el rompimiento del compromiso.

_Nos dejo está carta._ Eli muestra la carta y acto seguido la leé en voz alta.

-Señor y señora Laurent, les agradezco por haber cuidado de mí durante estos trece años. Sé muy bien que ustedes no son mis verdaderos padres y que se quedaron conmigo solo porque me utilizarían como ancla para subir de estatus en la sociedad, pero no estoy dispuesta a soportar ese tipo de cosas y mucho menos pretendo casarme con alguien que me dobla la edad. Me voy de sus vidas y espero que sean felices ya que se querían deshacer de mí de cualquier forma. No me busquen porque no creo que me encuentren, tengan en cuenta que si logro salir adelante les pagaré absolutamente todo lo que invirtieron en mí. Adiós para siempre y cuídense, porque a pesar de todo, yo sí les llegue a tomar cariño.-

>Ambos padres se sintieron tristes porque hasta ese momento se dieron cuenta que realmente habían perdido a su hija, que aunque no lleve su sangre habían compartido trece años juntos y eso no volvería a suceder. Aunque quisieran buscar a la niña los medios con los que contaban no eran los suficientes.<

****MIENTRAS TANTO EN OTRO LUGAR****

>En otro lugar muy lejos de la granja, Lale ya había llegado a la ciudad donde se haría el reclutamiento de nuevos integrantes de la milicia y ella estaba más que lista. Busco un lugar donde hospedarse y descansar para empezar con los trámites del ingreso al siguiente día.

Al día siguiente Lale se arregló y se dirigió rumbo al centro de incripciones<

_Buenos días, señor. Vengo a inscribirme para ser parte de la milicia imperial._ Dijo Lale, entregando una hoja previamente llenada con todos sus datos.

_Bien, pase al siguiente cubículo. Ahí le darán una ficha con su escuadrón, número de recluta y rejimiento al que irá._ Dice aquel hombre de una manera amable y neutra.

_Le agradezco, señor._ Lale se va a dónde le dijeron y le entregan una ficha que la hacía oficialmente parte de los reclutas para la milicia imperial. Y le tocó el número veintiséis, rango F principiante.

>Después de eso, fueron llegando más y más reclutas de diferentes edades que variaban desde los trece años hasta los diecisiete años. Así pasaron tres días que era lo que duraba el reclutamiento , y al haber terminado, los capitanes hablaron.<

_¡Atención!. Reclutas, a partir de hoy son reconocidos oficialmente como parte del ejército que conforma la milicia imperial de North, también serán compañeros durante tres meses que es lo que dura su entrenamiento base, después de ese periodo; de los cuatro generales reales que hay vendrán para que los elijan como soldados de sus ejércitos y sí corren con mucha suerte quizás algunos sean elegidos por el quinto general Edmond. Cuando eso suceda, cada uno de sus generales se encargarán de darle seguimiento a su entrenamiento y lograr que se conviertan en grandes soldados._Dijo el capitán a cargo del reclutamiento en ese lugar.

_También, queremos a nombre del emperador de North, darles las gracias por ser parte de los que defenderán al imperio en el futuro._ Mencionó el vice capitán a cargo.

_Entonces disfruten todo lo que puedan esta noche con el banquete que se les preparó, porque a partir de mañana no habrá descanso suficiente ya que iniciará su entrenamiento._ Concluyó el capitán.

>Esa noche todos comieron y bebieron como si no hubiese mañana. Disfrutaron todo lo que pudieron pues un mañana incierto les esperaba.<