Juan Pablo Torres y Charlotte del Rio se conocen en la empresa de Arsenio del Rio, magnate más poderoso del país y padre de Charlotte, ella caprichosa y altiva, Juan Pablo hombre humilde y constante en sus metas, quien comienza trabajando como vigilante en las empresas del Rio y poco a poco va escalando posición hasta convertirse en el Ceo de la empresa.
ambos tienen que superar muchas pruebas y trabajar el uno por el otro, después que el odio los une y los lleva a creer que el amor duele, les demuestra que las almas que nacen para estar juntas nunca serán separadas
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El Despertar del Deseo
La luz que entraba por la ventana despertó, la resaca de esta mañana era terrible, medio abriendo los ojos le habló a la anciana que abría todas las cortinas
- pero... Nana que haces? Acaso no ves que estoy durmiendo?- la anciana le dijo
- mi niña, son órdenes de su papá y de su mamá, la señora Briceida
- esos dos no se cansan de joderme la vida, ahora que quieren?
- señorita, su padre dice que la espera en el comedor, hoy es el aniversario de la empresa y debe acompañar a sus padres
que empresa?
- la empresa de su padre
- pero son muchas ? - protestó aún con la cabeza entre las almohadas, protegiéndose de la luz
- bueno no sé, usted dese un baño y baje a desayunar con ellos, antes que a su mamá se le altere la tensión
- exagerada es lo que es, ya no la soporto!
- señorita hoy llegó en la mañana, borracha!- le reclamó Rosario mientras acomodaba la ropa tirada del piso
- acaso es primera vez que lo hago? ya deben estar acostumbrados
- mi niña ya es hora que piense las cosas mejor, que bueno sería que se ajuiciara y escuchará los consejos de sus padres, no puede seguir con esa vida que lleva- Charlotte fastidiada se levantó de la cama y le dijo para no escuchar el sermón de Rosario
-ay! Nana ya voy a bajar a desayunar, quedate tranquila, si eso los hace feliz a todos
En el comedor lujoso se encontraban los padres comiendo cada exquisito bocado que les había traído la servidumbre, cuando Charlotte hizo acto de presencia saludando a los dos con un beso en la mejilla, luego se sentó al lado de su padre y dió inicio al desayuno.
La madre comenzó con la conversación
-Amaranta es hora que te integres a las empresas de tu padre, estás desperdiciando tu juventud en esa vida que llevas, no puedes continuar así, ya estamos cansados de ver cómo andas por ahí como loca
- mamá por favor me duele la cabeza, para escuchar tus reclamos- el padre intervino
-Estoy de acuerdo con tu madre, está vida desordenada nos está enloqueciendo a nosotros también, todas las noches sales y llegas ebria, es hora de comenzar a pensar las cosas...
ya les dije que voy con ustedes hoy a la empresa, no entiendo por qué tanto problema, solo salgo a compartir con mis amistades, hace mucho que no los veía.
El desayuno continuo en un silencio profundo, después que Charlotte les dijera que estaría en la celebración de aniversario, ambos padres decidieron dejar el tema.
Charlotte llegó a la empresa junto a su padre, y desde la entrada divisó en el jardín aquel cuerpo varonil, musculoso y recio de un hombre de campo, sintió como el piso bajo sus pies se movía de repente, el corazón comenzó a latir desmesuradamente y su cuerpo sintió un temblor antes nunca experimentado por ella, lo vio acercarse ante el llamado de Arsenio y pudo sentir el rubor de sus mejillas al verlo frente a ellos con el pecho descubierto , miró detenidamente los pectorales de aquel hombre y como el sudor abrillantaba los brazos bien formados, entonces aquel nombre la hizo despertar, la voz de su padre saludando al mismo hombre que hace unos días se negó a adularla
- Juan Pablo como está?
- todo está bien señor, se dañó una de las tuberías y me ofrecí a acomodarla
- la acomodaste? También sabes de plomería?
- si señor! Soy el único hombre de mi casa y desde niño he tenido que aprender muchas cosas
- Eso es bueno muchacho! Aprender de todo un poco, me dijo Carmen que estás terminando tus estudios de Administración y dirección de empresas-
- si señor, este es mi último semestre
- mira que bueno- miro a la hija a su lado y continuo hablando- algunos jóvenes con más posibilidades que tú malgastan su vida en fiestas y vida desordenada- hizo una pausa y volvió a mirarlo-bueno recuerda que hoy es la fiesta de aniversario, no faltes muchacho
-está bien señor, solo me quité la camisa para arreglar las tuberías
El viejo le dió una palmada y continuo hablando con el
- gracias hombre, haz lo que te digo,continúa así, estoy seguro que serás grande y yo estaré orgulloso de decir que un día formaste parte de mi empresa-
Charlotte lo miró desde su ángulo visual, despertando cualquier deseo prohibido que antes no había sentido.
El padre y la hija continuaron hasta la oficina, el pensamiento de ella se había volcado en aquel recuerdo de ese hombre, era tan mal educado y frío ante ella, pero un ser así como pudo ganarse la gracia de su padre Arsenio que era un hombre formal y metódico, la voz de su padre la sacó de sus pensamientos
- ya ves? Así se trata al personal, no cómo tú lo quieres imponer - ella se sentó en el descanso que quedaba frente al escritorio de su padre y tocando su frente le dijo
- no entiendo cómo puedes tratar a ese mal educado tan bien, cada vez que lo veo me revuelve el apellido, mira que presentarse delante de nosotros en esas fachas y aún así le dices que se presente en nuestra fiesta de aniversario, si así van a ser los invitados prefiero quedarme en casa- el padre furioso le dió un golpe a la mesa de escritorio
- sabes que debes asistir! Ya estoy cansado con tu irresponsabilidad Charlotte, se te han pagado dos carreras de gestión de empresas en el extranjero, las mejores universidades y aún así no haces las maneras de ponerte al frente por lo menos de una- ella se levantó de la cómoda y colocándose de pie le respondió enfrentandolo
- sabes bien que esto no es lo que quería estudiar! Tu y mamá se empeñaron en que lo hiciera, yo quería estudiar Artes excenicas y ustedes se negaron a eso, como pretendes que me obligue a mi misma a hacer esto? No soporto a tus empleados! No soporto estás empresas!- la chica salió de la oficina, dándo un portazo ante la indiferencia de los empleados que la vieron pasar como un huracán, ya estaban acostumbrados a ver tales escenas de la única hija de su jefe.