Que sucede cuando la vida es injusta con dos personas se aman, pero la tragedia los persigue. Esta es la historia de Katherine y Bastian, dos seres que se amaron desde el primer encuentro, pero que la muerte de un tercero entre los dos les impide amarse como ellos quisieran.
Los invito a leer mi nueva obra, llena de amor, pasión lujuria, pero tambien intrigas, muerte, dolor y perdida.está historia actualización, espero les guste
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CAPITULO 5
Narra Kate
Observo como lo tres salen de la oficina y me quedo sola con papá
− Dime Kate – pregunta papá con intriga
− Yo…, yo – me quedo muda y aun desconcertada por la pregunta que creo haría Bastián
− Si hija, te escucho, has venido hasta la empresa por algo importante, dime... – habla papá
− Sí, sí, eso, lo que sucede es que ya tengo claro a qué universidad quiero ir, pero es fuera del país le digo a papá dándole los folletos de dicha universidad
− Es una de las mejores, pero..., tu estas seguro que es lo que deseas hacer, sé que también deseas estudiar algo con programación
− Si papá, lo sé, pero es más importante estar al pendiente de la empresa, además soy la única capacitada para tomar el mando – respondo
− No digas eso Kate, tu hermana ha estado mostrando mucho interés – menciona papá con orgullo
− Ese interés no tendrá nombre y apellido – respondo molesta
− No lo sé dímelo tu – indaga
− Me parece bien que desee involucrarse más con las cosas de la empresa total esto es de la familia – respondo
− Me gusta oír eso hija, no sabes cuánto me encantaría que ustedes dos llevarán una mejor relación – dice papá con un suspiro
− Sobre eso papá, quiero comentarte algo aprovechando que sale a relucir el tema – hablo para hacerle saber que Kenia necesita ayuda
− Claro ¿dime? – pregunta expectante
− Creo que Kenia necesita algún tipo de ayuda, sería bueno consultar con un experto – le expreso
− ¿Porque lo dices? – me pregunta
− Pues hace unos días manifestó que su odio hacia mí se debe a la muerte de su madre, según ella mi madre y sobre todo yo, somos las culpables de que ella no pudiera tener una familia de verdad con ella y su madre, según por el poder que te representaba el apellido de mi madre y su empresa – le cuento lo que menciono Kenia
− ¿Eso te dijo? - cuestiona
− Así es – afirmo
− Creo que solo lo dijo porque se siente un poco celosa por tu llegada, pues en los años que estuviste fuera, ella era el centro de atención, pero ahora debe de compartirlo, sin contar el capricho que tiene por Bastián – me explica
− Si, sobre eso también me sentencio que me alejara de él – le confieso
− Solo son cosas de niñas, el no parece interesado en ella, con el tiempo se le calmara el sentimiento – me dice con serenidad
− Eso espero – espeto
− Bueno hija comienza a inscribirte en esa universidad que tanto quieres, en pocos años serás una gran profesional
− Gracias papá, te quiero – me despido con un beso
Al salir de la oficina veo que los tres aún no se han ido
− Quisimos esperarte para ir comer los 4 – menciona Marco
− ¿quieres venir? –pregunta Bastián y mi corazón se acelera como el motor de un auto en revolución
− Está bien – respondo serena para no demostrar mi emoción
− Que bien, déjame ser tu acompañante – me dice Marco al tiempo que se me acerca
Bajamos por el asesor y veo como Bastián me observa por segundos, o talvez me estoy volviendo loca, salimos caminando hasta la zona comercial cercana a la empresa, en todo el camino Kenia no se le despega a Bastián para nada, parece chicle
− Mi lugar preferido – dice Kenia eufórica al llegar al lugar donde vendes deliciosos postres
− Vamos a buscar una mesa – dice Bastián
− ¿Qué quieres comer? – me pregunta Marco mientras tomamos asiento
− Un jugo – pido
− ¿no te gustan los postres o los helados? – pregunta Marco
− No, no me gusta mucho el dulce, tiendo a sentirme hastiada muy pronto, así que trato de evitarlos – le explico con una sonrisa
− Wow, eso es extraño – dice Bastián y yo agacho mi cabeza, no quiero que ellos sepan que sufro de diabetes tipo 1, no es tan grave, siempre y cuando la pueda controlar, ni Kenia sabe de mi mal, solo mi madre y mi amiga son mis confidentes
− Así es, a mi hermana le fascina cuidar su figura – menciona Kenia, no sé si con el ánimo de hacerme quedar como una mujer superficial
− No me parece mal – dice Marco con un guiño
− Creo que las mujeres son más hermosas cuando son totalmente naturales, en su forma de ser, de vestir, de hablar y actuar. Eso demuestra el tipo de persona que es, cuando se esmeran por verses bien, tienden a ser superficiales – menciona Bastián con indiferencia y siento que me cae el comentario
− Si una mujer cuida su figura o su cuerpo, o si una mujer no es el tipo de chica sumisa, delicada y callada no la hace menos merecedora de halagos, creo que tu comentario es un poco machista – hablo con molestia ante la mirada de todos, creo que este chico no es como creía
− Tienes razón, perdona mi comentario – dice Bastián con culpa en su voz
− Está bien – respondo y puedo ver la felicidad en los ojos de Kenia al ver nuestra pequeña discusión
− ¿bueno y de verdad no tienes novio? – pregunta Marco
− Ya te dijo que no está dentro de sus prioridades – menciona Bastián dando la misma respuesta que di antes
− ¿y tú como lo sabes? – pregunta Kenia molesta y veo como Bastián se siente acorralado, creo que no tenía la intención de decirlo en voz alta
− Yo se lo comente – respondo por el
− ¿desde cuándo son tan cercanos? – pregunta Kenia
− No es eso, simplemente fue un tema que surgió mientras esperábamos a papá en su oficina – explico para sacarlo de su evidente apuro
− Si, así es – responde Bastián
− Bueno, pero eso quiere decir que no ha llegado el indicado, cambiaras de opinión cuando llegue alguien que te haga acelerar el corazón – dice Marco coqueto
− Lo veo un poco complejo – respondo y Bastián es el más interesado en mi respuesta
− ¿te has enamorado alguna vez? – pregunta Marco ante la evidente mirada de Bastián, eso hace que los nervios me ganen, mi rostro se enciende y creo que estoy roja como tomate
− No…, no..., no lo sé – respondo dubitativa
− Por tu rostro parece todo lo contrario – menciona Marco
− ¡Bueno ya! ¿acaso yo no existo? Me están ignorando – dice Kenia con llanto en sus ojos
− No te pongas así – le dice Bastián mientras despeina su cabello