Karina es una chica como cualquier otra y Todos los días se repite a si misma:
todas las personas en el mundo tiene un sueño incluso si es muy difícil siempre tienen éxito.
Todos tenemos problemas pero tenemos que seguir adelante, y tener fe.
A quien quiero engañar el mundo es una porquería las historias de Cenicienta y el príncipe azul nunca son verdaderas.
Pero hay algo en lo que si creo y esto es el trabajo duro siempre tiene recompensas.
Edward James es un actor americano que apesar de tener mucho éxito nunca ha Sido feliz con su fama.
Toda la gente que se acerca a el lo hace solo por interés nadie está a porque de verdad lo quieran, eso es lo que el piensa.
Los caminos de ambos se cruzan cuando el la hace pasar por su prometida frente a su ex novia.
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Poco entusiasmo.
Dejé el contrato sobre la mesa y me dispuse a explicar mis condiciones.
— Me casaré pero quiero aclarar que usted no pude tocarme. Aunque sea mi esposo. — Eso es lo más importante. Si no lo acepta me niego a casarme.
— No tienes que preocuparte. No me interesa tocarte. — Menos mal.
— Tampoco quiero dormir en la misma habitación que usted. — Es hombre y no confío en el.
— Está bien. — No se quejó en absoluto, eso me gustó.
— Y mis hermanos no deben saber sobre esto, los fines de semana quiero ir a visitarlos. También quiero que mi rostro no aparezca en las fotos que lleguen a tomarme junto a usted.
...Edward....
¿Porqué le molesta eso.? Otra en su lugar se sentiría muy dichosa. Incluso trataría de hacerse famosa a mis costillas.
— ¿Porqué no quieres que tus hermanos sepan de nuestra boda.? — Su respuesta me daba mucha curiosidad.
— El matrimonio solo durará un año, no quiero presentarlo con ellos y será una molestia que ellos me pregunten sobre nuestra "relación".
— ¿Entiendo eso pero porque quieres que borren tu cara de las fotos.? — Dudó mucho que sus hermanos vean el tipo de revistas dónde aparezco.
— No quiero que la gente me reconozca en todas partes o que los periodistas se metan en mi vida.— ¿Así que le molesta la fama.? Parece que elegí correctamente a mi futura esposa falsa.
— Si eso quieres me haré cargo de todo. William modifica el contrato. — El se marchó de nuevo. — Y Karina quédate aquí, la asistente de una diseñadora vendrá mañana. Tienes que probarte vestidos de novia.
— Cómo usted diga. — Se levantó y se fue. Qué carácter tiene. Esperó no arrepentirme de la decisión que acabó de tomar.
...Al día siguiente....
...Karina....
La asistente de la diseñadora llegó y yo cubrí mi rostro con un cubrebocas. Sé que tardé o temprano lo verán pero prefiero que sea tarde.
— ¿Y el cubrebocas es porque...? — Me preguntó ella.
— Tengo un poco de gripe. No quiero contagiar a nadie.
— Entiendo. Lo siento si me ví entrometida.
— No se preocupe.
Estornude para darle credibilidad a mi mentira. No se me da muy bien la actuación, esperó no meter la pata.
— Miré señorita, estos son los diseños exclusivos de mi jefa. — Me mostró varios vestidos. — ¿Cuál le gustaría probarse.?
— Todo son hermosos. — Les eché un ojo más de cerca. Me enamoré de un vestido blanco estilo princesa, con pedrería sencilla, escote sofisticado y un tocado largo.— Me gustaría probarme esté.
— Enseguida la ayudó señorita. — Me llevó a una habitación y me ayudó a probarme el vestido. Era realmente maravilloso. Creó que nunca amaré a otro vestido tanto cómo amó a esté. Una lágrima se escapó de mis ojos.
— Se ve muy contenta. — Me dijo ella, seguro pensó que era una lágrima de felicidad. Sí supiera que lloró por la tristeza que me provoca usar un vestido tan bonito para una boda falsa. — ¿Pero quien no estaría feliz de casarse con un hombre guapo exitoso rico y famoso como el señor Edward?.
Pues yo no lo estoy. Sólo estaría feliz si estuviera enamorada de él.
Al día siguiente vino otra chica. Está ves era para revisar las invitaciones de la boda. No sabía cuál elegir. ¿Qué tal si me equivoco con ésto.? Preferí llamar a Edward para que me ayude. El no trabajó hoy así que vino. Se sentó a mi lado y le pregunté cuál de todos le parecía mejor.
...Edward....
Karina es muy indiferente conmigo. Mínimo debería fingir que le importó. Hay más personas aquí. La chica a cargo de las invitaciones nos vió un poco raro, creó que notó el poco entusiasmo que ella siente.
— Cariño no estés molesta conmigo por lo de ayer. — Abracé a Karina y ella me vió un poco confundido. Le bajé el cubrebocas que ni siquiera se porque usa. Quería darle un beso pero ella me detuvo y estornudo.
— No estoy molesta contigo sabes que estoy un poco enferma y eso hace que tenga poca energía para organizar nuestra boda. — Parece que le molesta mucho que la besé.
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